jueves, 16 de febrero de 2023

La visita de la Infanta “rebelde” Doña Eulalia de Borbón a Isla Cristina

 Articulo publicado en el periódico La Higuerita  13-2-2023

S.A.R. Infanta Eulalia de Borbón,
imagen aproximada de cuando visitó Isla Cristina

Es público y notorio que en las memorias que se editaron en su momento de Doña Eulalia de Borbón, Infanta de España y Princesa de Orleans,  hija menor de la reina Isabel II, hermana del rey Alfonso XII, y nieta de la regente María Cristina de Nápoles quién dio nombre a Isla Cristina, visitó Isla Cristina en abril de 1924.

Doña Eulalia 1864/1958, según los historiadores, era rubia y de muy buen tipo, con ojos azules como su madre, destacando su vasta cultura. Mujer políglota, que hablaba cinco idiomas y que escribió cuatro libros durante su larga existencia, ya que falleció a los 94 años,  casándose  con su primo Antonio de Orleans de quién se había separado en 1900.

S.A.R. Infanta Eulalia de Borbón y  Princesa de Orleans


De dichas memorias, en uno de sus  apartados,  Capitulo XVIII,  “España bajo la Dictadura. Un Alcalde extraordinario. Visita a Isla Cristina1”. Se deja más que patente de ello, y de que fue recibida y atendida según sus palabras “por el alcalde más extraordinario que he visto en España” en referencia a don Román Pérez Romeu.

A pesar de no contar con ejemplares de la prensa local, que se editaban en la época, como el periódico ARGOS, con una línea editorial más cercana a don Román,  y que pudiera  narrarnos cómo se habría  llevado a cabo  dicha visita, solo teníamos la referencia del eco que en una minúscula gacetilla había recogido el Semanario LA  HIGUERITA2  y que trascribimos íntegramente: “ILUSTRE VIAJERA.- contados minutos se detuvo en ésta, su viaje a Sevilla la Infanta doña Eulalia. No la llevaron a visitar la calle Cervantes”.

Se deduce claramente qué, la dirección del Semanario LA HIGUERITA no fue fiel a la realidad en aquella ocasión,  y no quiso dar información de lo que había acontecido, dada la “rivalidad” con el alcalde, aunque destacó dicha visita y su presencia en la localidad,  minimizándola de una subjetiva  forma  tan peculiar y característica,  llena de ironía con la que plasmaba sus noticias. 

Hemos podido encontrar algunos detalles3 que nos muestran cómo, se desarrolló y quienes acompañaron a la Infanta en su visita a Isla Cristina.

S.A.R la Infanta doña Eulalia de Borbón, llegó a Isla Cristina el 25 de abril de 1924 procedente de Portugal e iba acompañada por los Condes de Colombí, don Fernando Barón Zea Bermúdez y Martínez Agulló  y doña Carmen Benjumea Taravillo.

También se encontraba el director de las obras del Puerto don Manuel Bermudes, y el escritor y periodista  don Pedro González Blanco, así como el presidente de la Casa de España en Faro, don Manuel Valverde.

El alcalde de Isla Cristina, el señor Pérez Romeu recibió a la Infanta realizando una visita a las Casas Consistoriales (Ayuntamiento) para posteriormente hacerlo al Grupo Escolar Ntra. Sra. de los Ángeles (Ermita) que había sido fundado por don Román en 1921. Tras su visita, doña Eulalia de Borbón partió para Huelva, siendo despedida por numerosas personalidades. 

Queda bastante claro qué, aquella  visita, la primera en la historia que se producía por parte de un miembro de la familia real española a Isla Cristina, la nieta de la Regente María Cristina de Borbón,  no fue de “contados minutos”, sino que fue mucho más importante de lo que reflejó  LA HIGUERITA.

S.A.R   Infanta Doña Eulalia


En su viaje a Isla Cristina, la Infanta Eulalia contaba 60 años y la historia, nos la ha descrito, como una mujer de armas tomar, culta, muy interesada por las artes, la literatura y la filosofía. Frecuentó los grandes salones literarios de su tiempo, tanto en Madrid como en París, y fue bien agasajada en todos los palacios reales en los años previos a la Primera Guerra Mundial, no viéndose envuelta en polémicas económicas ni en turbios asuntos de corrupción, pero sí que su mentalidad de mujer indómita  y muy adelantada a su tiempo,  de verso suelto y un espíritu demasiado libre que no se plegaba a las servidumbres y cadenas de la Corona, llegando su opinión, a ser considerada por la Corte de Alfonso XIII, como proclamas republicanas y feministas, que hicieron que se  tambalearan los cimientos del Palacio de Oriente, prohibiéndose,  que su pensamiento se editara  en un libro que llegó a  publicarse en París y que el rey, no pudo evitar que algunos ejemplares llegaran  de contrabando  en España. 

En la catolicísima, conservadora y tradicionalísima España de principios del siglo XX, decir divorcio era como mentar a la bicha y en su librito decía cosas como: "Si el matrimonio es la expresión libre, el divorcio debe serlo también y ofrece la ventaja de que el matrimonio no sea una cadena eterna, como un yugo que aplaste o como prisión elegida deliberadamente para asegurar la subsistencia de la mujer (...) No se puede ligar eternamente a las personas que no pueden vivir juntas y mantener el dolor moral, a veces excesivo, con peligros inminentes que pueden ir hasta el asesinato".

Infanta Doña Eulalia de Borbón.


Su Alteza Real don Alfonso XIII la amenazó con revisarle la pensión anual que percibía de la lista civil como Infanta de España, surtiendo efecto la amenaza. A la impulsiva tía del soberano se le bajaron los humos, agachó la cabeza y acabó pidiendo perdón a su sobrino a través de una carta pública. La mayoría de los ministros se inclinó por despojar a la Infanta rebelde de su título y apartarla de la familia real. Pero los asesores jurídicos del Gobierno les hicieron desistir de la idea al advertirles de que era inviable, porque la Constitución en vigor blindaba a Doña Eulalia con el reconocimiento de su dignidad real que nadie podía arrebatarle.

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1.- López Márquez, Vicente. Isla Cristina, Por los caminos de la Historia. DE BORBÓN, Eulalia. pág., 159

2.- Semanario La Higuerita 28 de abril de 1924

3.- El noticiero sevillano. 26 de abril de 1924

miércoles, 1 de febrero de 2023

D. Alfonso Martínez Chacón, arquitecto.

Articulo publicado en el periódico La Higuerita  1-2-2023

Alfonso Martínez Chacón, en fotografía reciente


 

Hacía tiempo que tenía la necesidad de escribir sobre este personaje, pero no había encontrado la ocasión, una de mis premisas en mis artículos de investigación e historia  ha sido siempre,  no ofrecer opinión, sino plasmar todo lo que afirmo con datos y hechos con fuentes contrastadas,  pretendiendo dejar constancia escrita para que la memoria y el tiempo no olviden. Por ello, he focalizado casi todo mi esfuerzo en leer, documentarme,  investigar e ir tomando apuntes y dando forma a temas casi olvidados en el tiempo que resaltan sucesos, acontecimientos o  personajes de nuestra historia, aunque en esta ocasión, aun manteniendo esa misma filosofía, no tengo por más que escribir sobre un personaje contemporáneo, un amigo, y porque además, a sus ochenta años de edad, creo que al hacerlo, hacemos justicia a su figura.

El Arquitecto Don Alfonso Martínez Chacón, hijo de Manuel Martínez de Blas,  gerente del marquesado e industrial salinero y de Elvira Chacón Enríquez, ama de casa, nació en la localidad vecina de Ayamonte  el 25 de agosto de 1942 aunque toda su vida ha estado vinculada a Isla Cristina,  residiendo en la proximidad del empalme, por lo que se siente plenamente isleño. Casado con en primeras nupcias con María de los Ángeles Caminero, tuvieron dos hijos Alfonso y María.  Tras el fallecimiento de su esposa, ya pasados unos años volvió a contraer matrimonio con Matilde Martin de la que actualmente se encuentra divorciado. 

Tras finalizar sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, comienza a ejercer como arquitecto a los 30 años, a él se le debe la intervención e influencia sobre las autoridades de la época para la redacción de un Plan General de Ordenación Urbana en Isla Cristina, que se redactó a principio de los años 80 del siglo pasado,  siendo alcalde Don Enrique Nárdiz Girón, ya que hasta aquellos momentos se enviaban los proyectos a la Delegación Provincial de la Vivienda, para que le dieran el visto bueno, y todo debido a que el Plan encargado al arquitecto Don Eleuterio Población y aprobado inicialmente en 1977, según cuentan, era totalmente disparatado y llegó a tener aprobación por silencio administrativo, no llegándose nunca a  ejecutar. Esto dio origen a que se redactara en parte el PGOU de 1987 vigente en la actualidad, pero con adaptaciones.

Su vida profesional transcurrió entre  su estudio privado en Isla Cristina, desde donde partieron proyectos para casi todos los pueblos de la Costa Occidental y, además, el 1 de febrero de 1974,  se convirtió en Arquitecto  Municipal del Ayuntamiento de Huelva y, posteriormente, de la antigua Gerencia Municipal de Urbanismo.

Vista frontal del Hotel Sol y Mar en la Playa de Isla Cristina

Martínez Chacón ha sido un arquitecto muy prolifero y que nos ha dejado su impronta creativa en muchos rincones de la localidad, aunque, reconoce, que no ha aportado el grado de modernidad de otros arquitectos llegados después, pero sí ha conjugado un cierto casticismo con un lenguaje de modernidad, preocupándose del dialogo de cada edificio en el entorno en que se han ubicado, destacando, todos los edificios residenciales de la Ronda Norte, con un toque de influencia gaditana a las viviendas unifamiliares en los elementos ornamentales, arquitectura mediterránea  con formas cúbicas sin tejados además de las plazas que allí se ubican. Los edificios que conforman la Plaza del Ayuntamiento, que guardan un estilo inconfundible. El diseño de las casas de la Gran Vía de Román Pérez, Doctor Fleming, Conde de Vallellano donde se ha levantado una planta  manteniendo una uniformidad en el futuro, así como un número importante de viviendas y edificios residenciales ente medianeras, como el Hotel Sol y Mar, y parte del Hotel Paraíso en la playa.


Detalle de uno de los balcones de esquina de la Casa de Gildita


Diferentes perspectivas de la reconstruida Casa de Gildita


En mis conversaciones con Alfonso, siempre consideró que no empezó bien como arquitecto hasta la segunda década, en la que se fue encontrando como tal, realizando obras de un importante calado. Por destacar algunas podemos resaltar ya en su plenitud,  la reconstrucción de la Casa de Gildita, basada en un aprovechamiento rentable y compatible con lo que allí existe actualmente, un logro que se le debe exclusivamente a su paciencia, desinterés económico por recuperar el edificio y por atesorar esa sensibilidad para  poder recobrar un edificio significativo que no tuvo más remedio que desaparecer y pudo levantarse sin casi notarse que es una  reproducción casi exacta de lo que fue.

Edificio la Asociación de Alcohólicos y Toxicómanos Isleños. ARATI 


También el edificio ARATI, en la Punta de Caimán, con  forma de barco, de líneas racionalistas y con un tratamiento interior generoso con los espacios comunes y que permiten desarrollar la vida del propio centro y sus actividades con una cafetería que mira a la plaza. Este proyecto de edificio, fue donando y dirigido por el propio arquitecto quién además gestionó los contactos para la adquisición de subvenciones,  ya que su compromiso y sensibilidad con la causa eran más que manifiestos,  toda vez que él, había padecido la adicción al alcohol y era un enfermo rehabilitado a partir de noviembre de 1985.

Capilla-Casa Hermandad de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder


Además, en ese sentir altruista y con el espíritu cofrade que siempre ha tenido, diseñó, donó y dirigió la obra de la majestuosa Capilla-Casa de Hermandad  de  Ntro. Padre Jesús Gran Poder, un edificio en el que en su espadaña ha tenido muy en cuenta el verdadero lenguaje del barroco andaluz, diversificando los espacios,  capilla, el coro, salones y despachos. Una pena que no podamos observar su silueta esbelta desde una perspectiva más amplia por la estrechez de la calle donde se encuentra ubicada.

Detalle de uno de sus edificios en C/ Levante


A lo largo de su carrera profesional, ha procurado siempre enfatizar las esquinas de los edificios y dar un tratamiento unitario a la composición  de las fachadas cuando dichos edificios lo han permitido en función de la amplitud del espacio exterior desde donde se perciben. En calles estrechas ha intentado fraccionar la composición  para así despertar las tipologías tradicionales de Isla Cristina al ser imposible una percepción unitaria del conjunto.

Grupo de viviendas en la C/ Boteros (Ronda Norte)


Grupo de viviendas en la C/ San Lucas (Ronda Norte)


Como arquitecto funcionario del Ayuntamiento de Huelva, realizó edificios públicos de interés social en varias Asociaciones de Vecinos y Centros de Inserción Socio Laboral, Colegios e Instalaciones Deportivas así como la rehabilitación de La Ermita de la Soledad.

A pesar de los años que lleva jubilado se sigue sintiendo arquitecto y opina aportando ideas urbanísticas a pesar de las limitaciones en la visión que desde hace algún tiempo padece, y que le limita a continuar con una de sus grandes aficiones; la pintura y el teatro.

Su vida ha estado condicionada por los contratiempos,  y su capacidad creativa se vio limitada por los problemas tanto familiares como personales que ha tenido que sortear, y que no ser por eso, hubiera estado más centrado y productivo en su trabajo, además de las propias zancadillas que ha recibido, así como la disposición de tener que compartir estudio privado en Isla Cristina con su puesto de arquitecto municipal en el Ayuntamiento de Huelva.

Esta es mi humilde aportación, dejando constancia escrita para que la memoria y el tiempo no olviden y en la que he  intentado plasmar y poner de manifiesto, la obra y la importancia que  para el urbanismo de Isla Cristina pese a las adversidades y limitaciones, nos ha dejado a los isleños nuestro apreciado y querido amigo  “Alfonsito el arquitecto…..”