Mostrando entradas con la etiqueta hermandad del Rocío de Isla Cristina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta hermandad del Rocío de Isla Cristina. Mostrar todas las entradas

domingo, 11 de mayo de 2025

“Y ASÍ QUE PASE MEDIO SIGLO". HISTORIA DE UNA PLEGARIA PARA EL CINCUENTENARIO DE NUESTRA HERMANDAD.

                           Articulo puoblicado en la Revista de la Real e Ilustre Hermandad 

                                             de Ntra. Sra. del Rocío de Isla Cristina


Me invita nuestro Hermano Mayor, José Brizo, a que  escriba unas líneas en esta revista y rememore los pormenores que vivimos durante la elaboración y el estreno de la plegaría “Y así que pase medio siglo”,  compuesta para cerrar el Pregón de la Romería de 2024 que además,  coincidía  con la conmemoración de la celebración del 50 Aniversario Fundacional de nuestra querida Hermandad Rociera,  y en la que participaron doce pregoneros de nuestra localidad: Augusto Thassio (1996); Pedro Jesús Álvarez Rodríguez (2010); Jerónimo Sosa Sosa (2011); José Manuel Ramos León (2012); Mari Toni Contreras Montenegro (2013); Rafael Salgado Galloso (2014); Isabel Perera Moreno (2016); Carmelo Fernández Faneca (2018); Pepa Sosa Sosa (2019); José Manuel Escobar Martin (2022);  Francisco Javier Morgaz Sierra (2023) y este que suscribe,  Francisco González Salgado en (1994 y 2008).



Desde el mismo momento que nuestra presidenta Mari Carmen Verdún junto a algunos miembros de la Junta de Gobierno se reunieron conmigo para ofrecerme este pregón, se generó en mi, una gran responsabilidad que no debía asumir, ya que había sido con anterioridad nombrado pregonero en dos ocasiones, en 1994 y en 2008,  y además,  había sido el exaltador en  la bendición del nuevo Simpecado en 2003, por ello, mi negativa fue tajante, aunque no podía negarme a colaborar sin corresponder a quienes con tanto cariño,  habían recurrido a mí para dicho menester.

Durante la conversación que mantuvimos, tuve algunos flases, esos que a veces suelen surgir y que dibujaron en pocos segundos en mi mente, lo que meses después iba a acontecer. Les propuse una idea, ¿por qué no contamos con todos los pregoneros de nuestro pueblo y hacemos algo grande para la Virgen y así conmemoramos entre todos el cincuenta aniversario de nuestra fundación? La incertidumbre y la incredulidad se hizo dueña de todos ellos, y surgieron algunas preguntas: “¿pero cómo va a ser eso, es muy difícil y además, sería larguísimo?” mi respuesta fue: “a esto sí que me comprometo con vosotros, yo me encargo de llevarlo a cabo y hacerlo posible”

Pasados algunos unos días, comencé a dar forma a esta idea, y a contactar con cada uno de los pregoneros. Desde ese momento, tuve que priorizar, y dejar de lado, algunas cosillas que tenía para centrarme en dar forma al pregón, contactar con los pregoneros, solistas, músicos y sumarlas al proyecto.

Sabía lo que quería, y cómo debíamos acabar, estaba convencido de que todos los pregoneros estarían a gran altura, dándoles libertad para que seleccionaran de sus pregones lo que mejor creyeran conveniente,  para después, darle forma y sentido en un solo pregón a toda esa amalgama de sentimientos y amor  hacia la Virgen del Rocío. También, además de la palabra recitada, teníamos que recuperar y poner en valor gran parte del patrimonio musical, que a lo largo de todos estos cincuenta años se había gestado en nuestra hermandad por diferentes autores, y que debíamos culminarlo con una pieza de nueva creación que aglutinara todos esos sentimientos y nos identificara cuando la cantáramos.

Tras algunos días tanteando a “las musas”, llegaron los primeros compases, con esa sencillez que encierran a las cosas hermosas, los primeros versos y tachones en un papel y un inmenso amor en cada compás. La misma,  debía plasmar un grito de verdadera protestación pública de fe “Me emociono con decir tu nombre, me consuelas y llenas mi corazón, y al mirarte me lleno de tu Rocío, Rocío, Rocío….” al mismo tiempo, debía recoger también esos cincuenta años de Hermandad, que se han fraguado con el paso de los años y que con el tiempo en vez de diluirse como algo novedoso,  cimentó en tierra fértil  “y así que pase medio siglo, cincuenta primaveras de amor y de suspiros, caminos de promesas, soñando contigo, mi “Simpecao” bendito…”  también, debía resaltar la donación de un vestido bordado que como ofrenda de amor, nuestra hermandad hizo al Pastorcito Divino durante la misa de peregrinación oficial por este cincuentenario “y un vestido bordado de sueños para el pastorcito yo puse a tu pies, y el cariño de todo mi pueblo y de los rocieros que rezan con fe..” rematándose con un recuerdo para todos aquellos rocieros que tanto hicieron y quisieron a nuestra hermandad,  y que hoy habitan bajo su manto en esas Marismas Azules del Cielo. Y de aquellos que un día partieron hacia las marismas para estar contigo en  el Rocío Cielo…….”

Una vez finalizada esta obra, contacté con a mi buen amigo Nacho Vinagre para comunicárselo y quedamos para grabarla. Después, teníamos que buscar voces que la hicieran realidad,  y no podían ser otras sino de gente rociera, que la sintieran como suya, por ello, recurrí al incombustible José Antonio Monclova con su gente y al Coro “La Familia” dirigido por Mari Toni Contreras, ¡benditos los “hados” que nos iluminaron en dicha elección, y en la contundente y afirmativa respuesta!  Unas semanas antes del acto, comenzamos los ensayos, dónde se unieron al proyecto algunos amigos que quisieron acompañarme, y faltaba la guinda, teníamos las voces, buenos guitarras, pero esta pieza necesitaba de un plus, necesitábamos envolvernos y abrazarnos a la música en la grandiosidad de lo que estábamos intentando representar. Ramón Gómez, tampoco dudó ante nuestra llamada y comenzó a trabajar en los arreglos musicales, poniendo ese toque romántico y melancólico de su violonchelo que nos envolvió a todos, pero aún  nos faltaba la intensidad profunda y armónica de un piano,  así estaba concebida esta obra, y no llegaba. Al principio, casi todo fueron impedimentos y negativas más que justificadas, hasta que surgió la luz que nos iluminó poniéndonos en el camino a un gran músico, David Núñez, a quién bastó un solo ensayo horas antes del estreno junto a todo el cuerpo musical y sin ni siquiera ensayar con las voces.  

Tras varios días disfrutando de los ensayos, con el coro y los solistas, pudimos ultimar la plegaria con la  que cerrábamos el Pregón del Cincuentenario, “Y así que pase medio siglo”. Espero y deseo, que fuera del agrado de los rocieros isleños y que estuviéramos a la altura de tan magno acontecimiento. 

Me emociono con decir tu nombre,

me consuelas y llenas mi corazón,

y al mirarte me lleno de tu Rocío,

Rocío, Rocío….

 

Y así que pase medio siglo,

cincuenta primaveras

de amor y de suspiros,

caminos de promesas,

soñando contigo,

mi “Simpecao” bendito

 

Y un vestido

bordado de sueños

para el pastorcito

yo puse a tu pies,

y el cariño de todo mi pueblo

y de los rocieros que rezan con fe

y de aquellos que un día partieron

hacia las marismas para estar contigo

en  el Rocío Cielo…….


 

Mi profundo agradecimiento a los coros “La Familia” y de “José A. Monclova”,  así como a cuantos se sumaron al proyecto. A los guitarras Nacho Vinagre Pérez, Manuel Jesús Garrido Gómez y José Antonio Monclova Rodríguez. A  Manuel Ramón Gómez Martínez con su violonchelo y a David Núñez Manó al piano.

También a la preciosa voz de  Carmen Villaseñor Rodríguez y a los solistas que durante el pregón lo bordaron: María Ceren Redondo, José Manuel Ramos León, Alejandra Morón Muriel, Aurora García Rivas, Beatriz Morón Muriel y al joven Antonio José Domínguez Contreras, quién nos deleitó con su gaita y su tamboril.  A todos ellos, siempre agradecido….      

    

jueves, 1 de febrero de 2024

Manuel Siurot, Román Pérez e Ignacio de Cepeda, y la Virgen del Rocío.

 Artículo publicado en el periódico La Higuerita  1-2-2024

La Virgen del Rocío en procesión con las bambalinas donadas por Manuel Martín Rodríguez 

Cuando se cumple el Cincuentenario Fundacional de la Real e Ilustre Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Isla Cristina, llegan a mí, estas interesantes fotografías que por su relevancia histórica, creo que deben ser conocidas por todos,  y que  vienen a contrastar una vez más,  que la devoción y las visitas a la Stma. Virgen del Rocío,  son mucho anteriores a la creación de la corporación rociera, y se remontan a los finales del siglo XIX

Es más que conocida la influencia y el mecenazgo del isleño don Manuel Martín Rodríguez, (hijo del armador e industrial don Juan Martín Cabet)  gran colaborador de la Hermandad de Huelva, y gran devoto de la Virgen del Rocío, quién donó unas bambalinas para el paso de la Virgen en 1908, así como algunas piezas en plata y orfebrería, y otras donaciones de otras personas que a lo largo de los años ofrendaron a la Stma. Virgen.

Hacía tiempo, que me preguntaba, que dado los vínculos de amistad y familiaridad que don Román Pérez Romeu  tenía con el abogado, juez, pedagogo y gran rociero don Manuel Siurot, así como con el Vizconde de La Palma del Condado, don Ignacio de Cepeda y Soldán, que eran sus compadres, que no hubiera encontrado ninguna conexión de don Román, con la devoción y la Romería del Rocío.

Don Manuel Siurot Rodríguez, “el maestro de los niños pobres”,  autor de diferentes publicaciones,  en uno de sus primeros libros  “La Romería del Rocío”,  editado en 1918 y que la Hermandad Matriz de Almonte ha reeditado en 2021 con una “miscelánea de otros textos rocieros”, recoge una completísima crónica rociera del año en que terminó la I Guerra Mundial y nos apunta algunos datos. Por aquel tiempo, eran trece las hermandades cuyas carrozas blancas se presentaban. Este libro es una defensa a ultranza contra los críticos de aquella época, que tampoco faltaban.  

En la página 122, encontramos este hermoso texto: “Los pintores como Santiago Martínez y Grosso se desesperan ante la belleza inaprensible del momento; rocieros como Ignacio Cepeda, Román Pérez Romeu, Ricardo Serra y Blázquez Bores, tienen en sus caras escritas la más grande satisfacción; los literatos como los hermanos Quintero, José María Rey y Tassara sueñan las cosas del mundo de la belleza, y, después de estirar sus sueños y creaciones, se encuentran con que esta realidad que tienen ante su ojos es más grande y más fuerte que el producto de la imaginación; los sacerdotes como el padre Villacampa y D. Alberto, el palmerino, creen mirando el rosario que se les ha adelantado la Gloria. Yo, pobre de mí, al ver estas cuarenta mil personas emocionadas, siento sobre mi frente la caricia de la eternidad irrompible del cristianismo. Dios te salve María, llena eres de gracia….”

También, en la página 149, recogemos este texto: Tengo los nervios cansados. El espectáculo es aplastante de emoción popular, y cuando la luna en cuarto creciente enciende delante de la ermita, sobre el azul del cielo, su cuernecillo de plata bruñida, nos vamos a descansar al Hotel Palace del Rocío, que así es la casa de Ignacio Cepeda, donde éste nos obsequia como corresponde a su tradición de generosidad; y donde mi compadre Román Pérez, Manolo Flores, Eugenio Martín, el padre Elías, el padre Benito, de La Rábida, el padre Osornito, el Rvdo. Carnevali, Juan Vides, Pepe Monge Bernal, Ricardo Serra y muchos más brindaron por la Santísima Virgen y por la sin igual romería.

En estos dos preciosos textos publicados en las crónicas de Siurot, podemos comprobar, como el autor, compadre de don Román Pérez Romeu, padrino junto a su hija  Antonia Siurot de Mora, de la hija de Román Pérez y Adelaida Caballero, María Antonia Pérez Caballero, asistía a la Romería del Rocío junto a sus amigos,  y  especialmente con su compadre Román, que a su vez este,  lo era también de don Ignacio Cepeda.

Ha sido de vital importancia para la realización de este texto, la predisposición de las hermanas Loreto y Covadonga Noriega Pérez, nietas de Román Pérez, que me han facilitado estos documentos gráficos tan interesantes.

Dibujo

El primero es un dibujo caricaturesco, donde se aprecia que caminan hacia El Rocío. Al parecer, se desplazaban en coche hasta El Rocío, el vehículo se averió y tuvieron que hacer el recorrido a pie. Los personajes son: Román Pérez Romeu, Ignacio Cepeda, el chófer del coche y el último, el autor del dibujo. Debió ser una vivencia interesante para que el autor de la obra, quisiera inmortalizarlo, la pena es que no conocemos su nombre, ya que no está firmado. 

Fotografía nº2  

En la fotografía nº 2, no fechada, arriba a la izquierda, aparece  Román Pérez Romeu, seguido de un señor que no hemos podido averiguar quién es,  e Ignacio Cepeda Soldán, (padrino este último, del hijo de Román Pérez y Adelaida Caballero, Román Pérez Caballero). Sentadas, a la izquierda, aparece una niña que desconocemos quién es y a continuación Adelaida Caballero Cuchí, esposa de Román Pérez.  De las dos señoras que aparecen, no hemos podido poner nombre a la que está en el centro, quizás esposa del Sr. justamente arriba y padres de la niña. La otra Sra. pudiera ser la hermana de Ignacio Cepeda, María del Rosario Cepeda Soldán.

Fotografía nº 3

En la fotografía nº3, observamos a la izquierda a Carmen Rojo del Castillo, esposa de Luis Arévalo y a su izquierda, en la imagen a la derecha,  a la isleña María Adelaida Caballero Cuchí, esposa de Román Pérez, posiblemente en 1919, año de la Coronación Canónica de la Virgen y que hacía muy poco, acababa de dar a luz  a su primera hija María de los Ángeles, “Tialé”,  apodo que dio nombre también a uno de los barcos de la familia Pérez Caballero y quién adquirió el nombre de su tío Ángel, fallecido el 7 de octubre de 1918 en la epidemia de gripe.

Fotografía nº 4

Fotografía nº4, de izquierda a derecha, Angelita Pérez Caballero “Tialé” hija mayor de Román Pérez y Adelaida Caballero. Adelaida Caballero Cuchí,  esposa de Román Pérez y María Antonia Pérez Caballero junto a su esposo Ildefonso de Noriega, en 1955.

El matrimonio formado por Ildefonso de Noriega y María Antonia Pérez Caballero, 
hija de Román Pérez Romeu y Adelaida Caballero Cuchí en el Rocío 1955


Como anécdota, destacar la devoción de la familia Noriega Pérez, quiénes se llevaron cinco años de casados y sin tener hijos, ese mismo año, se lo pidieron a la Virgen. Nueve meses más tarde, nació la primera de sus hijas a quién pusieron el nombre de Rocío, siempre pensaron que este nacimiento había sido obra e intercesión de la Stma. Virgen. Aquel parto, debió resolver el problema de la infertilidad y 11 meses más tarde, nacieron Loreto y Covadonga, en este parto,  se provocó una hemorragia que produjo que María Antonia se fuera desangrando poco a poco. El médico había desahuciado a la madre y su esposo Ildefonso, desesperado colocó un saquito de arena de El Rocío en su vientre, al parecer,  la hemorragia desapareció. Para la familia Noriega Pérez se había producido el segundo milagro y siempre vincularon este hecho, a la Virgen del Rocío.

Detalle de la portada del libro Mi relicario de Italia escrito por Manuel Siurot 
y de dicado a Ignacio de Cepeda Soldán y Román Pérez Romeu

La amistad establecida entre el trío Siurot, Cepeda y Pérez, era tan fuerte, que el pedagogo palmerino, dedicó su libro  “Mi Relicario de Italia” a sus buenos amigos Ignacio Cepeda y Román Pérez, una amistad a pesar de la diferencia de edad que tenían.

Mi profundo agradecimiento a las nietas de don Román Pérez, Covadonga y Loreto,  por todas las facilidades para la realización de este artículo, y al mismo tiempo, felicitar a Loreto, esposa del doctor don Francisco Jiménez Delgado, actual Presidente de la Hermandad  Hermana de Ntra. Sra. del Rocío de Villarrasa, quienes también están inmersos en la celebración de los actos preparatorios de la Romería de Pentecostés de 2024, por su Cincuenta Aniversario Fundacional junto con Isla Cristina.