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Falucho "San Manuel", atracado en el muelle del Miramar en 1947. Foto cedida por Paco Delmo. |
Fue en 1928, cuando la barriada de Punta del Caimán se unió al núcleo urbano de Isla Cristina a través de un pequeño puente de madera que posibilitaba el paso a pie de una a otra orilla, este hecho, propició una mejor comunicación entre ambos lados, y el movimiento de personas, sin tener que utilizar barquillas para cruzar de un lado al otro el Caño del Cepo.
Este Caño de ría, tenía su entrada hacia tierra justamente
donde hoy se encuentra el Puerto Deportivo y moría en los Huertos, casi a la
altura donde hoy se encuentran los edificios de las torres de la playa. El
puente, cruzaba suspendido sobre el agua con una forma curva de norte a sur y
estaba enclavado más o menos, donde hoy se encuentra el Monumento al Marinero,
de ahí ese dicho popular de los viandantes, sobre todo los residentes en la
barriada puntera, que aún hoy, siguen
diciendo cuando vienen al centro: “vamos
pal pueblo” o “vamos pa La Punta”, un símil a lo que ocurre hoy día con Sevilla
y Triana.
La única edificación que existía en la parte en la orilla
norte que daba a la población, era el Miramar, y justo delante de su puerta principal, hacia
levante, de norte a sur, existía un pequeño muelle de hormigón donde los barcos
atracaban para cargar y descargar justo antes de la bocana que daba a la ría
Carreras y a unos 30 metros aproximadamente, más hacia levante, se ubicaba el
inicio del puente.
Hoy publicamos esta interesante fotografía que hemos recuperado
y que nos muestra con gran claridad el muelle del Miramar con un sombrajo
delante del edificio y donde se encuentra atracado un hermoso falucho de “Vela
Latina”, llamado “San Manuel” popularmente conocido como “El Falucho”, propiedad
de Francisco Delmo Mena, natural de Estepona.
La imagen corresponde a finales de 1947. Curiosamente el
barco está pintado de negro por el fallecimiento de su propietaria Gertrudis Escobar Sosa. El personaje que aparece también vestido de
luto por su madre difunta es Manuel Delmo Escobar, hijo de los propietarios.
La principal actividad de este falucho, era la pesca de
sardinas, caballas, la modalidad de arrastre y los mechillones (chirlas). En
ciertas épocas, Francisco Delmo, el armador, se dedicaba a la compra de grandes
cantidades de mechillones y los vendía
en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz y Tánger.
Me cuenta Francisco Delmo González-Barrero, (Paco Delmo), nieto
del propietario, que a su abuelo, le había tocado la lotería en Tánger y con
ese dinero pudo realizarle una obra a su barco,
montándole un motor de 18 CV de la marca SKANDIA, con lo que dejó de
depender de la vela, aunque la siguió
utilizando.
Tanto el puentecito de madera, como el muelle del Miramar, dejaron
de ser funcionales a finales de los años 50, tras la construcción de dos muros
de contención que se utilizaron para cegar las aguas del Caño del Cepo con una
draga que rellenó su cauce. Dichos muros,
el de poniente, limitaba con la ría, y partía
desde el astillero de Demófilo Vitorique, hasta la orilla del Cantil, y el de
levante, desde el mismo Miramar hasta la Punta del Caimán, lo que es hoy la
valla del colegio Reina María Cristina.
Hasta la década de los años 90 en Caño del Cepo retuvo agua
estancada quedando como una marisma o “zapal”, que se fue rellenando poco a poco con los
escombros y residuos de los derribos y las construcciones así como todo tipo de basura que convirtieron
la zona en un autentico vertedero y que con el paso de los años, dio lugar a
toda la zona hoy edificada y que comprende el Monumento al Marinero, la Avenida
del Carnaval, el Conservatorio, Parque Central, el Supermercado Mercadona y todas
las edificaciones posteriores en aquel entorno.