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Licencia otorgada a Joseph Francisco Mathias, 5-8-1777 |
El Padre José Mirabent, nos apunta en sus Memorias sobre la
Fundación y Progresos de la Real Isla de la Higuerita, que la primera choza
para el tráfico de salazón y espicha fue levantada por Arnau, patrón de una de
las Compañías que se asentaron en 1756 tras el maremoto, y que sucesivamente
fueron formando otras en el mismo año, situándola cada uno en el lugar de
más acomodo, sin pararse en el orden y
simetría.
Este establecimiento, en muy pocos años fue creciendo en
edificios necesarios para alojar a los pobladores que iban llegando para elaborar
el pescado en chozas y barracas que se iban construyendo a discreción. En
1757, varios patrones de diferentes
compañías, construyeron una barraca para la celebración de la santa misa.
Aquellas chozas provisionales y que eran utilizadas por
temporadas, sufrían mil incomodidades y privaciones y estaban amenazadas por
los incendios que se producían muy a menudo. Según el ilustre sacerdote, por
los años de 17601, se quemaron
todas las posesiones que estaban situadas cerca del río en lo que ahora es
la calle San Francisco. El segundo de
los grandes incendios acaeció en 17872 y en él perecieron con todos sus útiles al tráfico las que estaban en el cuadro o manzana que
hoy ocupan los Almacenes de D. José Soler, y Robira, y el de D. Juan Milá ( hoy
Avda. Padre J. Mirabent) y el tercer
incendio, se produjo por los años de
1804/53 donde se quemaron en el barrio alto de veinte y cuatro á
veinte y cinco chozas (El barrio alto era el Cuquimán, actual Avda. Ángel
Pérez, Paseo de Las Palmeras).
En este orden de cosas, también nos apunta, que el primer
almacén4 de material lo
levantó la Compañía de Antonio Salerich, el segundo Juan Pascual, el tercero
Antonio Rivera, después Bartolomé Coll, y el Almacén del Duque para los
utensilios del establecimiento de la Almadraba de Atunes.
En el informe realizado para el pleito5 entre el
Marqués de Astorga, la ciudad de Ayamonte y la villa de La Redondela, y por el
otro, la Corona, representada por el ministro de Marina de Ayamonte, don
Antonio Miguel Visorio el 25 de octubre de 1784, la población de La Higuerita
contaba con 60 vecinos, la mayor parte de ellos catalanes y matriculados los
cuales, habían construido a su costa varios almacenes destinados al acopio de
sardinas, así como una iglesia para la celebración del “Santo Sacrificio de la
Misa” cuyos capellanes, puestos por el ministro de Marina, también habían sido
pagado por ellos.
Los colonos representados por la Marina contra la
Jurisdicción Señorial del Partido de Ayamonte y
La Redondela, iniciaron un litigio, motivado porque comenzaron a extender6 sus varas de hierro sobre estos
desvalidos habitantes. A la sombra de la Justicia hacían frecuentes
incursiones, y más de una vez causaron vexaciones, molestias, é incomodidades,
que solo podían redimir, y evitar con el dinero. Los catalanes habían
ganado a su favor en varias ocasiones y estos conflictos, se sucedieron mientras les seguían exigiendo el pago de derechos por los alimentos así como
por la madera que cortaban para la construcción de sus barracas. Puestos en
conocimiento del Rey, este vino a resolver contra el Marqués de Astorga sobre
la pertenencia de la Isla el 15 de abril de 1788, una decisión tan clara y
determinante que no respetaron y tanto el Corregidor de Ayamonte como los alcaldes
de La Redondela, que seguían afirmando, que era su término jurisdiccional
y unos y otros realizaban incursiones y los
multaban hasta que en el año de 1799 se incorporó definitivamente a la
corona.
Queda claro, que aquellos primeros pescadores levantaron sus
chozas como bien nos apunta el Padre Mirabent, de una manera anárquica y cada
uno donde mejor convenía, hasta que el Ayuntamiento de Ayamonte ejerció sobre
la zona su control obligando a pagar impuestos y regulando sus construcciones.
Es por lo que posteriormente, los pescadores tenían que solicitar autorización
al marqués de Ayamonte para poder levantar sus chozas, así encontramos en el libro
Capitular7 del Ayuntamiento de Ayamonte, los documentos que lo certifican.
La choza más antigua documentada que hemos podido encontrar
con fecha 30-9-1770 fue solicitada con suplica al marqués, por Salvador ¿Salva?, de la nación catalana,
residente en la Playa de La Higuerita, quién solicitó autorización para
construir una choza de 80 varas de largo por doce de ancho para la pesca y el
tráfico de sardinas, y que lindaba con Bernardo Partagas, Pedro Carbonell y don
Juan Patiño.
La segunda inscripción encontrada es la petición realizada
por Bartolomé Soler, catalán, patrón de
compañía de traficantes de sardinas en la Playa de La Higuerita, que solicitó
una licencia para construir una choza de piedra y cal junto al rio para almacén
el 2 de julio de 1777.
El 5 de agosto de 1777, se le concedía autorización para la
construcción de una choza o cabaña en sitio desocupado en la Playa de La Higuerita, termino de la ciudad
de Ayamonte, por el alcalde ordinario Francisco Medero, en la jurisdicción del
Marquesado a Joseph Francisco Mathias, entre las chozas de Bartholomé Colomé y
Gaspar Ramírez, suplicándole al marqués su autorización. Se le concedió dejando entre los linderos,
transito a la entrada y a la salida con un
ancho dos varas más o menos.
El 7 de agosto de 1777, se le concedía a Jacinto Domingos
autorización para la construcción de una barraca o choza para su familia en la
Playa de La Higuerita.
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Licencia otorgada a Josep Monell, el 15-9-1777 |
El 15 de septiembre de 1777, Josep Monell, vecino de La
Redondela y natural del Reyno de Cataluña, comerciante de sardinas, residente
en la playa de La Higuerita, solicita y suplica autorización para construir una
choza de treinta varas de largo y veinte de ancho, siéndole concedida una zona que lindaba por
el sur, con la choza de María Neta y por
el norte con la de Gregorio Romeu, dejando un espacio suficiente para evitar
incendios.
El 14 de noviembre de 1777, Pedro Grau, natural de Cataluña,
residente en la Playa de La Higuerita, solicita al marqués, licencia para
construir una choza de treinta varas por cuatro, para el tráfico de sardinas,
concediéndole una zona que lindaba por levante con la de Miguel Pinel, y por el norte con la de Cosme García y por
el sur con la de Feliz Piñeiro y por poniente el rio.
El 15 de septiembre de 1777, fue concedida también la
solicitud de la venta de una choza construida por Juan Pasqual, de nación catalana, residente en la playa de
La Higuerita, y a quién se le había concedido en su momento autorización para
construir un almacén para el tráfico de pescado salado, de treinta y tres varas
de largo y 24 de ancho y que lindaba por poniente con el rio de esta playa y
por el norte con el almacén de Bartolomé Soler, por el sur con otro de
Bartolomé Coll (con toda probabilidad, este señor, sería
el mismo que levantó el segundo almacén de material según el Padre J.
Mirabent en sus memorias). El motivo de
la venta era la ruina que padecía por la quema de otra choza de su propiedad.
Por lo que esta choza, debió ser de las más antiguas.
El 18 de octubre de 1780 el Marqués de Astorga, autoriza licencia a favor de Bartholome Romeu,
vecino de Sichez (Sitges) miembro de una compañía en la Playa de La Higuerita
para la construcción de una choza de mampostería (es decir, de material) en la
playa de La Higuerita, representando ser también traficante de sardinas y para
tal menester necesitaba construir un almacén con destino a la pesca de
sardinas.
También encontramos, que el 8 de marzo de 1785, María
Salerich, vecina de Ayamonte, a la muerte de su padre Antonio Salerich (presumimos,
que nos referimos a la persona que construyó el primer almacén de material en
La Real Isla de La Higuerita según J. Mirabent) quién hereda éste almacén de
veinticinco varas de frente y treinta de fondo, en la playa de La Higuerita, y
habiendo extraviado la licencia en un fuego, solicitaba se le expidiera otra
licencia que acreditara la propiedad, ya que le había tocado a ella en herencia
entre sus hermanos, un almacén de tapia y tierra, derogándose la licencia que
obtuvo su difunto padre en su momento por una nueva a favor de ella.
Estos asentamientos en la Playa de La Higuerita, se refieren,
al casco antiguo de la actual Isla Cristina, ya que todo era ría, marismas y
playas, donde encontraron un refugio alejados de la costa.
1.2.3.- Mirabent, José. Memorias sobre la Fundación y Progresos
de la Real Isla de la Higuerita. (La Marina)
4.- Mirabent, José. Memorias sobre la Fundación y Progresos
de la Real Isla de la Higuerita. (Edificios de Material)
5.- García García,
Francisco. El paso de la Isla de La Higuerita de la Jurisdicción Señorial a la
Jurisdicción Real (XII Jornadas de
Historia de Ayamonte)
6 - Mirabent, José. Memorias sobre la Fundación y Progresos
de la Real Isla de la Higuerita. (Govierno Político)
7.- Archivo
Municipal de Ayamonte, Licencias para
construir chozas en la Higuerita y normas para el gobierno político del lugar.
Legajos 20, 21