sábado, 15 de octubre de 2022

MANUEL RAMOS ASENCIO Y SU HERMANO ANTONIO, DOS ISLEÑOS EN LA HISTORIA DEL REAL BETIS BALOMPIÉ Y DEL PATRIMONIO CULTURAL DE BAENA.

Artículo publicado en el periódico La Higuerita  15-10-2022 

Primera vez que el Betis vistió su camiseta 13-11-1910 
El Sevilla Balompié derrota 6-1 al Betis Football Club en un partido amistoso
disputado en el Prado de San Sebastián.

Tanto el equipo de Heliópolis como la prensa deportiva, han escrito, y se han hecho eco de los orígenes que dieron lugar a la actual equipación del Real Betis Balompié, nada que ver, con el blanco y verde, de los colores de Andalucía y sí,  con la determínate influencia de un joven nacido en Isla Cristina y que hizo posible que desde Escocia, donde tenía contactos gracias a sus estudios, se exportaran las camisetas y posteriormente las telas con  los colores que a día hoy, viste el Club bético.

Según su acta de nacimiento1 que fue registrado dos días después por su padre, nace a la una de la tarde el 9 de enero de 1892  en la calle Progreso de Isla Cristina (Huelva) inscrito como Manuel Emilio Tomás Ramos Asencio, uno de los fundadores del Sevilla Balompié que posteriormente derivó en el actual Real Betis Balompié, e hijo del Interventor de Aduanas José Mª Ramos Oliva natural de Morón (Sevilla) y de Dolores Asencio Orijuela natural de Sevilla.

En 1904, con 12 años, fue enviado por sus padres a estudiar a Escocia al colegio marista de St. Josephs de Dumfries, las casualidades del destino hicieron que este colegio, que había sido fundado por el irlandés  Andrew Kerins “el Hermano Walfrid”,  era la misma persona que había creado en 1887 el  Celtic Football Club, Celtic de Glasgow,  en el barrio obrero de East End.

Desde sus orígenes, el Celtic vestía de verde y blanco con rayas verticales hasta que en 1903, las cambia por las horizontales que viste hasta hoy.

Manuel Ramos, allí se inició en la práctica del fútbol, y tras su vuelta formó parte del núcleo que había fundado el Sevilla Balompié en 1907, este equipo vestía hasta entonces, camiseta azul y calzón blanco.

La relación comercial que unía al puerto de Sevilla con los de Escocia fueron claves para en la gestión de Manuel Ramos, quién hablaba un perfecto inglés y era quién  concertaba partidos de fútbol con las tripulaciones de los barcos de vapor, algunos de ellos: el Farraline, Glenmore, Carsilile o Adamton, por donde conseguía camisetas y  balones.

Manuel Ramos Asencio
 Foto: manquepierda.com historia Real Betis Balompié


En noviembre de 1910, el Sevilla Balompié viste por primera vez la camiseta verdiblanca en el amistoso con el que inicia la temporada 1910-1911 frente al Betis Football Club y es Ramos Asensio,  quien gestiona la llegada de las telas procedentes de Escocia para la confección de camisetas.  

El 8 de diciembre de 1914 el Sevilla Balompié celebra una asamblea extraordinaria de socios en los altos del Pasaje del Duque en la que se aprueba la fusión-absorción con el Real Betis Football Club, ya que el Betis F. C. había recibido en agosto de manos del rey Alfonso XIII el título de “Real”, tras un resurgimiento de la entidad, volviendo en 1916 a la indumentaria azul que se iba alternando, ya que la Primera Guerra Mundial había impedido la llegada de los cargueros a Sevilla. Finalizada la contienda bélica, en 1921, se impone como color titular y definitivo el color verdiblanco.

Manuel Ramos Asencio, estuvo vinculado como futbolista y entrenador hasta la temporada 1917/1918 trasladándose a vivir a Cazalla de la Sierra donde contrae matrimonio con la joven Consuelo Lorenzo, colaboró también en la creación en 1921 del Club local, el Cazalla Sporting que también viste de blanco y verde. El 25 de diciembre de 1954 fallece en Cazalla de la Sierra (Sevilla), a la edad de 62 años, quien fuera uno de los precursores del Sevilla Balompié y posteriormente fundador del Real Betis Balompié.

En la búsqueda de esta información, nos encontramos con la grata sorpresa de otro interesante personaje, hermano menor de Manuel, que según acta de nacimiento2 fechado el 21 de junio, fue inscrito por su padre con el nombre de Antonio Manuel María José Emilio Tomás Ramos Asencio, también nacido en Isla Cristina, en la calle Ribera el 19 junio de 1896, ambos por línea paterna nietos de los moronenses José Ramos Calderón, notario de Morón y de Emilia Oliva López,  y por la línea materna,  de Manuel Asencio Toledo y Tomasa Orijuela Prieto naturales de Sevilla.

Manuel Ramos Asencio.  Foto Historia Real Betis Balompié 
 Antonio Ramos Asencio.  Foto Archivo Francisco Expósito


Intuyo, que el destino posterior y los vínculos familiares los llevarían a Sevilla, de ahí los vínculos futbolísticos de Manuel,  pero si puedo afirmar3, que en noviembre de 1920, su hermano Antonio fijó su residencia en Baena (Córdoba) al contraer matrimonio con Julia Eguílaz Santaella una chica de buena posición social y económica,  y participar de manera significativa en la actividad cultural de la localidad a través de la sociedad Amigos del Arte.

Antonio Ramos Asencio4, fue un académico español de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba y de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, además de empresario bodeguero. En los últimos años de su vida se dedicó con ahínco a su inquietud por el arte y la cultura en su pueblo de adopción, a través de la Sociedad de Amigos del Arte de Baena y en la revista «Tambor», difusora de la cultura local, qué  presidía.

Durante 50 años se convirtió en uno de los grandes defensores del Patrimonio artístico de Baena y luchó por la recuperación del convento Madre de Dios y por la restauración y la declaración de Bien de Interés Cultural de la iglesia de Santa María La Mayor hasta que finalmente, logró su propósito. De ahí que se le conociera con el sobrenombre de “Protector del Arte”.

Por todo ello, en 1971 fue reconocido por el Ayuntamiento como hijo adoptivo de Baena y se le concedió la Medalla de Plata de la ciudad. Medalla que también le fue otorgada en Montilla por su contribución a la restauración de la casa del Inca Garcilaso, falleciendo Baena (Córdoba) en 1975.

Rafael Ruiz Arjona, en su libro ‘Baena: testimonios de su historia’ considera que la recuperación de Santa María la Mayor se debió “tal vez, al tesón y fe de don Antonio Ramos”, para lo que involucró a personalidades de las artes y la cultura e implicó a su amigo y consuegro José María Pemán (su hijo5 Joaquín Ramos Eguilaz casó con la hija de Pemán, Mercedes Pemán Domeq).

Juan Antonio Bailén6 publicó en 1973 en la revista ‘Tambor’: “Llevaba un año preparado, esperando su última hora. El tiempo que ha durado su penosa enfermedad”, cuenta Bailén, que recoge su esfuerzo para recuperar la iglesia de Santa María la Mayor: “Incansable en sus viajes a Madrid, incansable en su correspondencia con los personajes que podían salvar nuestra joya arquitectónica hasta conseguir la declaración oficial de Monumento Histórico Artístico. Ese día lloró emocionado al ver que su esfuerzo había hallado eco en los organismos oficiales… Por todo esto y muchísimo más, Baena ha perdido un hijo ilustre. Y la Sociedad Cultural Amigos del Arte, un gran presidente. Y la revista ‘Tambor’ un gran pilar. Sí, su muerte, ha sido una pérdida irreparable. Somos muchos los que estamos de luto porque somos muchos los que le debemos algo”.

Manuel y Antonio, dos personajes que nacieron en Isla Cristina, y que forman parte de la historia del R. Betis y de Baena.

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1,  2- Partida de nacimiento, Registro Civil de Isla Cristina.

3, 6.- Texto extraído del libro ‘Personajes baenenses del siglo XX’. Antonio Ramos Asencio. Expósito, Francisco.

4.- Pares Portal de Archivos Españoles. Ramos Asencio, Antonio.

5.- Información facilitada por su nieto Antonio Ramos Pemán.

Fuente: manquepierda.com

realbetisbalompie.es

 

sábado, 1 de octubre de 2022

RECUPERADA UNA SEGUNDA PLACA QUE ISLA CRISTINA ERIGIÓ EN RECONOCIMIENTO AL NIÑO HÉROE Y MÁRTIR DE BU-ERMANA-ANUAL, LAUREANO IRAZAZABAL.

Articulo publicado en el periódico La Higuerita 1-10-2022 


El niño Laureano Irazazabal durante la entrevista
con Gregorio Corrochano, publicada en  ABC

Con la acción militar que desencadenó en el “Desastre de Annual”, se produjo una de las peores derrotas que el ejército español sufrió en las diversas campañas que desarrolló en el protectorado del Sultanato de Marruecos, en el norte de África. La retirada de la guarnición española de Annual, con el derrumbamiento de la Comandancia Militar de Melilla el día 22 de julio de 1921, (puesto de mando del que dependían las operaciones militares de la zona oriental del frente español, bajo la dirección del general Silvestre) por la fuerte presión del enemigo rifeño, comandado por el caudillo Abd-El Krim,  provocó el colapso de la estructura de mando y la caída de la moral del Ejército español en esta zona de operaciones.

Las consecuencias desde el punto de vista político, produjo la dimisión del gobierno de Manuel Allendesalazar y Muñoz de Salazar en agosto de 1921,  siendo sustituido por el de Antonio Maura, mientras las consecuencias sociales fueron la desmoralización de la ciudadanía ante la guerra africana, que se extendía desde 1907, pero a su vez, se acentuó el crecimiento del espíritu nacional y un alistamiento masivo de muchos jóvenes para combatir en África.

En los carnavales de 1922 una comparsa de Isla Cristina dirigida por Clemente Rodríguez, “Del Tercio Extranjero” plasmó en una de sus letras este doloroso suceso histórico, refiriéndose a la posterior batalla que dio lugar a la reconquista de la zona. En 2001, tuve la suerte y el privilegio de  recuperar para la Antología “Carnaval de Antaño”  esta copla que pudimos  interpretar aquel   mes de octubre en el desaparecido Teatro Gran Vía y que dejamos perpetuada en una grabación.  

El texto dice así: “Cuánto trabajo costó entrar en Monte-Arruit / para buscar a Navarro prisionero de Ab-El-Krim. / Se convirtió aquel poblado en un triste cementerio / de los héroes de España que en el hecho perecieron. / Encontraron mil cadáveres y a doscientos prisioneros / las calles llenas de sangre y la bandera en el suelo. / Nuestro general gritaba con rabia y valentía, / al mismo tiempo lloraba en ver tan grande carnicería, / le dijo a los artilleros: Manos al gatillo, bravos leones, / desplieguen en guerrilla por la derecha los batallones. / La noche, qué tenebrosa noche, / que hasta el cielo temblaba por los estruendos de artillería / las trincheras volaban/ las cabilas ardían / y numerosas bajas el enemigo tuvo aquel día/ y salimos victoriosos el Tercio con valentía”.

Isla Cristina no fue ajena a aquellos acontecimientos que copaban los diarios  nacionales, (incluso aportando soldados a las batallas),  donde la prensa resaltaba la figura de un niño de 9 años que había sido testigo  de la muerte de su padre, capitán del Melilla 59 y la posterior masacre de todos sus hombres.

Su nombre era Laureano Irazazabal y Hevia.  Nadie esperaba el levantamiento de las tribus del Rif, y la guerra le sorprendió cuando se encontraba de vacaciones  en la posición de Bu Ermana en Terbiben, acompañando a su padre, Cándido Irazábal Jaquetot,  capitán del Regimiento de Melilla 59 y Jefe de aquel campamento, en el que estaba con la 4ª compañía del III Batallón.

Dicha posición de los soldados españoles fue asaltada por el enemigo siendo el pequeño Laureano, herido de bala en el pecho y testigo directo de la muerte de su padre, siendo posteriormente apresado por los moros.  Dris Ben Said, buen amigo de muchos oficiales españoles, negoció el rescate del niño, trasladándolo  en sus brazos,  muy débil y enfermo,  que fue entregado a los marinos de las barcazas del cañonero «Lauria1» pudiendo liberar a más personas, y a quienes acompañó para que fueran evacuados por la Armada desde la fastuosa, y todavía ensangrentada, playa de Sidi Dris.

El suceso del joven Irazazabal se convirtió en  uno de los casos más mediáticos aparecidos en los periódicos, «el niño que había sobrevivido a Annual», mientras que toda España seguía muy atenta las noticias del Protectorado, especialmente las del personal rescatado.  Muchas familias tenían esperanzas de que los suyos estuvieran presos y no muertos.

Tras la publicación en el periódico ABC2 de una entrevista exclusiva al niño héroe de Annual, Ángel Grinda, en agosto de 1921,  lanzó en el periódico ARGOS la idea de colocar una placa de mármol en las recién inauguradas escuelas a través de suscripción popular, posteriormente se informó3  que se han encargado tres placas, dos de ellas a los señores Andreu y Sanz, de Valencia, a través de su representante en ésta, Joaquín Nieto Perele, y otra al marmolista Manuel Gil de Montes, de Huelva”.

Actualmente, una de esas placas realizada en Valencia, fue recuperada tras una donación realizada a tres directivos de la Asociación de estudios históricos  “El Laúd”, hoy se encuentra en una de las fachadas del antiguo colegio Ntra. Sra. de los Ángeles (La Ermita) dando a la plaza Manuel Carrasco de los Santos (Manolito el de los Santos).

Placa recuperada y que fue sufragada por suscripción popular en 1922


Quiero comunicar, que el pasado mes de julio, una persona contactó conmigo para hacerme entrega de una hermosa y artesanal placa de mármol de 51 X 46 cm.  de la  que él desconocía su procedencia y significado.  Su estado de conservación es muy bueno, salvo un golpe que le ha producido una grieta que habrá que subsanar con una pequeña restauración. Tras las averiguaciones realizadas, y tras comprobar la firma, esa centenaria placa,  corresponde a una de las dos realizadas por los señores Andreu y Sanz en la C/ Caballeros 12 de Valencia y que fue sufragada por suscripción popular,  y que desde este momento,  pongo a disposición del Excmo. Ayuntamiento de Isla Cristina para su recolocación en el lugar más idóneo,  dónde mejor luzca,  para engrandecimiento de nuestra historia y nuestra ciudad. 

El general Luís Aizpuru, Ministro de la Guerra, al conocer la historia del niño mártir y héroe Laureano Irazazabal, (herido y victima de guerra, quién había perdido a su padre, y apresado durante 15 días,  llevado ante  Ab-El-Krim,  éste le preguntó: ¿Eres tú el hijo del capitán Irazazábal?, respondiéndole: Sí señor, Y... ¿Tienes miedo? ¿Qué miedo voy a tener si han matado a mi padre?),  solicitó la «Medalla de Sufrimiento por la Patria» mediante instancia personal al Rey Alfonso XIII en 1923. La tardanza para este reconocimiento, ya que el suceso ocurrió en 1921 fue debido a que las bajas y desaparecidos durante el “Desastre de Annual” fueron tan grandes que tardaron años en procesar y enumerar todos los caídos, quedando muchos de ellos sin anotar además de los que se ocultaron de ahí el nombre de “Desastre”, una de las páginas más trágicas la historia militar de España. En julio de 1924, en Palma de Mallorca le fue impuesta la medalla por el Marqués de Garantía.

Antes, en 1922, Isla Cristina ya le había reconocido su gesta, con la colocación de tres placas que perpetuaron su hazaña y  hoy,  recuperamos una de ellas.   

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1.- Según entrevista del semanario ARGOS de 8 de enero de 1922, el marinero isleño Manuel Joaquín Viega, participó en la recogida de los heridos más graves donde se encontraba el niño Laureano Irazazabal (El Laúd Nº 10  Agustín P. Figuereo)

2.- Entrevista del corresponsal de ABC Gregorio Corrochano, al niño Laureano Irazazabal, en Melilla. Publicada el 15 de agosto de 1921

3.- ARGOS de 4 de diciembre de 1922 (El Laúd Nº 10  Agustín P. Figuereo)