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sábado, 1 de julio de 2023

Los muros en la Ría Carreras y el Caño del Cepo, posibilitaron la expansión urbana de Isla Cristina.

Articulo publicado  en el periódico La Higuerita  1-7-2023


Imagen aérea de Isla Cristina en la década de los 60, donde se aprecia la ampliación de los muelles construidos y la zona inundada,  y hoy construida, en el Caño del Cepo.
Imagen coloreada por José M. Figuereo

Según plano de 1870 publicado en 1872 por la comisión hidrográfica,  al mando del Capitán de Fragata don José Montojo, las edificaciones en Isla Cristina finalizaban al Sur, en la Calle Baja, de ahí su nombre, la calle más baja  que hacía orilla con el Estero del Cuquimán o de Santa Catalina. Cegado este estero, ya a principios del siglo XX Isla Cristina había crecido urbanísticamente hacia el Este,  y con el dragado realizado, se ampliaba el límite a la espalda de la calle España.

A lo largo de todo el siglo XX, se produjo la expansión urbanística más importante de la historia en el término municipal de Isla Cristina y todo ello, fue motivado por la necesidad de una floreciente industria pesquera, que en el primer cuarto de siglo e impulsada por un joven alcalde, don Román Pérez Romeu,  ganó al mar gran parte de su territorio, cambiando su fisonomía originaria por la necesidad de instalaciones, y ampliar las ya existentes, creando mejores servicios y atraques para las embarcaciones, dando posibilidades a la creación de nuevos almacenes y viviendas para la población que crecía paulatinamente.

Aspecto que presentaba Isla Cristina a finales  de los años 50 del siglo XX 

Años más tarde, y ya en el último tercio, con la realización del Plan General de Ordenación Urbana de 1987 (PGOU) se ordenó y desarrolló todo el territorio, así como en la década de los 90 tuvo lugar la también, aunque fuera del núcleo poblacional, la  creación de la Mancomunidad de Islantilla, generando un desarrollo urbanístico espectacular, dirigido al turismo.

La zona de Las Calderas sin muro, como playa de la ría. Década de los años 50, siglo XX

Ante aquella imperiosa necesidad de crecimiento impuesto por la industria, don Román Pérez,  ideó la necesidad de la prolongación del puerto isleño, creando un muelle, y que ganándole terrenos a la ría en su margen izquierda,  uniera para siempre el núcleo urbano de la población isleña con el de la barriada de Punta del Caimán, que en aquel momento estaba separada por un estero, conocido como Caño del Cepo.  Para ello, encargó un proyecto al Ingeniero de Marina don José Ochoa con fecha 10-8-19181 con la modificación, de que en el muro del muelle para su altura máxima de cuatro metros, tuviera sesenta centímetros de ancho en la coronación con el  talud exterior y estas dimensiones se reducirían proporcionalmente a la altura en donde ésta no alcanzara la máxima dicha de cuatro metros.

El Ayuntamiento de Isla Cristina, incoó expediente solicitando autorización y tramitada la documentación con arreglo a las formalidades legales, que llegaron y debieron ser oídas por el mismo Rey Alfonso XIII con lo propuesto por la Dirección General de Obras Públicas,  tuvo a bien, conceder por la representación de su Gobierno y por Real Orden de 7 de agosto de 1920 autorización al Ayuntamiento de Isla Cristina para ocupar en la zona marítimo terrestre una extensión superficial en la medida y delimitada ajustándose además a que dicha autorización se otorgaba,  salvo el derecho de propiedad sin perjuicio de tercero a titulo precario con arreglo al artículo 50 de la Ley de Puertos.

Fotografía donde se aprecian  los dos muros convertidos en muelles y vistos desde la Punta del Caimán, donde hoy se encuentra el Puerto Deportivo. Fotografía de los años 70

La intención no era otra qué, ampliar el puerto pesquero con un muelle en la zona del  “Solar de Las Calderas” y construir un muro para cegar el Estero del Cepo, con el objeto de instalar muelles de servicio público gratuito y de acuerdo con la Comandancia de Marina se reservara una zona para fondeadero y abrigo de las embarcaciones de pesca y que sirvieran además para las limpiezas de sus fondos y reparaciones que necesitara aprovechar la bajamar y para destinar los terrenos ganados a la ría a construcción de fábricas en la parte de muelle (que nunca se construyeron, salvo las calderas de alquitrán para alquitranar y teñir las redes, quizás por la tardanza, ya que su relleno se produjo en la década de los años 50 y en una  situación de crisis) y el resto para casas como ensanche de la población. La superficie concedida no podía destinarse a aprovechamiento distinto del que se determinaba en la presente autorización, quedando sometida a las disposiciones vigentes o que se dictaran en lo sucesivo sobre construcciones en zonas de costas y fronteras y obligando al Ayuntamiento de Isla Cristina a demoler por su cuenta lo edificado, dejando expedito el sitio tan pronto lo exigieran las necesidades de la defensa nacional al ser requerido para ello por la autoridad  militar competente.

Aquellas obras que serían ejecutadas en un plazo máximo de cuatro años quedaron sujetas a las disposiciones vigentes de costas y fronteras, y servidumbre de vigilancia y salvamento y fueron previamente replanteadas por la Jefatura de Obras Púbicas de la Provincia,  corriendo el propio ayuntamiento de Isla Cristina con todos los gastos de replanteo, siendo inspeccionadas por la Jefatura de Obras Publicas quién podía disponer de las modificaciones que sin alterar la esencia del proyecto fueran necesarias o pudieran mejorarlo dando cuenta de ella a la Dirección General de Obras Públicas.

Isla Cristina 2023 

Más de cien años después, Isla Cristina, con una expansión urbana ordenada y con un  punto álgido de edificaciones  en la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI, pasó de ser una localidad pesquera a convertirse en una pequeña ciudad moderna de 21.523 habitantes,  y que se expandió por toda esa zona, y que hoy, aún se encuentra sometida a unas normas muy restrictivas que impiden su actual desarrollo por la Ley de Costas, debido a aquel acuerdo centenario, no revisado y adaptado, y que afecta actualmente a más de 8.000 edificios entre viviendas, naves y locales comerciales.  

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1.- Disposiciones de la Real Orden en la inscripción 1ª de la finca matriz número 1.108 al folio 203 del tomo 321, libro 27 de Isla Cristina La Redondela, en virtud de oficio del Gobierno Civil de la Provincia de Huelva de fecha 27-8-1920