sábado, 16 de abril de 2022

Las diligencias regulares Huelva-Ayamonte con parada en El Empalme de Isla Cristina.

 Articulo publicado en el periódico La Higuerita  15-4-2022


Diligencia Huelva-Ayamonte. 
Archivo Histórico de Pepe Morales en Punta Umbría.

Al escribir sobre las diligencias, se nos viene a la mente esas imágenes de las películas del viejo Oeste americano, en la que casi siempre, aparecen alguna que otra secuencia de carruajes tirados por caballos y las diligencias huyendo de los indios o siendo asaltadas por ladrones.

Fue la diligencia durante mucho tiempo un medio de transporte imprescindible, el más rápido y cómodo de la época, que incluso fue utilizado para trasportar el dinero de los bancos, lo que supuso, el incremento de asaltos, ya que para entrar o salir de Isla Cristina hasta entonces, existían solo dos medios de trasporte, el marítimo y la diligencia. 

En el viejo continente, en Europa, en el siglo XIX las diligencias, en un principio, comenzaron utilizándose para transportar el correo de un pueblo a otro, no tardando los propietarios de aquellos coches de caballos en darse cuenta de que resultaba más rentable trasladar a personas haciendo recorridos fijos con rutas establecidas.

Las diligencias eran carruajes de cuatro ruedas, con amortiguadores, techo y cristales para hasta seis pasajeros, tirados por dos o más caballos, que dirigía un cochero sentado generalmente en el techo. Curiosamente, los pasajeros más asiduos y pudientes que utilizaban este servicio, usaban unos capotes o gabardinas para proteger la ropa del polvo.

El recorrido desde Huelva a Ayamonte, se realizaba con paradas en Gibraleón, Cartaya, Lepe y El Empalme de Isla Cristina, en donde a su vez recogían a los pasajeros procedentes de Isla Cristina y La Redondela que llegaban en otro carruaje procedente de estos núcleos urbanos y proseguía hacia Ayamonte y viceversa.  Hacía 1860, su dueño era el portugués llamado Antonio Torremocha1,  alias “el diligente”.

Diligencia Ayamonte-Huelva por el Muelle del Sur (Ayamonte)

Esta línea Ayamonte-Huelva, llegó a tener más 6 carruajes en funcionamiento de distintos tamaños, siendo la más pequeña tirada por dos mulos y la mayor de 20 plazas, por ocho mulos, que se utilizaba en función de las personas a transportar. A partir de la proclamación de Huelva como capital de la provincia en 1833, aumentó, considerablemente, el transporte de personas. 

Este fue el germen de que el portugués Arturo Damas, se instalara en Huelva, ya que tenía otro servicio de diligencias en el sur de Portugal, que es el mismo que enlazaba con la línea de Ayamonte. 

En 1880 las empresas2 que ofrecían este servicio entre Huelva y Sevilla y viceversa entre otras, eran “La Victoria” y “La Sevillana”.  La tarifa de precios era la siguiente: Berlina 90 reales, Interior 72 reales, Cupé 54 reales y Banqueta 35 reales. Los puntos intermedios en el trayecto,  se cobraban proporcionalmente sobre la tarifa que se regía. 

La vida en la ciudades y los pueblos de España, desde principios del siglo XIX, hasta bien entrado el XX, no era entonces tan cómoda como hoy,  ni había medios de locomoción ya que no existía el tren ni los vehículos a motor.  En lo que al tráfico de mercancías se refiere, uno de los ingresos más importantes se debía al pescado fresco; en 1892 Ayamonte e Isla Cristina habían producido 9500 toneladas de pescado fresco3. En aquel momento, al no existir aún una línea ferroviaria entre Ayamonte y Huelva,  una media de 10 carros llevaba diariamente durante nueve meses en el año, unos 1500 kilos cada uno hasta las estaciones ferroviarias de Gibraleón o Huelva para ser reexpedidas al resto de España, ya que el tren Huelva- Sevilla llegó el 15 de marzo de 1880 y la Huelva-Zafra con enlace en Gibraleón el 24 de enero de 1884. 

Anunciaba la prensa4 de la época, que el día 1 de diciembre de 1880 una nueva  empresa “La Mogueleña”, comenzaría a realizar viajes diarios desde Huelva a Ayamonte y viceversa. Los coches serían guiados por los acreditados y antiguos mayorales Basilio Espinosa y Francisco Santana, la hora de salida sería a las 2 de la tarde de uno y otro punto al precio de 2 reales y medio por legua. Los precios de equipajes serían de extremos económicos.  En dicho comunicado, la empresa se jactaba de que no dudaban de que el público favoreciera este proyecto, tanto por la conveniencia que se ofrecía, como por la puntualidad y esmerado cumplimiento en cuantos actos se relacionaran con dicha empresa. La Administraciones estaban en Huelva, en la Posada de Dos Puertas en C/ Placeta y en Ayamonte en C/ Real, número 9. 

Desde 18625 la empresa “La Ayamontina” venía realizando también viajes diarios desde Ayamonte hasta Huelva y viceversa,  sin lamentar la menor falta ni recibir queja de ningún viajero.  El horario de salida desde Ayamonte era a las 5 y media de la mañana, y la vuelta desde Huelva a las 2 de la tarde. Los precios eran los siguientes: Interior 16 reales, Banqueta 12 reales y en los intermedios, 2 reales por legua.

 El 14 de agosto de 1936, entró en funcionamiento la línea ferroviaria Gibraleón-Ayamonte, que atravesaba las localidades de Gibraleón, Aljaraque (Apeadero), Cartaya, Lepe, La Redondela, Isla Cristina (Apeadero) y Ayamonte,  este hito en las comunicaciones hizo que desaparecieran las diligencias y el transporte por tracción animal. Este servicio ferroviario, también dejó de operar en 1987 bajo el criterio de sus elevados costes de explotación con respecto a su demanda, ya que existían nuevos servicios públicos de autobuses y vehículos que cubrían los desplazamientos de pasajeros, siendo desmantelada toda la red ferroviaria. 

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1.      Archivo Histórico de Pepe Morales en Punta Umbría. 

2.      La Provincia 26/1/1880

3.      IV Congreso Historia Ferroviaria: Málaga, septiembre 2006

4.      La Provincia 28/11/1880

5.      La provincia 4/12/1880

sábado, 2 de abril de 2022

ISLA CRISTINA, PASODOBLE. GERARDO JIMÉNEZ VAQUERO. VERSIÓN ORIGINAL

Versión original del pasodoble Isla Cristina de Gerardo Jiménez Vaquero,  interpretado por la Banda de Música del Primer Tercio Móvil de la Guardia Civil, con la voz del barítono Luis Sagi-Vela.    

Grabación recuperada por  Francisco González Salgado.


viernes, 1 de abril de 2022

LOS PUENTES DE ISLA CRISTINA.

 Artículo publicado en el periódico La Higuerita  1-4-2022

Fotomontaje de archivo.
La foto del viejo puente de madera está coloreada por José M. Figuereo. 


A lo largo de la historia, los puentes nos han permitido facilitar la comunicación y el movimiento entre personas, abriéndonos  las puertas a un futuro mejor con solo unir dos puntos distantes entre sí, permitiendo actividades sociales, mercantiles, recreativas, turísticas, etc.

El viejo puente de madera que unió por primera vez la barriada del puente con Isla Cristina, fue construido por don Miguel Cordero Toscano1, natural de Huelva e inaugurado en 1889 siendo alcalde don Serafín Zarandieta Casanova. Su consecución fue gracias a las gestiones de don Luciano Vázquez Zarandieta quién había sido alcalde durante los años de 1868 y 1869 además de diputado provincial, lo que sirvió para conseguir un gran logro para la población al unir las dos orillas de la ría del Carreras,  ya que anteriormente esa comunicación se hacía por medio de lanchas y barcazas (de las utilizadas en Coria del Río2 y que cruzaban el rio Guadalquivir,  para hacer este servicio en nuestro pueblo). Este hito hizo que el ayuntamiento rotulara con el nombre de Luciano Vázquez a la antigua calle Carreras que durante la dictadura cambió a General Queípo de Llano  y actualmente ostenta su nombre primitivo.      

Descansaba su estructura sobre vigas y pilares de hormigón, con la característica de que era giratorio3 por uno de sus tramos, ya que se abría con una palanca, facilitando así el tránsito marítimo de los barcos.  Este continuo tránsito por el mismo, y única salida y entrada a la población viable,  hizo que su vetusto armazón se fuera debilitando por la  erosión del agua salada y las inclemencias del tiempo, así como por el uso continuo del mismo. Su demolición se produjo en 1937, una vez en servicio el nuevo puente de hierro, utilizándose para ello la técnica de voladura4 con dinamita en sus pilares, dirigiendo las explosiones el  capitán de la Guardia Civil en Isla Cristina don Felipe Ortega.

El puente de la Punta del Caimán sobre el Caño del Cepo, que unía a la barriada de Punta del Caimán con  la localidad por el Miramar, fue construido en 1928 durante la alcaldía de don Emiliano Cabot Alfonso, siendo sustituido por otro en la década de los años 30 aprovechando el forjado de cemento del anterior que se había hundido adosándole una estructura de madera sobre la zona más alta de arena que unió nuevamente las dos orillas. En 1933, la prensa local nos informaba5 de que en el mes de marzo se celebró  una sesión municipal, y a instancias del Alcalde Pedáneo de la Punta don Juan Pino Lozano, lo único que se había hecho era recolocar cuatro tablas que faltaban al piso y que fueron pedidas de favor por particulares. También la prensa se hacía eco del accidente que el ex sargento de los carabineros don Francisco Vázquez había padecido y que se encontraba en cama convaleciente causado por el abandono del viaducto, hecho que dio lugar a que se interviniera con algunos remiendos en el piso, barandillas y se reforzara dándole mayor fortaleza y seguridad. Este puente, desapareció a finales de los años 50, al construirse dos muros de contención a la ría y el posterior relleno de la zona.

El puente de hierro, situado más a levante con acceso a la población por la marisma y la antigua calle del Molino (hoy Avda. Huelva) fue durante algunos años rotulada con el nombre del  ingeniero que lo diseñó don Juan Bautista Conradi, ingeniero del Puerto de Huelva.  Sus obras se iniciaron en 1930  siendo concebido su uso para el ferrocarril,  de ahí la estrechez de su vía que imposibilitaban el paso a la vez en paralelo de dos vehículos de importante tonelaje, principalmente autobuses y camiones. La mala situación del puente de madera hizo de  aquella solución,  que aunque no era la que Isla Cristina necesitaba,  viera  su viabilidad, adosándole en los laterales sendos pasillos de voladizo para facilitar el paso a los peatones y evitar así,  que las personas lo cruzaran por el interior.  Fue inaugurado y abierto al tránsito en 1932  siendo alcalde don Antonio Noya Beltrán.  

El Puente Infanta Cristina fue inaugurado en 1978, siendo alcalde don Emiliano Cabot del Castillo, y se construyó en paralelo al hoy desaparecido puente de hierro, rotulándose años después  en honor a la infanta Cristina de Borbón y Grecia con motivo de su visita a la localidad el 8 de septiembre de 1989 para asistir a la botadura de la carabela Pinta. Es el principal acceso a Isla Cristina, que soporta diariamente más de 10.000 vehículos, en 2021 fue intervenido por vía de urgencia ante  una serie de patologías estructurales graves, asociadas a procesos de corrosión extrema de las armaduras a causa de los ataques por cloruros en ambiente marino, incluso con pérdida de posiciones, agrietamientos, fisuraciones, faltas de recubrimiento y desconchones,  etc.

En los años 80 de manera muy rudimentaria se colocó una pasarela flotante con bidones y una plataforma de madera,  que dio paso a la posterior construcción del primer Puente de la Gola, para unir la playa de Punta del Caimán con  la lengua de mar abierto que se denomina Playa de la Gaviota, este puente fue construido en 1989 bajo el proyecto “El Cantil” promovido por la empresa Bekinsa para dotar de un mejor servicio a las nuevas construcciones que se estaban realizando en la zona. El deterioro por la agresión de la mar y la baja calidad en su construcción así como el robo continúo de sus maderas, obligó al ayuntamiento presidido por Francisco Zamudio Medero a cerrarlo y a colocar un nuevo puente provisional flotante de poliéster en 1997 hasta que en 2003 la Dirección General de Costas  construyó el actual. Varias han sido las intervenciones de mantenimiento, teniéndose que cerrar su paso y habilitando plataformas flotantes hasta su arreglo, la última y definitiva intervención se realizó en 2017 que contemplaban el fortalecimiento de la estructura y la sustitución de las bases de las torretas de apoyo originales de madera por otras de hormigón.

Además de estos puentes ya reseñados, en el actual término municipal de Isla Cristina, en el Camino Real que iba desde Sevilla a Ayamonte, en el siglo XVIII en torno a 1787, aparece documentado6 un puente de material, de un solo ojo a distancia de un tiro de bala de La Redondela hacia poniente, para salvar el paso del caño del Prado del estero de Vaciatalegas (hoy ría Carreras) en dirección a Ayamonte. Actualmente, el puente del Prado existe soterrado por la carretera  HV-4121 que va desde la propia localidad de La Redondela a Pozo del Camino y sirve de desagüe a las lluvias y a la Laguna del Prado Hondo.

Puente de un solo ojo, que nos sirve de ejemplo de cómo aproximadamente pudo ser el puente Del Prado en su desembocadura en Vaciatalegas (ría Carreras)

También existe en dicho término otro puente, en la misma HV-4121 construido para salvar la carretera elevada y permitir el tránsito ferroviario que comenzó a funcionar en la zona en 1936.

Sería notable destacar que dentro del término municipal, en la zona de campiña y especialmente en la marisma, existen pequeños puentecillos o pasarelas que comunican los pesqueros y las salinas pero que no alcanzan el grado de puentes para ser reseñados. 

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1,3,4.- Sosa Rodríguez, José. Historia de Isla Cristina (Biografía sentimental) Capitulo IX

2.- Mirabent Feu, María Teresa. Revista de la Fiestas del Carmen 2017, aunque presumimos que cofunde Alcalá de Guadaíra con Coria del Rio, ya que este primero, no cruza el Guadalquivir.

5.-  La Higuerita 28-8-1933

6.- López, Tomás. Diccionario geográfico. Libro 7.301. La Redondela (Biblioteca Nacional)