Desde hace dos siglos, en uno
de los laterales de la desaparecida Parroquia de Ntra. Sra. de los Dolores
existía una cerámica en honor de la Stma. Virgen del Carmen. Tras los sucesos
de julio del 36 y el posterior derribo, aquella antigua cerámica desapareció.
Fue Francisco Mirabent Soler,
miembro de la Hdad. del Carmen, quien en su casa, justo en frente de donde
estuvo ubicada la parroquia, colocó en su fachada esta cerámica con una hucha
para recaudar donativos para la hermandad. Allí permaneció más de 60 años,
parada obligatoria de los hombres de la mar que iban y venían de faenar y de
los fieles y devotos que a su paso se descubrían, persignaban y rezaban,
brindándole el mayor de los respetos.
En 2002, la vivienda de Paco
Mirabent Cabot fue derribada y reconstruida. Fue en noviembre de 2004, cuando
gracias al interés devocional y cultural, el ayuntamiento gestionó con su
actual propietaria, Rosario Rodríguez González, para que fuera repuesta en su
lugar, aquella imagen que ha visto en sus 80 años el paso de varias
generaciones.
Es una pena en el estado que
se encuentra la peana por hechos vandálicos y la ausencia de sus dos soportes
originarios que la adornaban y sostenían y que merecen una restauración.