Articulo puoblicado en la Revista de la Real e Ilustre Hermandad
de Ntra. Sra. del Rocío de Isla Cristina
Me invita nuestro Hermano Mayor, José
Brizo, a que escriba unas líneas en esta
revista y rememore los pormenores que vivimos durante la elaboración y el estreno
de la plegaría “Y así que pase medio siglo”,
compuesta para cerrar el Pregón de la Romería de 2024 que además, coincidía con la conmemoración de la celebración del 50
Aniversario Fundacional de nuestra querida Hermandad Rociera, y en la que participaron doce pregoneros de
nuestra localidad: Augusto Thassio (1996); Pedro Jesús Álvarez
Rodríguez (2010); Jerónimo Sosa Sosa (2011); José Manuel Ramos León (2012);
Mari Toni Contreras Montenegro (2013); Rafael Salgado Galloso (2014); Isabel
Perera Moreno (2016); Carmelo Fernández Faneca
(2018); Pepa Sosa Sosa (2019); José
Manuel Escobar Martin (2022); Francisco
Javier Morgaz Sierra (2023) y este que suscribe, Francisco González Salgado en (1994 y 2008).
Desde el mismo momento que nuestra
presidenta Mari Carmen Verdún junto a algunos miembros de la Junta de Gobierno
se reunieron conmigo para ofrecerme este pregón, se generó en mi, una gran
responsabilidad que no debía asumir, ya que había sido con anterioridad nombrado
pregonero en dos ocasiones, en 1994 y en 2008, y además, había sido el exaltador en la bendición del nuevo Simpecado en 2003, por
ello, mi negativa fue tajante, aunque no podía negarme a colaborar sin
corresponder a quienes con tanto cariño,
habían recurrido a mí para dicho menester.
Durante la conversación que
mantuvimos, tuve algunos flases, esos que a veces suelen surgir y que dibujaron
en pocos segundos en mi mente, lo que meses después iba a acontecer. Les
propuse una idea, ¿por qué no contamos con todos los pregoneros de nuestro
pueblo y hacemos algo grande para la Virgen y así conmemoramos entre todos el
cincuenta aniversario de nuestra fundación? La incertidumbre y la incredulidad se
hizo dueña de todos ellos, y surgieron algunas preguntas: “¿pero cómo va a ser
eso, es muy difícil y además, sería larguísimo?” mi respuesta fue: “a esto sí
que me comprometo con vosotros, yo me encargo de llevarlo a cabo y hacerlo
posible”
Pasados algunos unos días,
comencé a dar forma a esta idea, y a contactar con cada uno de los pregoneros.
Desde ese momento, tuve que priorizar, y dejar de lado, algunas cosillas que
tenía para centrarme en dar forma al pregón, contactar con los pregoneros,
solistas, músicos y sumarlas al proyecto.
Sabía lo que quería, y cómo
debíamos acabar, estaba convencido de que todos los pregoneros estarían a gran
altura, dándoles libertad para que seleccionaran de sus pregones lo que mejor
creyeran conveniente, para después, darle
forma y sentido en un solo pregón a toda esa amalgama de sentimientos y
amor hacia la Virgen del Rocío. También,
además de la palabra recitada, teníamos que recuperar y poner en valor gran
parte del patrimonio musical, que a lo largo de todos estos cincuenta años se había
gestado en nuestra hermandad por diferentes autores, y que debíamos culminarlo
con una pieza de nueva creación que aglutinara todos esos sentimientos y nos
identificara cuando la cantáramos.
Tras algunos días tanteando
a “las musas”, llegaron los primeros compases, con esa sencillez que encierran
a las cosas hermosas, los primeros versos y tachones en un papel y un inmenso
amor en cada compás. La misma, debía
plasmar un grito de verdadera protestación pública de fe “Me emociono con decir tu nombre, me
consuelas y llenas mi corazón, y al mirarte me lleno de tu Rocío, Rocío,
Rocío….” al mismo tiempo, debía
recoger también esos cincuenta años de Hermandad, que se han fraguado con el paso
de los años y que con el tiempo en vez de diluirse como algo novedoso, cimentó en tierra fértil “y
así que pase medio siglo, cincuenta primaveras de amor y de suspiros, caminos
de promesas, soñando contigo, mi “Simpecao” bendito…” también, debía resaltar la donación de un
vestido bordado que como ofrenda de amor, nuestra hermandad hizo al Pastorcito
Divino durante la misa de peregrinación oficial por este cincuentenario “y un vestido bordado de sueños para el
pastorcito yo puse a tu pies, y el cariño de todo mi pueblo y de los rocieros
que rezan con fe..” rematándose con un recuerdo para todos aquellos
rocieros que tanto hicieron y quisieron a nuestra hermandad, y que hoy habitan bajo su manto en esas Marismas
Azules del Cielo. “Y de aquellos que
un día partieron hacia las marismas para estar contigo en el Rocío
Cielo…….”
Una vez finalizada esta
obra, contacté con a mi buen amigo Nacho Vinagre para comunicárselo y quedamos
para grabarla. Después, teníamos que buscar voces que la hicieran
realidad, y no podían ser otras sino de gente
rociera, que la sintieran como suya, por ello, recurrí al incombustible José
Antonio Monclova con su gente y al Coro “La Familia” dirigido por Mari Toni
Contreras, ¡benditos los “hados” que nos iluminaron en dicha elección, y en la
contundente y afirmativa respuesta! Unas
semanas antes del acto, comenzamos los ensayos, dónde se unieron al proyecto
algunos amigos que quisieron acompañarme, y faltaba la guinda, teníamos las
voces, buenos guitarras, pero esta pieza necesitaba de un plus, necesitábamos
envolvernos y abrazarnos a la música en la grandiosidad de lo que estábamos
intentando representar. Ramón Gómez, tampoco dudó ante nuestra llamada y
comenzó a trabajar en los arreglos musicales, poniendo ese toque romántico y
melancólico de su violonchelo que nos envolvió a todos, pero aún nos faltaba la intensidad profunda y armónica de
un piano, así estaba concebida esta
obra, y no llegaba. Al principio, casi todo fueron impedimentos y negativas más
que justificadas, hasta que surgió la luz que nos iluminó poniéndonos en el
camino a un gran músico, David Núñez, a quién bastó un solo ensayo horas antes
del estreno junto a todo el cuerpo musical y sin ni siquiera ensayar con las
voces.
Tras varios días disfrutando
de los ensayos, con el coro y los solistas, pudimos ultimar la plegaria con la que cerrábamos el Pregón del Cincuentenario, “Y
así que pase medio siglo”. Espero y
deseo, que fuera del agrado de los rocieros isleños y que estuviéramos a la
altura de tan magno acontecimiento.
Me emociono con decir tu
nombre,
me consuelas y llenas mi
corazón,
y al mirarte me lleno de tu
Rocío,
Rocío, Rocío….
Y así que pase medio siglo,
cincuenta primaveras
de amor y de suspiros,
caminos de promesas,
soñando contigo,
mi “Simpecao” bendito
Y un vestido
bordado de sueños
para el pastorcito
yo puse a tu pies,
y el cariño de todo mi
pueblo
y de los rocieros que rezan
con fe
y de aquellos que un día
partieron
hacia las marismas para
estar contigo
en el Rocío Cielo…….
Mi profundo agradecimiento a
los coros “La Familia” y de “José A. Monclova”, así como a
cuantos se sumaron al proyecto. A los guitarras Nacho Vinagre Pérez, Manuel Jesús Garrido Gómez y
José Antonio Monclova Rodríguez. A Manuel
Ramón Gómez Martínez con su violonchelo y a David Núñez Manó al piano.
También a la preciosa voz de Carmen Villaseñor Rodríguez y a los solistas que durante el pregón lo bordaron: María Ceren Redondo, José Manuel Ramos León, Alejandra Morón Muriel, Aurora García Rivas, Beatriz Morón Muriel y al joven Antonio José Domínguez Contreras, quién nos deleitó con su gaita y su tamboril. A todos ellos, siempre agradecido….
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