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miércoles, 3 de abril de 2024

LOS NEGOCIOS CENTENARIOS DE ISLA CRISTINA

 Artículo publicado en el Periódico La Higuerita 1-4-2024


Para que un negocio haya podido alcanzar la friolera cantidad de 100 años, seguro que habrá tenido que sortear muchas vicisitudes, y muchos serán los sacrificios de varias generaciones para mantener una actividad comercial que haya sido rentable.

No es fácil, por las dificultades que conllevan, mantenerse un siglo abierto al público ofreciendo unos servicios a la comunidad y superar a lo largo del tiempo, los diferentes contratiempos y las crisis económicas. Estos “negocios centenarios” han conocido a lo largo de su historia, los diferentes sistemas políticos que han regido España: monarquía absolutista, dos dictaduras, una república y actualmente una monarquía parlamentaria, además de sobrevivir la pandemia de “Gripe Española” de 1918, una Guerra Civil, diferentes crisis económicas y por último, la pandemia sanitaria provocada por el covid-19.

En este ámbito de cosas, tenemos que diferenciar bien lo que es una actividad de lo que es un negocio, y destacar al mismo tiempo, qué aunque sus propietarios evidentemente han ido cambiando por ley de la vida y del tiempo, los  enclaves, los edificios o las marcas, continúan siendo la misma.

Cabecera de la primera publicación del  Periódico La Higuerita 13-2-1915


He querido dejar a un lado a nuestro querido y Decano de la Prensa de Huelva, el periódico La Higuerita, ya que habiendo superado el centenario con creces, no lo interpretamos actualmente como un negocio familiar en sí, aunque sí lo fue en su momento, creado por Juan Bautista Rubio Zamorano como un instrumento de comunicación y opinión en 1915 y después, continuado por su hijo Juan Bautista Rubio Milá, y por Rafael López Ortega hasta nuestros días, convirtiéndose en un gran legado cultural auspiciado actualmente por la Asociación Amigos del Periódico La Higuerita, dirigida por Esteban Magaz.     

"Salinas La Primera" 


El negocio actualmente más antiguo que hemos podido localizar en Isla Cristina en activo, y que continúa con su explotación de sal,  es “Salinas La Primera”, que inició su actividad según escritura1, en 1884/85 como “Marismas de la Tuta” por aquel tiempo en terrenos del término de Ayamonte y regentada por Francisco de Paula Fernández de los Senderos y Pérez Arescurenaga, quién fue Gobernador Militar y Político de la Real Isla de La Higuerita con el tratamiento de Capitán de Navío y Comandante Militar de Marina de la Provincia de Huelva, (personaje éste, que es destacado por el Padre J. Mirabent en sus Memorias en el suceso con un barco pirata con bandera inglesa,  y que dio origen a la construcción del baluarte o Castillo de Santa Catalina). Posteriormente pasó a propiedad de la familia Mirabent, denominándola como “Salinas La Primera”, ya que su hijo Francisco Fernández de los Senderos Rubalcaba, casó2 con Pastora Mirabent Bogarin,  hermana de Antonio Mirabent Bogarin,  quién continuó dicha explotación.  El 18 de julio de 1922, todos esos terrenos anexos a la Barriada de Román Pérez3, pasaron a pertenecer al término municipal de Isla Cristina. Actualmente estas salinas son explotadas industrialmente en régimen de alquiler por una empresa que también explota otra en la Isla de Bacuta en  Huelva.

Dos son las farmacias históricas y centenarias que existen en Isla Cristina.

Antigua botella de la Farmacia de Ruperto García de Vinuesa


La primera botica4 que encontramos en la localidad, fue regentada por Bartolomé Rodríguez Pérez,  natural de Villanueva de los Castillejos en el siglo XIX. Es el 3 de octubre de 1877 cuando Ruperto García de Vinuesa Garganta, natural de Vildé, Soria, y farmacéutico, se instala en Isla Cristina contrayendo matrimonio con Antonia Pastora, convirtiéndose en yerno de Bartolomé Rodríguez en 1880. Tanto Ruperto como su hermano Emilio, médico, fueron distinguidos por su acción humanitaria al enterrar ellos mismos con sus manos a las víctimas fallecidas por el cólera morbo de 1885. Continuador de la farmacia, tras su fallecimiento en 1917, encontramos expedientes5 para autorizar el traspaso de la farmacia de D. Manuel Martín Noriega en 1930 a favor de Ruperto García de Vinuesa Rodríguez, su hijo, lo que presuponemos, que fue una regencia temporal, así como otra de su hermana, la farmacéutica María del Carmen García de Vinuesa Rodríguez6, en 1931 a favor de Francisco Quintero Breva, lo que intuimos que fue por la misma razón, como también lo hizo Antonia Pastora García de Vinuesa González  por el fallecimiento de su padre. En 1978, tras finalizar sus estudios de farmacia se hace cargo de la misma, María del Carmen García de Vinuesa González hasta nuestros días, que continúa  ofreciendo sus servicios en la calle del Carmen, dirigida por su hija la Lda. Rocío Piñero García de Vinuesa, biznieta del boticario Bartolomé Rodríguez y conformando una saga de cinco generaciones de farmacéuticos en Isla Cristina.

En la foto D. Juan Roselló Ferrera, D. José Roselló Ferrera, médico
y su hijo D. Juan Roselló Zarandieta, farmaceutico. 


El licenciado  Juan Roselló Ferrera, colegiado nº 2, abrió su farmacia en 1892 en la Calle del Carmen, en pleno corazón de Isla Cristina, según expediente7 municipal de apertura.  En 1919 ya era miembro8 de la primera Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Huelva y alcalde de Isla Cristina en 1929. En 1931, es traspasada9 en favor de su hijo José Roselló Mora. En 1939, regenta la farmacia la viuda de José Roselló Mora,  quien  traspasa10 en  favor de su sobrino José Roselló Zarandieta, llegando a  ocupar el cargo de decano11 de los colegiados y nombrado en 1969 “Colegiado de Honor”. Actualmente, esta farmacia se enclava en la Gran Vía de Román Pérez a escasos metros de donde siempre estuvo la primitiva farmacia, regentada por el Ldo. Juan José Roselló Cardoso, biznieto su iniciador Juan Roselló Ferrera.   

Gregorio Salcedo Martín y José Manuel Salcedo Soler, padre e hijo.
Foto: Huelva Buenas Noticias


El fotógrafo Domingo Salcedo Ruiz, durante algunos años trabajó como fotógrafo ambulante por casi toda la geografía provincial, y aunque ya había visitado la localidad anteriormente, se establece definitivamente en Isla Cristina en 191312.  Natural del Puerto de la Cruz en Tenerife,  instaló su negocio en el Paseo de los Reyes donde actualmente continúa, en ese mismo estudio, podemos apreciar la cámara de madera sobre bastidor, con  fuelle negro que utilizaba a finales del siglo XIX y principio del XX.

Fallecido en 1925, es su hijo Manuel Salcedo Vergara, quién hereda su profesión y continúa con el negocio de la fotografía, convirtiéndose en el fotógrafo que captó e inmortalizó la imagen de una gran mayoría de isleños a lo largo de su vida. Es su hijo Gregorio Salcedo Martín,  quién continuó ejerciendo la profesión y adaptó el local a los nuevos tiempos con un nuevo estudio. Actualmente, es el biznieto de Domingo Salcedo, José Manuel Salcedo Soler, quién regenta “Foto Salcedo” y mantiene este artístico negocio con más de un siglo de historia.   

Papel de envolver los pasteles,  utilizado por Pastelería Pavón. 


La Pastelería Pavón, en el Paseo de Los Reyes,  es uno de los emblemas más señeros de Isla Cristina. Abrió sus puertas en 1919, por el empeño de un gran aficionado a la repostería  Manuel Pavón Mesa, que junto a su esposa, sin pretenderlo, endulzaron a lo largo de la historia los hogares de muchos isleños y el de gran parte de la provincia con miles y miles de pasteles: milhojas, borrachos, bizcotelas, petisúes, piononos, almendrados, cuernos de hojaldre, cocas y tartas que han presidido infinidad de cumpleaños y bodas.

José Biedma Viso, sobrino político de Pavón, a  los doce años, entra como aprendiz en el obrador, compaginando los merengues y azucares con las clases particulares que recibía en el colegio. Pepe Biedma, se perfeccionó durante algunos meses, con la ayuda del dueño de la confitería sevillana “La Campana”, refinando sus conocimientos,  y es en 1948 cuando su tío se retira, cediéndole el famoso negocio,  que además de la fama por sus dulces, la tenía por abrir todos los días del año sin excepción y no cerrar nunca.  En 1980, Biedma Viso, traspasa el negocio al empresario Joaquín Martín Columé, quien renueva por entero el negocio con nuevas e industriales máquinas y adaptadas a los tiempos, ampliando las ventas a otras y provincias con una nueva visión de negocio al que le aporta una cafetería, así como abriendo otras sucursales. Actualmente, es su hijo Alberto Martín Sendón, quién sigue  al frente de la pastelería, manteniendo la tradición con más de un siglo endulzando el paladar de Isla Cristina.

Antiguo "Bar Lulú"


Es en abril de 1921, cuando coincidiendo con un Viernes Santo, abría sus puertas el café “Bar Lulú”, en un precioso edificio propiedad de Francisco Mirabent Soler de estilo modernista y bajo la dirección del empresario Ramón Noya Frigolet. Una revolución en una época de gran desarrollo económico en todo el centro de la localidad que rompía con los zampuzos y tascas existentes, siendo posteriormente traspasado a Juan Martín.

En plena Guerra Civil 1937 Ramón Pérez Rodríguez13 se establece en el Lulú Chico, una pequeña tasca que colindaba a este edifico,  y es en  la posguerra, 1940,  cuando unifica ambos locales con el nombre de “Bar Nacional” convirtiéndose en uno de los locales más concurridos de la época, donde se realizaron grandes bailes. Trascurridos algunos años, en los años 71 y 72, vuelve a recuperar el nombre de “Bar Lulú” ya como restaurante por el cocinero isleño Rufino Zaiño y bajo la dirección de los hermanos Pérez Conde, hijos de Ramón Pérez Rodríguez: Roque, Pepe y Ramón hasta su cierre. Tras algunos años de inactividad, el matrimonio compuesto por José María López Franco y Josefa del Carmen Fornieles Toro,  compran el local en 2005 a José Hernández Samper, abriéndolo como café, bar de copas y restaurante para que en agosto de 2022 fuera vendido a Pedro Sanabria Espinosa. Actualmente, el “Lulú”, continúa siendo un lugar de encuentro y ocio en un enclave céntrico y privilegiado de Isla Cristina. 

Propietario y empleados de El Barato 1951

 

Y, aunque aún no ha cumplido el siglo, hemos querido incluir en este apartado a un negocio también señero en la localidad y casi centenario, y que fundado en 1929, muy pronto cumplirá cien los años, nos referimos a “El Barato”, fundado por Ángel Rubio Marín y que a lo largo de sus 95 años de historia,  ha sido un referente en la venta de telas, zapatos, confección, mercería, perfumería y artículos de regalo, ubicándose primitivamente en el Paseo de Chocolate, donde actualmente se sitúa el Restaurante “Casa Alberto”, en una sociedad llamada “Almacenes El Barato”14. Es en 1935 cuando se traslada al lugar actual y como lo conocemos. En 1941, se funda la Sociedad  Rodríguez, Rubio y Cía en la que Ángel Rubio participa como accionista también de “Almacenes El Barato de Huelva” así como en “Sederías Gran Vía” de la Capital. Actualmente, continúa con el negocio local su hijo José Luis Rubio Carballo, siendo un referente para la localidad y los pueblos de los alrededores por su especialidad en telas para carnaval  y todo tipo de tejidos para la confección. 

Estos comercios y negocios centenarios que han visto pasar la vida de Isla Cristina, son una parte importante de nuestra historia y de nuestros antepasados,  que han sabido adaptarse a los tiempos, heredados de padres a hijos o de empresario a empresario, y que tuvieron la valentía, la formación y el emprendimiento, para sortear todos los obstáculos y superar con creces,  el siglo de vida.

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1.- Escritura de propiedad. Nicolás Mirabent Noya
2.- Bogarin Díaz, Jesús. 390 Linajes Isleños.  Fernández de los Senderos
3.- González Salgado, Francisco. De Puente Carreras a Barriada de Román Pérez 18 de julio de 1922. Periódico La Higuerita 1-6-2020
4.-  Dato aportado por María del Carmen García de Vinuesa González
5, 6, 7, 9, 10. - Archivo Municipal de Isla Cristina Leg. 554 -555
8, 11.- Cien años de historia Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Provincia Huelva (Capitulo XV)
12.- López Márquez, Vicente. Isla Cristina. Por los Caminos de la Historia. Cap. 52
13,14.- Biedma Viso, José. LA HIGUERITA 14-9-1991 / 1-9-1990
 

miércoles, 3 de enero de 2024

Normas para el gobierno político de la Real Isla de La Higuerita en 1777



Dos décadas después del primer asentamiento en la colonia de pescadores de La Higuerita,  el Ayuntamiento de Ayamonte, quién regía los destinos de aquellos colonos temporeros, antes de que la Real Isla de La Higuerita fuera incorporada a la Corona Española, dictó unas normas para el gobierno político de la isla.

Podríamos casi sospechar, que estas normas recogidas por el escribano ayamontino1,  Antonio Díaz (…..ilegible) y Delgado,  el 27 de agosto de 1777, pudieran ser las primeras reglas que se aplicaran en la isla y  por orden del alcalde ordinario de su término y jurisdicción,  Francisco Medero, para un mejor gobierno político en el sitio de la población de La Higuerita, de esto hace nada más y nada menos que 247 años,  y en dicho término, hacer conveniente a los moradores estantes y habitantes,  y hacer saber a los particulares menos precisos,  que por las leyes del reino se ordenaban; y en su consecuencia se publicaron  y fijaron carteles en sitios públicos para que fueran observados en la parte que les tocara en modo y la forma siguiente:

 “Que ninguna persona juegue a juegos de naipes prohibidos, ni otros que lo sean pena de seis meses y diez días de cárcel; no lo permita en su choza, almacén y casa alguna del sitio, porque se procederá conforme a las leyes”.

 “Que ninguna persona sirva amancebada, ni con escándalo, ni sirva de alcahuete bajo de la otra pena y de proceder contra los inconvenientes según las leyes.

“Que ninguna mujer se ocupe de día en el acarreo de sardina del río a las chozas ni otra especie de pescado, sino que sea de noche, para evitar el escándalo consiguiente, considerando pena de cuatro días de proceder a lo que haya lugar contra la deshonra que lo consintiese, ni tampoco las otras mujeres francas en chozas, casas, ni almacenes de noche, y si de sol a sol, bajo otra pena de cuidar muchas ofensas a Dios Nuestro Señor y su Dios evocándolo que sea informado de ello”.

“Que ninguna mujer habitará en otra choza, casas ni almacenes de esta población que no sea esposa, madre o familia de la persona o parienta cuya conducta sea nada notoriamente conocida porque fuera bajo pena de Dios Señor y de proceder a lo de mayor y haya lugar”.

“Que ninguna persona eche blasfemias contra la Divina Sagrada Virgen en gracia, ni santos de la corte celestial, ni cosa sagrada, sobre penas impuestas por las leyes del reino”.

“Que ninguna persona traiga armas prohibidas, ni andar en cuadrillas por la noche, ni den escándalo, pena de ocho ducados y de procederse a los de mayor que haya lugar”.

“Que las venteras y puestos pre hechos no vendan cosa alguna de precio y necesidad, sino que sean los precios que en arreglados al marcho de….. (ilegible) y lo mismo las medidas pena de ………(ilegible)”

“Que los cerdos se quiten y anden por esta población y los pongan fuera de ella, será causa de pena de un ducado por cada uno que se aprehenda en las calles”.

Todo lo cual,  se guarde y cumpla porque así conviene a la tierra donde se presenta, y que se hizo en el sitio de La Higuerita para que llegue a notica de todo; y que lo firmo y certifico: Francisco Medero.

Como podemos comprobar, se hicieron varios edictos  tras las visitas que se recogen en las actas, realizadas como inspección.  Salvo algunas puntualidades, la prohibición de los juegos de cartas, la tenencia de armas y pasear en grupos de noche o que los cerdos deambularan  sueltos, la mayoría de las normas estaban dirigidas a la moral  y salvaguardar la imagen, y sobre todo,  que lo que ocurriera de puertas para adentro de las chozas y almacenes, no fuera motivo de escándalo.   

A continuación,  transcribimos la resolución de las inspecciones realizadas a algunos tenderos y que certificaban, que los pesos estaban conforme a la legalidad vigente que se regía por el “marco de Ávila”.

"Certifico, haber recibido ocho ducados como Alcalde, en este sitio, en este día, a presencia de muchas personas, hice un edicto en la pared con (…) y  que convenía a la (...), los capítulos de autos que precede, y para que concrete se pone por diligencia al momento de una que firmo en La Higuerita a veintiocho de agosto de mil setecientos setenta y siete".  Fdo. Medero

"Estando en el sitio de La Higuerita a veinte de septiembre de dicho año, el citado Sr. Alcalde, asistido de mí el escribano y su alguacil ordinario estando en este otro sitio procedió a hacer y con efecto se hizo visita de todas las casas porque se vendía vino aguardiente y diciendo que eran comestibles, sin pesos ni medidas, y habiendo reconocido cada cosa de por sí, con todo cuidado y atención, se hallaron estar arregladas y conforme a el marco de Ávila, que para cómo se pone por diligencia y firmo". Doy fe   (...)                  Medero  (...)             Antonio Díaz (ilegible) y Delgado

"Estando en el sitio de La Higuerita este día diez de noviembre de dicho año; como Alcalde con mi asistente y la de su sitio ordinario, visito de nuevo otros almacenes y venta de cosas de comer y los pongan pesas y medidas de ellas, y están arregladas al marco de Ávila y lo mando poner para diligencia,  que firmo y como escribano lo certifico".    Medero  (...)    Antonio Díaz Francisco y Delgado

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1.- Legajo 20, Año 1777, Normas para el gobierno político de La Higuerita. Archivo Municipal de Ayamonte

 

lunes, 2 de octubre de 2023

La carta de aceptación de la Marquesa de Ayamonte en el conflicto Ayamonte y La Redondela, por el sitio de La Higuerita.

Articulo publicado en el periódico La Higuerita 1-10-2023 


Carta de aceptación de la Marquesa de Ayamonte para depositar el caudal que debían pagar los pescadores valencianos y catalanes por la pesca de sardinas que se asentaron en el sito de la Higuerita

En un artículo publicado el 15 de noviembre de 2019, “La Carta de la Marquesa de Ayamonte” hacíamos público el documento que Doña Ana Nicolasa de Guzmán y Córdoba Osorio y Dávila, Marquesa de Astorga, Marquesa de Ayamonte, y Duquesa de Atrisco entre otros títulos, había remitido al Cabildo, Justicia y Regimiento de la Ciudad de Ayamonte, con fecha 13 de octubre de 1756, es decir,  meses después del primer asentamiento poblacional en La Real Isla de La Higuerita.

En ella1, nos mostraba con claridad,  los conflictos territoriales por el interés suscitado, tanto en lo político como en lo económico por el control del sitio de la Higuera, colonia de pescadores recién creada y que generó una gran pugna territorial entre  los alcaldes de Ayamonte y La Redondela, pertenecientes a la jurisdicción de su Marquesado de Ayamonte, y ante la necesidad de buscar un arreglo, la marquesa, impuso su voluntad y aconsejó que buscaran un acuerdo amistoso y la mejor unión, enviando para ello a un súbdito, Don José Antonio de Losa, para que intercediera en el conflicto y tratasen,  y acordaran este asunto amistosamente sin recurrir a ningún abogado “porque sería atrasarlo todo”.

El 13 de diciembre de 1757, catorce meses después de aquella carta, la Marquesa de Astorga volvió a emitir una nueva disposición por escrito, en esta ocasión, aceptando la propuesta que  le habían hecho el corregidor  de Ayamonte y el alcalde de La Redondela, y en la que obligaba a los pescadores valencianos y catalanes a que pagaran el caudal por la pesca de las sardinas, antes de que regresaran a sus lugares de procedencia, y estuviera a buen recaudo depositándose en persona segura, hasta que llegara el momento de resolver la controversia pendiente entre los Ayuntamientos de Ayamonte y de La Redondela mientras se determinaba a cuál de aquellas villas pertenecía la posesión del sitio de La Higuerita.

Trascripción de la carta2: 

Con la proposición que me hacéis de depositar el caudal que deben pagar los Pescadores Valencianos y Catalanes por la pesca de Sardina que se asentaron en el Sitio de la Higuerita antes de que se fuesen a sus Países, lo que me parece bien, y es de mi aprobación, con tal que se deposite en persona segura y abonada que lo afiance, para cuando llegue el caso de Resolver la controversia pendiente entre esa ciudad, y la Villa de la Redondela. De cuál de ellas corresponde el Sitio de la Higuerita.  Dios os que .m. a.  13 de diciembre de 1757 

ANZ Marquesa de Astorga.

Marquesa. Sra. de Atrisco

 

Como bien hemos apuntado en diferentes publicaciones, el 15 de abril de 1788, por un Real Decreto de Carlos III, es cuando se incorpora la Real Isla de La Higuerita a la Corona.  Aun así, tanto La Redondela como el regidor de Ayamonte que quería mandar exclusivamente, hicieron caso omiso, desatendiendo dicho Decreto, y alargando esta situación con una duración de 32 años, a pesar de que dichos colonos habían recurrido al Rey para que intercediera e hiciera cumplir la ley, mientras tanto, La Redondela3 por un principio de política, había determinado elegir un alcalde de este vecindario para que en unión con el de La Redondela gobernasen ambos pueblos. 

El 22 de abril de 1801 el Capitán de Fragata de la Real Armada y Comandante Militar de la Ciudad de Ayamonte y su distrito,  Don Ricardo Darrac, sabedor de la resolución del Rey de 1788, estableció en la Isla una Subdelegación de Marina nombrando a Don Salvador Casanovas4 para que dirigiese a sus habitantes (este mismo señor, fue quién en 1789, un año después, traería desde Mataró en su barquilla a la Virgen del Rosario,  Patrona del Gremio de Mareantes) expidiéndose por el conducto correspondiente el 14 de febrero de 1802 una Real Orden5 de S. M. el Rey para que no se alegara en lo sucesivo ignorancia y dejaran en posesión de la Marina la Jurisdicción de la Real Isla de La Higuerita con fecha 15 de abril de 1788 quedando al mando de la Real Isla de La Higuerita, el Capitán de la Real Armada D. Miguel de Irigoyen,  para que arreglase la jurisdicción, le pusiese Ayuntamiento y la gobernase tanto en lo político como en lo militar con exclusión de los pueblos que antes la ejercían.

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1.- González Salgado. F. Periódico La Higuerita, 15-11-2019 “La Carta de la Marquesa de Ayamonte” 

2.- Carta de la Marquesa de Ayamonte. Archivo Municipal de Ayamonte, Legajo 16

3.- Mirabent Soler, José. Gobierno Político. Memoria sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de La Higuerita.

4.- Mirabent Soler,  José.  Memoria sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de La Higuerita.  Capilla de Material.

5.- Mirabent Soler, José. Memoria sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de La Higuerita. La Marina.

viernes, 18 de agosto de 2023

Licencias otorgadas para la construcción de chozas y barracas por el Marqués de Ayamonte a los colonos de la Real Isla de La Higuerita en los primeros años de su fundación.

Artículo publicado en el periódico La Higuerita  15-8-2023

Licencia otorgada a Joseph Francisco Mathias, 5-8-1777

 

El Padre José Mirabent, nos apunta en sus Memorias sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de la Higuerita, que la primera choza para el tráfico de salazón y espicha fue levantada por Arnau, patrón de una de las Compañías que se asentaron en 1756 tras el maremoto, y que sucesivamente fueron formando otras en el mismo año, situándola cada uno en el lugar de más  acomodo, sin pararse en el orden y simetría.

Este establecimiento, en muy pocos años fue creciendo en edificios necesarios para alojar a los pobladores que iban llegando para elaborar el pescado en chozas y barracas que se iban construyendo a discreción. En 1757,  varios patrones de diferentes compañías, construyeron una barraca para la celebración de la santa misa.

Aquellas chozas provisionales y que eran utilizadas por temporadas, sufrían mil incomodidades y privaciones y estaban amenazadas por los incendios que se producían muy a menudo. Según el ilustre sacerdote, por los años de 17601, se quemaron todas las posesiones que estaban situadas cerca del río en lo que ahora es la calle San Francisco. El segundo de los grandes incendios acaeció en 17872 y en él perecieron con todos sus útiles al tráfico  las que estaban en el cuadro o manzana que hoy ocupan los Almacenes de D. José Soler, y Robira, y el de D. Juan Milá ( hoy Avda. Padre J. Mirabent) y el tercer incendio, se produjo por los años de 1804/53 donde se quemaron en el barrio alto de veinte y cuatro á veinte y cinco chozas (El barrio alto era el Cuquimán, actual Avda. Ángel Pérez, Paseo de Las Palmeras).

En este orden de cosas, también nos apunta, que el primer almacén4 de material lo levantó la Compañía de Antonio Salerich, el segundo Juan Pascual, el tercero Antonio Rivera, después Bartolomé Coll, y el Almacén del Duque para los utensilios del establecimiento de la Almadraba de Atunes.

En el informe realizado para el pleito5 entre el Marqués de Astorga, la ciudad de Ayamonte y la villa de La Redondela, y por el otro, la Corona, representada por el ministro de Marina de Ayamonte, don Antonio Miguel Visorio el 25 de octubre de 1784, la población de La Higuerita contaba con 60 vecinos, la mayor parte de ellos catalanes y matriculados los cuales, habían construido a su costa varios almacenes destinados al acopio de sardinas, así como una iglesia para la celebración del “Santo Sacrificio de la Misa” cuyos capellanes, puestos por el ministro de Marina, también habían sido pagado por ellos.

Los colonos representados por la Marina contra la Jurisdicción Señorial del Partido de Ayamonte y  La Redondela, iniciaron un litigio,  motivado porque comenzaron a extender6 sus varas de hierro sobre estos desvalidos habitantes. A la sombra de la Justicia hacían frecuentes incursiones, y más de una vez causaron vexaciones, molestias, é incomodidades, que solo podían redimir, y evitar con el dinero. Los catalanes habían ganado a su favor en varias ocasiones y estos conflictos,  se sucedieron mientras les seguían exigiendo  el pago de derechos por los alimentos así como por la madera que cortaban para la construcción de sus barracas. Puestos en conocimiento del Rey, este vino a resolver contra el Marqués de Astorga sobre la pertenencia de la Isla el 15 de abril de 1788, una decisión tan clara y determinante que no respetaron y tanto el Corregidor de Ayamonte como los alcaldes de La Redondela, que seguían afirmando, que era su término jurisdiccional y  unos y otros realizaban incursiones y los multaban hasta que en el año de 1799 se incorporó definitivamente a la corona. 

Queda claro, que aquellos primeros pescadores levantaron sus chozas como bien nos apunta el Padre Mirabent, de una manera anárquica y cada uno donde mejor convenía, hasta que el Ayuntamiento de Ayamonte ejerció sobre la zona su control obligando a pagar impuestos y regulando sus construcciones. Es por lo que posteriormente, los  pescadores tenían que solicitar autorización al marqués de Ayamonte para poder levantar sus chozas, así encontramos en el libro Capitular7 del Ayuntamiento de  Ayamonte, los documentos que lo certifican.

La choza más antigua documentada que hemos podido encontrar con fecha 30-9-1770 fue solicitada con suplica al marqués,  por Salvador ¿Salva?, de la nación catalana, residente en la Playa de La Higuerita, quién solicitó autorización para construir una choza de 80 varas de largo por doce de ancho para la pesca y el tráfico de sardinas, y que lindaba con Bernardo Partagas, Pedro Carbonell y don Juan Patiño.

La segunda inscripción encontrada es la petición realizada por Bartolomé Soler,  catalán, patrón de compañía de traficantes de sardinas en la Playa de La Higuerita, que solicitó una licencia para construir una choza de piedra y cal junto al rio para almacén el 2 de julio de 1777.

El 5 de agosto de 1777, se le concedía autorización para la construcción de una choza o cabaña en sitio desocupado en  la Playa de La Higuerita, termino de la ciudad de Ayamonte, por el alcalde ordinario Francisco Medero, en la jurisdicción del Marquesado a Joseph Francisco Mathias, entre las chozas de Bartholomé Colomé y Gaspar Ramírez, suplicándole al marqués su autorización.  Se le concedió dejando entre los linderos, transito a la entrada y a la salida con un  ancho dos varas más o menos.

El 7 de agosto de 1777, se le concedía a Jacinto Domingos autorización para la construcción de una barraca o choza para su familia en la Playa de La Higuerita.

Licencia otorgada a Josep Monell, el 15-9-1777


El 15 de septiembre de 1777, Josep Monell, vecino de La Redondela y natural del Reyno de Cataluña, comerciante de sardinas, residente en la playa de La Higuerita, solicita y suplica autorización para construir una choza de treinta varas de largo y veinte de ancho,  siéndole concedida una zona que lindaba por el sur,  con la choza de María Neta y por el norte con la de Gregorio Romeu, dejando un espacio suficiente para evitar incendios.

El 14 de noviembre de 1777, Pedro Grau, natural de Cataluña, residente en la Playa de La Higuerita, solicita al marqués, licencia para construir una choza de treinta varas por cuatro, para el tráfico de sardinas, concediéndole una zona que lindaba por levante con la de Miguel Pinel,  y por el norte con la de Cosme García y por el sur con la de Feliz Piñeiro y por poniente el rio.

El 15 de septiembre de 1777, fue concedida también la solicitud de la venta de una choza construida por Juan Pasqual,  de nación catalana, residente en la playa de La Higuerita, y a quién se le había concedido en su momento autorización para construir un almacén para el tráfico de pescado salado, de treinta y tres varas de largo y 24 de ancho y que lindaba por poniente con el rio de esta playa y por el norte con el almacén de Bartolomé Soler, por el sur con otro de Bartolomé Coll (con toda probabilidad, este señor,  sería  el mismo que levantó el segundo almacén de material según el Padre J. Mirabent en sus memorias).  El motivo de la venta era la ruina que padecía por la quema de otra choza de su propiedad. Por lo que esta choza, debió ser de las más antiguas.

El 18 de octubre de 1780 el Marqués de Astorga,  autoriza licencia a favor de Bartholome Romeu, vecino de Sichez (Sitges) miembro de una compañía en la Playa de La Higuerita para la construcción de una choza de mampostería (es decir, de material) en la playa de La Higuerita, representando ser también traficante de sardinas y para tal menester necesitaba construir un almacén con destino a la pesca de sardinas.

También encontramos, que el 8 de marzo de 1785, María Salerich, vecina de Ayamonte, a la muerte de su padre Antonio Salerich (presumimos, que nos referimos a la persona que construyó el primer almacén de material en La Real Isla de La Higuerita según J. Mirabent) quién hereda éste almacén de veinticinco varas de frente y treinta de fondo, en la playa de La Higuerita, y habiendo extraviado la licencia en un fuego, solicitaba se le expidiera otra licencia que acreditara la propiedad, ya que le había tocado a ella en herencia entre sus hermanos, un almacén de tapia y tierra, derogándose la licencia que obtuvo su difunto padre en su momento por una nueva a favor de ella.

Estos asentamientos en la Playa de La Higuerita, se refieren, al casco antiguo de la actual Isla Cristina, ya que todo era ría, marismas y playas, donde encontraron un refugio alejados de la costa.

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 1.2.3.- Mirabent,  José. Memorias sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de la Higuerita. (La Marina)

4.- Mirabent,  José. Memorias sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de la Higuerita. (Edificios de Material)

5.- García García, Francisco. El paso de la Isla de La Higuerita de la Jurisdicción Señorial a la Jurisdicción Real  (XII Jornadas de Historia de Ayamonte)

6 - Mirabent,  José. Memorias sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de la Higuerita. (Govierno Político)

7.- Archivo Municipal de Ayamonte,  Licencias para construir chozas en la Higuerita y normas para el gobierno político del lugar. Legajos 20, 21

jueves, 1 de junio de 2023

La Santa Misión en Ayamonte y La Higuerita, última voluntad del matrimonio Manuel Garcés y Nicolasa de Lara Muñiz.

Artículo publicado en el Periódico La Higuerita 1-6-2023

Escritura de Testamento y Última Voluntad,
cedida por don José Morales Reyes, de Ayamonte. 

 

El Padre José Mirabent, que nació en La Higuerita el 14 de agosto de 1779, en sus memorias sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de La Higuerita, nos hace referencia de los graves inconvenientes que existían para que los colonos que se habían establecido en la isla,  pudieran oír misa,  y cómo reunidos los patrones de las compañías más poderosas, solicitaron al Administrador de la Aduana de Ayamonte, don José Quintana Ceballos,  les enviase todos los días festivos un Religioso del Convento de San Francisco, para que ofrecieran misa.

Un interesante documento, facilitado por don José Morales Reyes, de Ayamonte,  y al que agradezco públicamente su gentileza, nos aporta un interesantísimo dato sobre una misión evangélica en Ayamonte y en la Playa de La Higuerita y que viene a ampliar y a complementar los datos  que el Padre Mirabent nos ha dejado en sus memorias.

Se trata de un Testamento y escritura de admisión de últimas voluntades, por la falta de herederos con fecha 20 de abril de 1790, rubricado en Ayamonte ante el SM mayor de la marina y su provincia,  por los señores don  Manuel Garcés  y su esposa doña Nicolasa de Lara Muñiz, y en el que se plasma, que el día 11 de junio de 1779 en unión y conforme, realizaron un testamento de última voluntad y por adicción al mismo, el 22 de abril de 1785 y el 25 de agosto de 1787 habían acordado algunas disposiciones especiales que ordenaron y aclararon en este último testamento, ya que revocaban y anulaban cuanto a favor había para el sobrino de doña Nicolasa, el Presbítero Vicente Alemán  que había fallecido, así como las respuestas de aceptación del Sr. Marqués de Ayamonte y los Frailes Capuchinos de Cádiz y Sevilla.

En el mismo, ordenaban y declaraban el uno al otro por heredero universal y albacea, y disponían entre otras cosas,  que por fallecimiento del último, se estableciese  una Santa Misión de cinco en cinco años y que en cada uno de ellos, había de celebrarse este sagrado ministerio por quince días en esta ciudad (se refiere a Ayamonte) en la iglesia de Ntra. Sra. de las Angustias y otros cinco en la Playa y Lota de La Higuerita,  y para ello, había  dejado dos almacenes o casas (excepto el corral) que lo habían dejado anteriormente en propiedad y usufructo al hospital de Ntra. Sra. de la Piedad de aquella ciudad, más un dinero para que fuera  costeada otra Misión con el producto de otras casas y almacenes para que fueran destinados para la curación de los pobres y enfermos de otro hospital, de acuerdo con el administrador del mismo, solicitando dos seminarios de Padres observantes de la ciudad de Arcos o Padres Capuchinos de la de Sanlúcar de Barrameda para el referido fin y en el caso de que no fueran condescendientes, por cualquier razón, ese dinero  sería donado a algún convento o Seminario, por lo que  dieron facultad al otro administrador del hospital citado de acuerdo con el cura más antiguo y el mayordomo de fábrica1 de otra iglesia de Ntra. Sra. de las Angustias para que trajesen otra misión donde más conveniente creyeran y con el sobrante  lo invirtieran  en los pobres.

Este documento fue  enviado con dicho  asunto y con el mayor cuidado al Guardián de Capuchinos de la ciudad de Sevilla, este con el M.R.P. Provincial y definitorio, y en su defecto tuvieron a bien y acordaron condescender y aprobar sus deseos, estimando que en ello se hacía mucho servicio a Dios y a las Almas y  suplicaron al Marqués de Astorga, Conde Duque Don Vicente Joaquín Osorio de Moscoso y Guzmán, que se sirviese y convirtiese en Patrono y protector de esta causa, como se acredita es su despacho expedido en Madrid el 12 de enero de 1790 y que se unió  a este instrumento para documentarlo incorporándose sus traslados a su literal tenor.

“Por cuanto Don Manuel Garzes vezino de mi Ciudad de Ayamonte me ha presentado en la fecha a treinta de septiembre del año próximo pasado que con su esposa Doña Nicolasa de Lara y Muñiz está acusado  y de conformidad por la falta de herederos ascendientes y descendientes fundan una misión de R.R.P.P Capuchinos del Convento de Sanlúcar de Barrameda para que pasen a ser en otra ciudad de Ayamonte de cinco en cinco años por espacio de veinte días y diez en el sitio de la Población de La Higuerita adyacente, o en caso de su ruina por las aguas que la circundan, a otro pueblo de los de aquel mi marquesado, aplicando para el costo de obras tan piadosa los bajos de las casas propias de su vivienda en el sitio de la Rivera como libres de gravamen alguno y otra casa  en la calle de la Cruz número de la Fundación de la Santa Misión con treinta ducados y mil reales al año, los que se recauda suficientes para el coste de las Misiones, prefiriéndose no obstante, agregar otra casa más en el ingreso de la Fundación a fin de que el sobrante que quede hecho los repasos necesarios a las mismas casas reabrigue de limosnas al hospital  de Ntra. Sra. de la Piedad”

Este documento fue firmado por el Marqués de Astorga, Conde Duque por mandato de su secretario, y deja claro, que tras el fallecimiento de el último de ellos o en vida de cualquiera de los dos, si se lo pidieran habrían de permanecer en esta ciudad veinte días enteros y otros diez en la Playa o sitio de La Higuerita o donde se verifique está la Lota y su tráfico (que dicta legua y media por un estero navegable) y en ambas partes han de ejercer su ministerio de la misión contando otros treinta días desde primer día de octubre y acabe el último.

Este documento nos muestra que los Padres del Convento de Capuchinos de Sanlúcar de Barrameda o Sevilla, visitaron la antigua Higuerita en una Misión Evangélica a finales del siglo XVIII encomendados  y amparados  por la dádiva de última voluntad del matrimonio ayamontino Manuel Garcés y Nicolasa de Lara Muñiz. Curiosamente, Manuel Garcés, fue nombrado por los colonos de La Higuerita mayordomo2, y fue quién se hizo cargo de las limosnas que se reunían para el mantenimiento y el culto en el templo, además, en 1779, el mismo año que nacía el Padre J. Mirabent,   fue el artífice de la donación de la campana,  gracias a la amistad con  don Manuel Rivero “El Pintado”  fundador del Mayorazgo  de Ayamonte y propietario de la Huerta Noble de La Redondela. 

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1.- Mayordomo de Fábrica es el que recauda las rentas de la iglesia y cuida de la fábrica. Antiguamente, pertenecía al obispo la inspección de las fábricas de las iglesias pero descargaron este cuidado en los arcedianos y estos, en los curas. Después se nombraron para este cargo a seglares notables y celosos.

2.- Memoria sobre la Fundación y Progresos de la Real Ysla de La Higuerita. Capilla de Material.