miércoles, 15 de diciembre de 2021

CUANDO EL GOBIERNO PORTUGUÉS CONDECORÓ A DON RAFAEL GARCÍA RODRÍGUEZ, PATRÓN DEL RITA, CON LA MEDALLA DE SOCORRO A NÁUFRAGOS.

 Articulo publicado en el periódico La Higuerita  15-12-2021


Familia García Salgado.  Ana Salgado Pérez, Rafael García Rodríguez
y sus hijos arriba, Rafael y abajo, José

A lo largo de nuestra historia marítima pesquera, han sido muchos los conflictos que se suscitaron por el control de las aguas jurisdiccionales entre los gobiernos de España y Portugal, ataques, abordajes y asaltos, tiroteos y apresamientos que también supusieron el coste de la vida de algún que otro pescador.

Al margen de estas situaciones de estado, el hombre de la mar ha mantenido siempre el espíritu humanitario en caso de peligro, sin mirar el color de las banderas y jugándose, y anteponiendo la propia vida en beneficio de salvar la de otros, bien podríamos decir aquello de “hoy por ti, mañana por mí”. 

Ejemplos, existen muchos, recordemos la labor de los Bomberos Voluntarios de Vila Real de Santo Antonio (Portugal) en el naufragio del vapor Purita Pérez, la tarde noche del 23 de diciembre de 1939 cuando  se encargaron del trabajo de socorro y de recoger a muchos de los cadáveres que iban apareciendo para posteriormente repatriarlos.

El periódico La Vanguardia Española1, nos pone en la sintonía de un suceso acaecido en 1952 y del que ya teníamos conocimiento. Recuerdo siendo niño, que mi abuelo Rafael Salgado, al cruzarnos alguna que otra vez con Rafael García y su esposa, me había comentado, que a ese señor lo había condecorado el gobierno portugués por una heroica hazaña en la mar.

El 28 de septiembre de 19522 en aguas de esta jurisdicción marítima corrió gravísimo peligro la embarcación pesquera portuguesa “Ana María” y hubieran perecido ahogados sus tripulantes, pero el arriesgo de los marineros del buque de pesca Isleño “Rita” con riesgo de sus vidas acudieron en su socorro. Lograron salvarlos a todos y al buque y por tal proeza se tramitó el expediente por el Ilmo. Sr. Cónsul de Portugal en Ayamonte don Eduardo Silva Riveiro, quien trató el caso con tal acierto y competencia que el gobierno de la vecina nación lusitana, ha premiado al patrón y los tripulantes españoles que salvaron a sus hermanos los portugueses y que estaban presentes en el acto”.

Medalla de Salvamento de Náufragos
del Gobierno de Portugal


Tras este suceso, el 1 de julio de 1954, en la Ayudantía de la Comandancia de Marina de Isla Cristina, tenía lugar el sencillo  acto patriótico y humanitario, del cual era comandante don Mariano Pascual del Pobil Bensusan, y a la que asistieron el Sr. Alcalde don Juan Mirabent Gutiérrez, el Comisario de Policía don Pedro Mañas Martínez, el Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores don Andrés Bermúdez Virella, el Secretario de la Mutualidad de Accidentes en el Mar y de Trabajo don Enrique Garzón Castellano, por la prensa nacional don Jacinto Cañete Calvo y por la local don Juan Bautista Rubio Zamorano, en la que presidía el acto el Ilmo. Sr. Cónsul de Portugal don Eduardo Silva Riveiro y su esposa, quiénes tuvieron frases de distingos para los allí reunidos. “No puedo dejar, una vez más, de agradecer en nombre de los náufragos del “Ana María” quienes deben la vida al coraje y abnegación de sus camaradas de luchas en el mar, aquí presentes, los esfuerzos para salvarlos y el cariño fraternal con que por todos fueron tratados.

Diploma del Instituto de Socorro del Gobierno Portugués. 

Los miembros de la tripulación del “Rita” que fueron distinguidos con un diploma fueron los marineros don Pedro Martín Concepción, don José Maceras Gey, don Leandro López Abreu, don Fernando Prieto Joaquín,  don Diego Vélez Guerra, don Miguel Rodríguez Torres y don Horacio González Columé, faltando por un lapsus lamentable al no haber sido remitido a dicho consulado el de Don Manuel Castillo Piris que sería  entregado con posterioridad, y como era de entera justicia.

En el mismo acto, el Sr. Comandante de Marina don Mariano Pascual del Pobil, prendía en el pecho del Patrón del barco pesquero de Isla Cristina  “Rita” don Rafael García Rodríguez, la Medalla de Socorro a Náufragos que por su propuesta, le había sido concedida dicha condecoración por el gobierno portugués.

Don Rafael García Rodríguez, natural de Isla Cristina, nació en 1910 y falleció el 16 de marzo de 1984 a la edad de 74 años. Casado con Doña Ana Salgado Pérez, también de Isla Cristina, quién nació en 1906 y falleció en 1983.  Del matrimonio García Salgado, nacieron dos hijos varones,  muy populares, y empresarios carismáticos en nuestra localidad, Rafael, muy vinculado a la Hdad. del Rocío de Isla Cristina y  conocido popularmente como Rafael “El Pintor” y José,  conocido en el sector pesquero y hostelero como Pepe, “El de los pulpos”, desgraciadamente, los dos también fallecidos.

 _____________________________________________________

 1.- La Vanguardia Española. 2-7-1954

2.- La Higuerita. 5-7-1954

miércoles, 1 de diciembre de 2021

LA HERÓICA HAZAÑA DE DON BERNABÉ LIMA VALENCIA QUE ACABÓ EN CONDECORACIÓN.

 Articulo publicado en el periódico La Higuerita 1-12-2021


Diploma de la Orden Civil de Beneficencia, otorgada por 
el Ministro de la Gobernación y SM el Rey don Alfonso XIII


El 21 de noviembre de 19261, acontecía un naufragio frente a playa lepera de La Antilla.

Según las crónicas de la época2, concurrieron en este suceso,  todos los graves caracteres para que se produjera una gran tragedia. El laúd ayamontino “La Pastora” había perdido el  gobierno por el temporal,  llegando a embarrancar en un bajo de arena, mientras las encrespadas olas,   destrozaban  el velero y los siete marineros luchaban y luchaban por salvar sus vidas.

Todo hubiera sido inútil sin la providencial intervención del cabo de carabineros de aquel puesto Bernabé Lima Valencia y los fusileros a su mando,  Eduardo Macías y Juan Cintrano así como,  la pareja de caballería de servicio.

Decididamente, con gran arrojo, despreciaron el peligro y jugándose sus vidas,  al fin lograron salvar a todos los tripulantes de la destrozada nave.

Para estos centinelas de la nación, los periódicos LA VELETA  de Ayamonte y LA HIGUERITA  de Isla Cristina, entendiendo la verdadera justicia, solicitaron una recompensa al gobierno con la petición de una Cruz para aquellos abnegados militares.

Cruz de Tercera
Clase con distintivo
Negro y Blanco.

Desconozco, sí los carabineros Eduardo Macías y Juan Cintrano,  así como la pareja de caballería que salvaron la vida de los pescadores ayamontinos,  fueron reconocidos por su hazaña o no, intuyo que sí, pero sí podemos garantizar,  que el cabo Bernabé Lima,  fue reconocido y condecorado tres años después por su heroica gesta,  el 4 de julio de 1929, con diploma, ingresando en la Orden Civil de Beneficencia y siendo condecorado con la Cruz de Tercera Clase con distintivo Negro y Blanco, con rango de Ilustrísimo Sr. y que venía a reconocer actuaciones que conllevan riesgo personal.

Don Bernabé Lima Valencia, nació en Cheles (Badajoz) el 11 de junio de 1890 y falleció en Isla Cristina el 10 de junio de 1977, a la edad de 87 años. Casó con María Santisteban López, natural de Almería y quién ejerció de maestra de escuela en la Punta del Moral.

El Cabo de los Carabineros Lima,  además del control de la Playa de la Antilla, estuvo destinado muchos años en la costa de Canela y Punta del Moral donde nacerían sus dos hijos Juan, y Gumersindo, (los dos Guardias Civiles) y posteriormente,  Rosa en Encinasola.

El cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras, creado en 1829, tenía la misión principal de la vigilancia de las costas y fronteras, además de la represión del fraude y el contrabando. En 1833 pasó a denominarse Carabineros de la Real Hacienda dependiendo de la Dirección de Rentas Estancadas del Ministerio de Hacienda. En 1842  se procede a una nueva organización con el nombre de Cuerpo de Carabineros del Reino. Durante la Guerra Civil se alineó con el Gobierno de la República, convirtiéndose en la elite del Ejército Popular.  Tras la contienda, la Ley de 15 de marzo de 1940, hizo desaparecer el Cuerpo de Carabineros  integrándolo en la Guardia Civil.

Integrado ya, en la Guardia Civil, Don Bernabé Lima Valencia, en 1945 fue destinado con el empleo de Teniente al Cuartel de Isla Cristina, que se ubicaba en la calle Recuerdo, y en la que finalizó su carrera militar hasta su jubilación, siendo reconocido con el rango de Capitán Honorifico. El día de su sepelio, el Teniente del Cuartel de Isla Cristina, ordenó formar a los Guardias en la puerta de la Parroquia de Los Dolores para despedirlo con honores militares.

Don Bernabé Lima junto a su esposa María Santisteban, 
sus hijos Juan y Gumersindo.  De pie, su suegra. 

Del matrimonio formado por Bernabé Lima y María Santisteban, surgió una saga de guardias civiles y policías locales que alcanza a nuestros días: sus hijos Juan (Guardia y posteriormente administrativo del Sindicato Vertical),  y Gumersindo (Sargento), así como los  nietos Bernabé, Eduardo y Juan Lima Diéguez,  y Bernabé (Capitán) y Pedro Lima Valero (Guardia Civil, que ingresó posteriormente en la Policía Local de Isla Cristina).  Su hija Rosa, no tuvo descendencia, y el único nieto que no siguió la tradición familiar fue el pequeño de los Lima Diéguez, Francisco Javier, hijo de Juan.

Curiosamente, el afamado futbolista internacional del Real Madrid,  Juan Santisteban Troyano,  fue sobrino carnal de María Santisteban, la esposa de aquel cabo de los carabineros que fue condecorado por su gesta, y que finalizó su vida de servicio como  Teniente de la Guardia Civil del Cuartel de Isla Cristina.

____________________________________________________________

 1.- Según el pergamino emitido por el Ministro de la Gobernación, el suceso se produjo el 21 de octubre de 1926.

2.- Semanario La Higuerita 13-12-1926

 

lunes, 15 de noviembre de 2021

LA ESTACIÓN DE TELÉGRAFOS Y EL TELÉFONO URBANO EN ISLA CRISTINA

 Artículo publicado en el Periódico La Higuerita 15-11-2021

Autoridades locales y demás personas que asistieron a la inauguración del
Teléfono Urbano en Isla Cristina 1926. Foto Salcedo. La Unión Ilustrada. 

El teléfono fue inventado en pleno periodo de hegemonía británica de las telecomunicaciones por cable, por el italiano Antonio Santi Giuseppe Mecucci, quién en 1871 emigró desde Florencia a Nueva York,  bautizándolo con el sobrenombre de teletrófono, aunque para su reconocimiento, tuvo que litigar durante muchos años con el científico escoces,  Alexander Graham Bell quién lo patentó en 1876 junto al estadounidense Elisha Gray, quiénes fueron considerados durante muchos años inventores del teléfono,  pero en realidad,  no fueron sus creadores, sino que Bell, fue el primero en registrarlo en la oficina de patentes. Así lo aprobó el 11 de junio del 2002 el Congreso de los Estados Unidos después de una histórica pugna por la autoría del aparato.

En España se incorporaría con un cierto retraso las dos grandes redes del siglo XIX: el ferrocarril y el telégrafo.

Es el 1 de  junio de 18761, cuando la estación de telégrafos de Isla Cristina se abre por primera vez al servicio público para toda clase de correspondencia.

La prensa local2, nos hace referencia en 1919,  de la instalación de una centralita telefónica en Isla Cristina, en las mismas dependencias del Telégrafo. Estas llamadas se realizaban exclusivamente por conferencias y desde la misma centralita.

Antes del monopolio de la Compañía Telefónica Nacional de España, CTNE, en 1921, la provincia de Huelva contaba con 348 abonados3, un 0,9% de los abonados en España.

Era una necesidad sentida la construcción de una línea telefónica urbana, especialmente para Isla Cristina, dado el activo comercio que se sostenía con toda España, con las conservas y salazones, que requerían la mayor rapidez y continuidad en las comunicaciones con los distintos mercados. En 1922, el periódico El Finaciero4, publica que ya está firmado con la Compañía Peninsular de Teléfonos el contrato para la construcción de las líneas respectivas, y que los alcaldes tanto de Ayamonte como de Isla Cristina, D. Rafael Pérez Feu así como D. Román Pérez Romeu, han encontrado en los elementos industriales de ambos pueblos cuanta colaboración pidieron para llevar a cabo esta empresa.

No es hasta el mes de noviembre del año 1926, cuando se inaugura el Teléfono Urbano en Isla Cristina, según nos corrobora la publicación de una fotografía5 firmada por Salcedo, en el semanario de información gráfica, La Unión Ilustrada, donde las autoridades y demás personas encabezadas por el alcalde Román Pérez, fueron inmortalizadas durante el acto de inauguración.   

Ese mismo año, el Semanario La Higuerita6, hizo pública la relación de los 91 abonados de Isla Cristina, por orden alfabético, según copia de la lista oficial, para hacer más sencillo el uso, con sus números de teléfonos correspondientes: 


Ayuntamiento, secretaría 35

Ayuntamiento, cuerpo de guardia 30

Antonio Noya, escritorio. 58

Antonio Martín Villate 17

Antonio Navas Jiménez 15

Asociación Armadores 53

Banco Español de Crédito 3

Banco I. de Industria y C. 1

Banco I. de Industria y C. 63

Blas Infante, Notario 48

Braulio Flores, Negocio 59

Bartolomé Rodríguez Rodgz. 88

Bar Lulú, 62

Conrado Moreno, Astillero 78

Cristóbal Cabet, su casa 31

Confitería Pabón 82

Cuartel Guardia Civil 22

Casino Isleño 25

Casino Unión 44

Camionetas Damas 32

Consumos, administración 18

David Vidal Tierra, su casa 72

  id.      id.      id.      negocio 76

Emiliano Cabot, su casa 12

Eduardo Hernández, fábrica 93

   id.                id.      su casa 87

Enrique Lázaro Pérez, negocio 46

Eduardo Mantell, fábrica 8

Enrique Moreno, tienda 64

Emilio Martínez, avisos luz 43

Francisco Alvarez, Bajamar 57

    id.            id.       su casa, 67

Florentino Azqueta, 52

Fidel Cabet, Los Reyes 40

Francisco Cabet, Bajamar 86

Francisco Castro, Puente 79

Francisco Díaz Alarcón 13

Fábrica de Electricidad 66

Francisco Llobell  89

Félix Milá, tienda 27

Francisco Zarandieta 26

Gilda Zamorano 55

Gonzalo Navarro, negocio 51

Grupo Escolar 69

Hotel Isleño 60

Hotel Sevilla 94

Juan Bautista Rubio, La Higuerita 28

Justiniano Ródenas, su casa 34

José Bermúdez Feria 42

José Rodríguez Biedma 16

José Caballero Cuchí 83

Juan Bautista Parodi 24

Joaquín Fernández Pinell, 14

Juan Martín Cabet, negocio 23

José Roselló Zarandt. Farmacia 8

Juan Roselló, Farmacia 36

José Pérez y Pérez, su casa 77

José Martín Noriega, farmacia 68

José Llobell, Garaje 22

José Méndez Pérez 65

Juan Noya Beltrán 58

José Pérez Milá, fábrica 6

   id.    id.      id.    almacén 84

Luis Cabot Yaque  91

Laureano Velasco 80

Miguel Vázquez Andivia 41

Manuel A. Zarandieta, negocio 33

Miguel Mirabent, negocio 11

Miguel Martín Cordero 4

Manuel Martín Rodríguez, 47

Martínez y Ródenas, Salazones 81

María Caballero 49

Miguel López Rodríguez, 73

Manuel Olías, fábrica 71

Metalúrgica Peninsular 75

Manuel Pérez Mbent. agencia 20

Pedro Cano Núñez, negocio 39

Pedro Casanova Mirabent 21

Ruperto G.Vinuesa, farmacia 38

Romero y Garcés fábrica 5

Sebastián Cabet, su casa 40

  id.               id.   fábrica 70

Sebastián Rdgz. Bueno, tienda 7

Serafín Romeu 2

Teatro Victoria 55

Toribio Lázaro, agencia 54

Teléfonos, Central 95

Tomás López, Garaje 61

Viuda Agustín Munell, fábrica 197

Viuda José Cabot, fábrica 10

Viuda Juan Zamorano, fábrica 9 

 ___________________________________________________

1.- Gaceta de Madrid, núm. 160. 8 junio de 1876

2.- La Higuerita, 19-1-1919

3.- Fuente: Elaboración a partir de Diputación de Guipúzcoa (1922), Anuario Estadístico de España (1923) y Pomata (1923), pp. 131-137.

4.- El Financiero, 26-5-1922

5.- La Unión Ilustrada, 17-12-1926

6.- La Higuerita 13-12-1926

7.- Intuimos,  que corresponde al número 19, ya que es el que faltaba en la relación que publicó La Higuerita el 13-12-1926, y que hemos incluido.

sábado, 13 de noviembre de 2021

FRUTA DE OTOÑO


 

Me gusta la luz de otoño, y la mezcolanza de rojos al atardecer, la frescura de la mañana y el frío al anochecer. Las hojas caducas en las aceras, y los naranjos preñados de vida, el olor humeante a madera quemada que brotan de las chimeneas. Me gusta la belleza de esta luz, y los hermosos colores de la sabrosa fruta en la cocina.

martes, 2 de noviembre de 2021

EL TÉRMINO MUNICIPAL DE ISLA CRISTINA EN 1837, ANTES DE LA ANEXIÓN CON LA REDONDELA POR RESOLUCIÓN DE LA COMISIÓN DE DIVISIÓN TERRITORIAL.

 Artículo publicado en el periódico La Higuerita 1-11-2021


Mapa Capitanía General de Cádiz, provincia de Ayamonte 1748-1752

El periódico El Español, en su edición de 23 de junio de 1837 publicaba un resumen de la sesión celebrada en las Cortes Generales del día 22, entre otros temas,  el primero de ellos decía textualmente: “Se da cuenta y pasa á la comisión de División Territorial un expediente remitido por el ministerio de la Gobernación que elevó á él la diputación provincial de Huelva, relativo á que los habitantes de la Isla Cristina pedían se les asignase el territorio de la de Canela”.

Este interesante dato, me hizo indagar sobre su contenido.

La Real Isla de La Higuerita, había conseguido1 el 9 de Octubre de 1833, la Jurisdicción Ordinaria,  limitando con ello,  las funciones que la Ayudantía de Marina venía ejerciendo en la población, limitándose a partir de ese momento a las propias,  y nombrándose a dos Alcaldes Ordinarios con arreglo a las Leyes.. El 29 de enero de  18342, se produce el cambio de nombre de Isla de La Higuerita por el de  Isla Cristina..  El 30 de junio de 18873 se produce la anexión del municipio de La Redondela al de Isla Cristina.

He querido resaltar estos tres datos, pues me parecen muy relevantes e interesantes para comprender un poco mejor,  de lo que vamos a tratar.

Isla Cristina, hacía tres años había conseguido la Jurisdicción Ordinaria como municipio, crecía poblacional e  industrialmente y necesitaba un término mayor para desempeñar sus funciones de la pesca, elaboración y exportación de sus productos,  por ello, había solicitado al Reino de España la ampliación de su término municipal.

Pero volvamos al inicio.

Recurriendo al Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes, del día 22 de junio de 1837 encontramos la publicación, con un texto parecido al que se publicaba en prensa: “Se mandó pasar á la comisión de División territorial un oficio del Sr. Ministro de la Gobernación de la Península, con el que remitía a la resolución de las Cortes un expediente  instruido por la Diputación provincial de Huelva á instancia de la población de la isla Cristina, en  solicitud de que se la asignase por término jurisdiccional el territorio de la de Canelas”.

Ante tal noticia, recurrí al inventario del Archivo Municipal de Isla Cristina y la Entidad Local Menor La Redondela, publicado por la Excma. Diputación Provincial en 1986. Allí aparecía, qué desde 1910, existía la copia de una disposición de 1837 sobre la concesión de terrenos públicos  por el Gobierno de Su Majestad al Ayuntamiento constitucional de Isla Cristina. 

Visitado el Archivo Municipal, mi sorpresa fue mayúscula, dicho documento no existía, HABÍA DESAPARECIDO. La guía de la Excma. Diputación fue publicada en 1986, por lo tanto, hasta esa fecha, el documento estuvo custodiado en el Archivo Municipal.

Prosigamos… había que encontrar la resolución para dilucidar que decía y ahora más aún que había desaparecido del Archivo Municipal. ¿En qué sesión de las Cortes Generales pudo reflejarse?  Había que intentarlo, así que,  manos a la obra, y tuvimos suerte. En el diario de sesiones del 16 de agosto de 1837,  Nº 283, hayamos la respuesta:

“Fué aprobado sin discusión el siguiente dictamen:

< La comisión de División territorial ha examinado el expediente que el Gobierno de S. M. remite á las Córtes para su resolución sobre una instancia del  Ayuntamiento de la Isla Cristina, en la provincia de Huelva, que pide se le asigne por término jurisdiccional el resto de territorio perteneciente á La  Redondela, en la isla que le da nombre, y una parte de la de Canela, que hasta ahora ha sido de Ayamonte.

La comisión está conforme con lo que propone el Gobierno, á saber: que deben ser protegidos por las Córtes los nuevos pobladores de Cristina, sin perjuicio de los legítimos derechos de los antiguos, y para conciliar ambos extremos, visto el plano ó croquis de aquel territorio, que obra en el expediente, y atendidas las razones que expone en su informe  la Diputación provincial, es de parecer la comisión que puede señalarse a la Isla Cristina por término jurisdiccional   toda la extensión que comprende la isla de aquel nombre,  desde el punto llamado hoy término de la Isla hasta la barra de Tuta, cuya extensión  parece bastante para la población de que se trata: permitiéndole además, y como es justo, el terreno necesario al Norte de la población hasta la hoyada llamada de los Perales, que media entre Ayamonte y la Redondela, para formar el camino que facilite la exportación de los productos marítimos de la Isla por los demás pueblos del Marquesado, Condado de Niebla, Sierra de Andévalo y Extremadura; pero quedando obligado el Ayuntamiento de Cristina á contribuir á la Hacienda  pública con todas las cargas, pechos y gravámenes que antes tenían los de la Redondela y Ayamonte, a quienes hasta ahora  han pertenecido  aquellos terrenos; respetando los derechos adquiridos de algunos vecinos de la última, que tienen posesiones contiguas á  la expresada hoyada de los Perales, y  sin perjudicar en manera alguna á la posesión inmemorial y propiedad de Ayamonte sobre toda la Isla Ilamada de Canela, que desde luego deberá repartirse según las órdenes vigentes entre los braceros de aquella ciudad que gimen en la miseria por la decadencia de la marinería y por los perjuicios y quebrantos que les ocasionó la invasión  francesa, la revolución de  Portugal y el cólera-morbo que afligió cruelmente á aquella  hermosa ciudad.

Las Córtes, no obstante, resolverán, como siempre, lo más justo. Madrid 9 de Agosto de 1837. =Dionisio de Abad y Lasierra. =Antonio Hompanera de Cos. =Joaquín Abargues. =Carlos Salas. =Ramón Teijeiro. =Pascual Madoz, secretario”. >

Leída la resolución, concluimos, y  nos hacemos esta reflexión.

Queda de manifiesto que el  término Municipal  de Isla Cristina, fue configurado  en 1837, abarcando toda la franja litoral desde el núcleo poblacional hasta la barra de la Tuta y hacia el norte,  hasta la hoyada de los Perales límite con Ayamonte.

En 1887, tras la anexión con La Redondela, se unifican los dos términos en un solo municipio.

La Comisión de División Territorial  no accedió a la petición isleña de  la asignación de la isla de Canela como término municipal de la floreciente Isla Cristina.

Y por último, ¿cuándo, cómo, con qué fin, y quién o quiénes  hicieron desaparecer del Archivo Municipal de Isla Cristina, después de 1986, la copia de la resolución solicitada por el Ayuntamiento de Isla Cristina y que se custodiaba en el Archivo Municipal desde  1910?

_______________________________________________________________

1,2.- Mirabent Soler, José “Memoria sobre la fundación y progresos de la Real Isla de La Higuerita” CARTA.

3.- Sosa Rodríguez, José. Historia de Isla Cristina (Biografía sentimental) Capítulo V


viernes, 15 de octubre de 2021

EL VALOR DE LA HISTORIA, AL SERVICIO DE UN TURISMO CULTURAL. Sardines Pressées, Marcas ZZZ y Plata y Oro

 Artículo publicado en el periódico La Higuerita 15-10-2021

Arquivo Histórico Municipal de Vila Real de Santo Antonio


Los pueblos cultos presumen y se jactan de preservar su historia, la miman con gran interés e intentan poner en valor todo ese potencial, sacando todo el beneficio posible a lo que turísticamente el presente, pasado y futuro les pueda aportar.  El turismo de sol y playa, no es suficiente para romper la estacionalidad de los meses no estivales.

Pocos pueblos o ciudades,  pueden presumir de una historia tan fecunda y productiva en materia pesquera y conservera como Isla Cristina, quién puso su nombre en la órbita internacional y marcó el devenir de nuestros antepasados hasta nuestros días.

El Arquivo Histórico Municipal de la vecina localidad de  Vila Real de Santo Antonio, (Portugal), acoge una interesante exposición “sobre la Industria Conservera en Vila Real de Santo António”, donde se expone, gráficamente,  todo el proceso de impresión litográfico que se utilizaba para realizar las latas de conservas de las empresas de la localidad lusitana.

Primeramente, el boceto se realizaba grabando sobre una piedra calcárea el diseño de la empresa, a la que se le colocaba un papel vegetal utilizando para ello la prensa,  quedando grabado en una hojalata.

Establecimiento litrográfico  Ramirez,   Perez,  Cumbreras & Cía


Estas prensas sólo podían ser utilizadas para realizar unas 22 reproducciones o estampaciones, ya que el proceso químico es lo que permitía y había que relevar todo el mecanismo, esperando lógicamente, el tiempo de secado en el horno por cada unidad,  para volver a la prensa y sacar nuevas copias. Posteriormente, se le aplicaba una capa de barniz y nuevamente al horno para su secado. Finalmente, la hojalata ya impresa era transferida a la sección de  fabricación de las latas de conserva.

Recientemente, hemos descubierto dos piezas de piedra calcárea, expuestas en dicha exposición, y que se realizaron por la empresa Ramirez Perez & Cía de Vila Real de Santo Antonio para la empresa isleña de Manuel Hernández Rubio (Salazones ZZZ), abuelo de Manuel Columé Hernández, actual gerente de la empresa isleña Ficolumé, en la década de los años 50 del siglo pasado, para un novedoso experimento (del que fue pionero): la fabricación de sardinas saladas y prensadas en lata, y que se utilizó para la exportación, especialmente para Francia.

Esta técnica fue copiada por otros salazoneros, e incluso la firma USISA llegó a utilizarla en sus comienzos.

Esta técnica de utilización, de la realización de latas de conserva para la sardina salada sin aceite añadida, fue desapareciendo con el tiempo, ya que uno de los princípiales problemas que se detectaron fue la corrosión producida por la salmuera que oxidaba el metal y les generaban perforaciones a las latas durando muy poco tiempo, desistiéndose de este sistema para volver al tradicional de los bultos de sardinas prensadas.

Placas de la firma ZZZ y Plata y Oro de Manuel Hernández Rubio,
que se pueden observar en el Archivo.


Una pequeña colonia de pescadores, convertida posteriormente en pueblo,  y que con el paso de los años y gracias a su industria llegó a adquirir el título de ciudad, no puede permitir que de aquí a algunas décadas, los nativos del lugar no sepan que es una pila de sal, un tabal de sardinas, una prensa, un palangre, un rastro, la carpintería de ribera  o  infinidades de vocablos relacionados con nuestra historia.

La involución es todo lo contrario al crecimiento cultural e histórico, el turismo de sol y playas, debe ser un acicate compatible con el turismo cultural, que ponga en valor nuestras costumbres, tradiciones y nuestra historia, para que se vea reflejado y revierta  su beneficio en los sectores primarios, hoteleros y de restauración gastronómica, en definitiva en empleo.  La historia, al servicio de la economía.

Los tiempos han cambiado, y en muchos casos para mejor, Isla Cristina,  no puede ni debe, quedarse dormida por más tiempo, y todo ese potencial documental y etnológico,  debe recuperarse y exponerse cuanto antes,  y venderse junto a nuestras mojamas y conservas, junto al esfuerzo de nuestra flota pesquera, junto a nuestras gambas, sardinas y caballas frescas de la costa, junto nuestras playas, junto a nuestro hermoso entorno y puerto pesquero con sus puestas de sol, nuestras fiestas populares, los Carnavales,  la Semana Santa, y la simiente de nuestra agricultura.  

Isla Cristina es todo eso, mañana puede ser tarde, y los portugueses de Vila Real,  lo han entendido,  que no se nos olvide……

viernes, 1 de octubre de 2021

APUNTES SOBRE ROQUE BARCIA EN EL BICENTENARIO DE SU NACIMIENTO.

 Artículo publicado en el periódico La Higuerita 1-10-2021


El 4 de octubre de 2021, se cumplirá II Centenario del nacimiento del ilustre "isleño",  filósofo, lexicógrafo y político,  Don Roque Barcia Martí, autor del Primer Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana. Una efeméride que no debemos pasar por alto y que debemos poner en valor para el conocimiento y engrandecimiento de la cultura y la historia.

Los movimientos políticos que se sucedieron, contrarios al ideario republicano a lo largo de nuestra historia, propiciaron un punto de inflexión que condenó casi al silencio y al ostracismo  a este personaje del liberalismo católico, más reconocido en Iberoamérica que en su propio país.

La implicación de Roque Barcia en el levantamiento cantonal de Cartagena, le supuso su derrumbe político y le propició el rechazo de parte de sus antiguos compañeros de partido, quiénes lo tacharon de traidor,  al reconocer,  que las ideas federales no estaban preparadas para gobernar, se había convencido de que los federalistas no se podían encargar de la nación ni del gobierno; que teniendo los apoyos y las ideas, les faltaban hombres capaces de hacer realidad el mundo nuevo que vislumbraban y no estaban preparados para disponer de la gestión de los negocios públicos,  así como el rechazo que ya antes, le había impuesto la curia de la iglesia por sus publicaciones, donde a pesar de ser muy combativo, fue un fervoroso creyente, que plasmaba un amor imperecedero hacia Dios y su Santísima Madre, pero que ponía en entredicho, a la jerarquía eclesiástica, quién le llegó a excomulgar 68 veces.

Roque Barcia, llegó a ser un gran propagandista en la esfera liberal entre el Bienio Progresista y la Restauración, con una gran capacidad para contactar con las masas populares. La gran mayoría de sus obras bibliográficas, se encuentran en la Biblioteca Nacional de España, donde también se haya su obra manuscrita inédita, además obras de teatro y libretos para zarzuela, así como alguna correspondencia suelta procedente de diversos fondos, en la Hemeroteca Municipal de Madrid, la Universidad de Connecticut y en la Biblioteca Nacional de Francia.

Roque Fausto Próspero Francisco de Asís Barcia Martí, como así consta en su partida, recibió el bautismo1 en la parroquia de San Esteban de la capital hispalense el día 15 de octubre.

Barcia Martí, fue el cuarto hijo de cuatro hermanos, segundo varón del matrimonio entre Roque Barcia Ferraces (de origen gallego, establecido2 en la Isla hacía 1800 donde ejercía de escribano público y del cabildo desde enero de 1809 en el Ayuntamiento de La Redondela y La Higuerita) y de Teresa Martí Duboy (natural de La Higuerita, al parecer, su familia había llegado procedente de Reus hacia 1780, para dedicarse a las labores de la pesca). En 1800, su abuelo, Juan Martí Faló2 esposo de Manuela Duboy,  fue nombrado alcalde de La Higuerita por el cabildo de La Redondela.  Su familia residía en la Real Isla de La Higuerita, en la casa nº 2 de la Ribera3, los hijos registrados eran Filomena, Joaquina, Nicolás y Roque,  el más pequeño que contaba con 3 años. 

Curiosamente, su tío, hermano primogénito4 de su padre,  fue partidario del absolutismo y de la  «justa causa del Altar y el Trono contra la falsedad de la democracia», todo lo contrario que su hermano Roque, quién entre sus méritos perteneció a la  Junta de Galicia durante la Guerra de la Independencia y haber dotado la defensa de Tuy con sus propios caudales. Como Comandante de las  armas, se negó «vigorosamente» a jurar la Constitución de 1812. Ambos sufrirían la persecución política, el exilio y la confiscación de bienes, aunque en diferentes momentos y por diferentes causas. Necesariamente, el triunfo de uno implicaba la caída del otro.

Roque Barcia Martí, tuvo una existencia complicada, tocándole vivir momentos difíciles en la vida de España. En su infancia, viviendo en La Redondela, donde su abuelo tenía propiedades y negocios de vino y ganado,  se produjo un accidente5 por la coz de un cuadrúpedo que lo postergó y le desfiguró parte de su rostro, perjudicando a su desarrollo infantil y que plantearon dudas acerca de su capacidad cognoscitiva durante su niñez y juventud. La ayuda inestimable de su amigo de la infancia, el niño cabrero de La Redondela,  Simón, fue fundamental para su recuperación en su tardía capacidad para aprender a leer y escribir (15 años), hasta que un día tomó la decisión de marchar a estudiar a Madrid junto a su padre y hermano mayor, donde ellos mismos le impartieron clases, viéndose truncada su formación por el inesperado fallecimiento de su padre en 1838, a los pocos meses de su llegada a la capital España, teniendo que volverse a Isla Cristina, en 1839 con el trago de haber perdido toda posibilidad de crecimiento y truncando todos los planes que hubiesen podido imaginar.

Ya6 en Isla Cristina, retomó los estudios por su cuenta, entre 1839 y 1842 prosiguió en soledad el estudio de la gramática castellana y latina, pasó a Ayamonte a completar sus estudios de latín con el Padre Sacramento y, más tarde, a La Redondela, donde estudió gramática francesa con José de los Reyes, que había tenido que emigrar por cinco años a Francia por causas políticas. Por ese tiempo, José Mirabent, cura párroco de Isla Cristina y conocido reformista vinculado a las Sociedades Económicas matritense e hispalense, le ofreció el aprendizaje de la filosofía, especialidad que había impartido durante muchos años en la ciudad de Cádiz. Con él aprendió lógica, física, metafísica, ética y geografía universal, «adquiriendo no menos ciencia con su gran Doctrina que con su conducta verdaderamente religiosa, moralidad y ejemplo». Acabada este periodo de formación, partió a Sevilla para intentar hacer carrera literaria e ingresar en la universidad, algo que le fue imposible por no haber cursado los estudios reglados en escuelas del estado, colaboró con publicaciones y lo intentó en el teatro,  de ahí a Madrid, etc……….

Don Roque Barcía Martí, desde una visión personal, fue un hombre que estuvo totalmente influenciado por la figura de su padre, Roque Barcia Ferraces de la Cueva: hombre culto, luchador incansable, enfrentado ideológicamente también  a la curia eclesiástica aunque de profundas convicciones religiosas, defensor de los intereses de la Real Isla de La Higuerita en Madrid, defensor de los armadores y pescadores y a quién según su hijo, le costó la muerte un disgusto por un pleito  judicial en el que había sido denunciado.

Durante los años de la II República, el ayuntamiento de Isla Cristina, cambió el nombre de la antigua C/ Baja por el de Roque Barcia. Tras la llegada de la dictadura, fue eliminado por el de 29 de julio, día en el que las fuerzas nacionales tomaron la localidad. Años después, ante la necesidad de corregir el gran error que se había cometido, en tiempos del alcalde Emiliano Cabot del Castillo, es rotulada una nueva vía,  que nacía en C/ Emiliano Cabot Alfonso hasta la C/ Lirios,  con el nombre de este Ilustre isleño Don Roque Barcia Martí.

En La Redondela, también se le puso nombre a una plaza, detrás del Ayuntamiento, y en la casa donde habitó en la C/ Santa María, siendo alcalde de Isla Cristina Román Pérez Romeu,  se rotuló una placa el 10 de noviembre de 1922 conmemorando aquella circunstancia.

El 21 de julio de 1980, durante unas jornadas culturales, la Asociación de Amigos de Isla Cristina en Madrid, hizo donación de un busto en piedra a su figura, que se ubicó en los jardines de Andalucía del Ayuntamiento, obra del escultor Germán Benzal,  y que desgraciadamente, fue sustraído hace unos años. Todos,  deseamos sea repuesto a la mayor brevedad.

Roque Barcia escribió en 1852: “Mi vida ha sido y es un drama de un solo personaje; yo”.

Casado con Ana de Cantos,  tuvo un hijo Roque y a pesar de su “grandeza y los errores” como los grandes en la historia,  falleció pobre en Madrid, recibiendo sepultura en el cementerio católico de San Lorenzo y San José  de Madrid  en 1885, utilizando el nombre de su padre para poder ser enterrado.

 _____________________________________________________________

1.-García Moscardó, Ester. Roque Barcia Martí (1821-1885) Una biografía intelectual de un republicano federal. El dato del nacimiento de Barcia es controvertido. Esta es la fecha que figura tanto en el certificado de bautismo que acompaña al expediente de senador de Roque Barcia [http://www.senado.es (…….) como en el acta de matrimonio civil de Roque Barcia y Ana de Cantos, celebrado en París el 17 de julio de 1875. En el mismo acto de matrimonio reconocen también a su hijo Roque Agustín Nicolás José Leonardo Barcia de Cantos, nacido en Madrid el 6-11-1869 y bautizado como hijo de ambos el día 24 de ese mismo mes.

2.- Bogarin Díaz, Jesús. 180 Linajes Isleños.

3.- López Márquez, Vicente. Isla Cristina por los caminos de la Historia. 

4.- Ester. Roque Barcia Martí (1821-1885) Una biografía intelectual de un republicano federal. Una familia de Escribanos Públicos.

5.- Carmona Antonio/Caballero Pablo. Roque Barcia: Luces recobradas.

6.- García Moscardó, Ester. Roque Barcia Martí (1821-1885) Las desgraciadas circunstancias del hijo de un patriota.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

FELISA, LA LAVANDERA DE LA VERA ABAJO.

 Articulo publicado en el periódico La Higuerita 15-9-2021

Antiguas pilas de lavar en la Barriada de Punta del Caimán, años 50

A lo largo de la civilización, son muchísimos los inventos que nos han proporcionado una vida más fácil y una mejor existencia, beneficiándonos los humanos,  de esas aportaciones que los inventores nos han legado y que han permitido un gran desarrollo a la humanidad, evitándose de esta forma un gran esfuerzo y trabajo. Uno de esos inventos ha sido la lavadora.  

Hoy día, casi todos los hogares desarrollados, han simplificado la tarea del lavado de ropa, puesto que casi todos, disponen de esas máquinas automáticas que realizan por sí mismas el trabajo de lavar y centrifugar, además del secado de la ropa, muy lejos de lo que suponía en antaño la intensa y continua labor del lavado de la ropa a mano en el lavadero o pilas públicas, dónde se acarreaban los cubos de agua a la intemperie y siempre expuestas a merced de las inclemencias del tiempo.

Solo podemos apreciar y valorar ese esfuerzo, sí hacemos una mirada retrospectiva al pasado, para conocer los medios tan rudimentarios que tuvieron que utilizar nuestros antepasados, especialmente nuestras abuelas, para lavar la ropa, muchas de ellas amas de casa, que se desenvolvían en el medio rural  y que pasaban  la ropa  dos o tres veces por el jabón, y casi nunca lograban que las prendas apareciesen limpias y blancas por completo, a pesar de los múltiples aclarados continuos  a fondo y el tendido al Sol. 

Es sabido, que las clases más pudientes siempre contaron con un servicio en el hogar, mozas jóvenes que se dedicaban a servir en todo lo concerniente a la casa, desde la cocina, la limpieza, la atención a los niños etc., y como no, al lavado y planchado de la ropa, recurriendo muchos de ellos, a la experiencia y laboriosidad de una gran mujer, que vivía en el campo de la Vera Abajo, llamada Felisa, y se dedicaba a  realizar “la colada”, un procedimiento nada fácil, duro, penoso y especial, y que consistía en hacer fuego para recoger las cenizas resultantes del carbón y filtrarlas en calderas  con agua hirviendo,  que previamente había sacado de un pozo a pulso y cubo a cubo.  Con el resultado del consiguiente líquido, volvía a frotar la ropa para conseguir la blancura en los tejidos, y eliminar así, las manchas que no salían con el lavado tradicional, pasando posteriormente al enjuagado y vuelta a aclarar en las pilas, tendiendo después  al Sol todo lo limpio, para lo que utilizaba las matas más altas  y los tojos silvestres como tendedero. Posteriormente, y tras todo este rudimentario procedimiento, Felisa, se desplazaba desde el campo de la Vera Abajo,  hasta Isla Cristina con un burro, donde en sus serones transportaba todo el resultante de un duro trabajo ganado con su sudor, y con el producto de su beneficio, junto a su esposo Pedro, mantenían a sus hijos.   

Felisa Álvarez Espinosa, Felisa la Lavandera. 

 
Felisa Álvarez Espinosa, nació y se crió en la Vera Abajo, término municipal de Ayamonte, aunque la cercanía con Isla Cristina,  hizo que su vida se desarrollara en la antigua Higuerita, donde falleció en la C/ Nueva, actualmente Poeta Juan Figuereo,  el 20 de enero de 19791 a la edad de 78 años.

Hija de Gregorio y Josefa, casó con Pedro Martín Guerrilla, con quién tuvo ocho hijos, cinco hembras y tres varones: Pedro, Manuel, Antonio, Felisa, Pepa, Dolores, Paca y María, de los que actualmente, solo disfrutan entre nosotros,  Felisa a sus 95 años  y Paca con 89.

La isleña, Mercedes Navarro Martín, en su libro de poemas “Tiempo de Soledad”  dedicó unos versos, que la retratan,  idealiza e inmortaliza la figura de esta buena señora, que gracias a su esfuerzo y junto a su esposo,  pudieron sacar adelante a sus hijos  y al que tituló: Felisa.

 

Falda larga,

negra, casi hasta los pies.

Pañuelo gris a la cabeza.

Alta. Bien plantada.

 

Todas las semanas

aparecía el mismo día.

La acompañaba

 un pequeño borriquillo.

Se llevaba la ropa

blanca

para lavarla allá lejos,

en el campo,

 donde vivía.

 

Por Navidad

el borriquillo venía cargado,

de romeros, de piteras,

de piedrecillas del rio…..

Nosotros pondríamos el Belén.

 

Esta mujer era Felisa,

la lavandera.

Ella nos traía el otoño, el invierno,

con sus olores, con su bien hacer.

Olor a castañas,

a espliegos a membrillos.

 

Nos traía un trocito

del campo, de la Vera Abajo.

Allí, ella residía.

Felisa, tú también

quedaste en mis

viejos recuerdos.

 ______________________________________________________

1.- Libro de enterramientos. Ayuntamiento de Isla Cristina.

PD. Mi agradecimiento a Felisa Martín Álvarez, y a su hijo Pedro Figuereo Martín, por la cesión de la fotografía de su madre.