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miércoles, 1 de abril de 2020

D. ÁNGEL GRINDA Y EL ESPIRITISMO EN ISLA CRISTINA.

Artículo publicado en el periódico La Higuerita del 1-4-2020

D. Ángel Grinda Güinter.  Fuente: Luz y Unión 1908


En 1905 el semanario espiritista barcelonés «Los albores de la verdad»  publicó  un artículo titulado “Una fotografía espírita»  firmada por Daniel Grang, pseudónimo de Ángel Grinda Güinter.

Grinda,  nació en Sevilla en 1857, llegando a Isla Cristina1 en 1892  con la compañía de teatro de Pedro Delgado, cuando contaba la edad de 35 años, quedándose a vivir y contrayendo matrimonio con la isleña Carmen Arnau Salgado, (maestra de instrucción) que tras fallecer esta y un hijo, casó en segunda nupcias con la también isleña Rita Figuereo Pinell.

Trabajó como empleado administrativo en la secretaría del ayuntamiento, del cual fue cesado acusado de “delito moral”, y del que más tarde fue sobreseído. Su profesión, le permitió escribir y ser pionero como corresponsal para varias publicaciones con infinidad de artículos en el periódico «La Higuerita», «La Provincia»  de Huelva, «La Isla»,  «Argos», «El Alcatraz»  y «Ecos de Isla Cristina»  entre otros, del que fue director y propietario. Como publicista dejó varios folletos teosóficos, algunos literarios y poéticos.

Autor teatral,  escribió entre otras la trilogía «La víspera del Santo»  y «Piel de loba»  esta última musicada por el maestro Francisco Cervantes de la Vega y que se estrenó  con éxito en el teatro del duque de Sevilla.

Volviendo al semanario espiritista2, su escrito, nos da a conocer, que en los últimos días de diciembre de 1905, llegó a Isla Cristina el reconocido fotógrafo Carlos Colón3,  ya que en esa época,  era corriente esta actividad ambulante.

Los espíritus guías D. José González Rendón y D. Manuel Gómez del grupo isleño «Amalia Domingo Soler»  al que pertenecía Grinda le propusieron que intentara realizar una fotografía espiritista. El retratista aceptó con facilidad la propuesta a pesar de ser completamente profano en la materia del espiritismo. Al revelar la placa fotográfica con general asombro, el artista quedó estupefacto, al comprobar, que aparecían tres figuras, además de las tres personas realmente colocadas delante del objetivo, causándole una emoción profunda aquel momento en que se produjo el trance total del médium.

En dicho artículo, “Grinda pasa a describir los aspectos más relevantes relacionados con la toma de la imagen e indica que la parte inferior aparece velada, afectando al suelo y parte de las piernas de los retratados. Eso no tiene explicación lógica para el autor, pero añade que el fotógrafo, debido a la confusión por el sorprendente resultado y por su modestia,  declaro que “Tal vez se me velaría al desmontar el chasis”, lo que resultaba imposible para Grinda”.


 Fotografía espiritista obtenida en Isla Cristina en diciembre de 1904. 
   Grinda aparece a la izquierda, tendido, en primer término. Fuente: Los albores de la verdad.  

Ángel Grinda, además de las letras y el periodismo, también dirigió su vocación hacia el  espiritismo y por ello, se hizo corresponsal de la revista «Luz y Unión»  órgano oficial de la Unión Espiritista Kardeciana de Cataluña, relacionada con la masonería que integraba a diferentes agrupaciones, principalmente catalanas, y otras adheridas de Francia y países hispanoamericanos que se fundamentaban en la existencia de Dios, los espíritus y la reencarnación, y que predicaba la fraternidad universal, el progreso espiritual, la redención social y que en algún modo estuvo emparentado con el librepensamiento.

En el año 18954 conoció los rudimentarios fenómenos espiritistas del velador y desde aquella fecha no cesó de estudiar en todos sus aspectos con ayuda de sus médiums D. José González Rendón (escribiente mecánico) y D. Manuel Gómez (de efectos físicos) practicando la verdadera caridad y luchando con propios y extraños en su defensa y propaganda. Colaboró con beneplácito de todos en la «Revista de Estudios Psicológicos» y otros periódicos, publicando en Febrero de 1899 un curioso trabajo que tituló «El Espiritismo en Isla Cristina. Su aparición, estudio y desarrollo», que le valió ser distinguido con Diploma de Colaborador,  aportando su intelectualidad, y publicando diferentes trabajos con el pseudónimo de Daniel Grang, entre los que citaremos su «Compendio elemental de Espiritismo para los niños», cedido desinteresadamente a la Biblioteca «Sócrates» de la mencionada «Revista de Estudios Psicológicos».                                                                                        
Mantener vivo el fuego sagrado de la doctrina y la fe racional,  le costó no pocos sinsabores y no menos perjuicios materiales, sirviéndole unos y otros de dolorosa experiencia hasta empeñarse, logrando fundar un grupo espirita familiar, con el nombre o título de la sevillana «Amalia Domingo Soler», uno de los personajes más relevantes del espiritismo de finales del XIX.

Ángel Grinda,  sacrificó su posición, segura y  brillante, aunque modesta, en aras del amor que sentía  por la causa,   marchando a Madrid, pero las circunstancias le hicieron volver, desde el órgano oficial manifestaron que “de ello deben estar de enhorabuena los espiritistas de Isla Cristina, que de nuevo recobraron a su indispensable y querido mentor”5. Años más tarde se inició en la mediumnidad parlante, prestándose a la inspiración de entidades del espacio, cuyas cualidades de moralidad e inteligencia hacían de las veladas de aquel Grupo una cátedra deleitable, y que consistía en contactar directamente con los espíritus.

Su fallecimiento aconteció en abril de 1935, en el asilo provincial de Huelva donde residía desde un año antes, a la edad de 78 años. Sus aportaciones periodísticas a pesar de su edad, fueron constantes, conservando perfectamente sus facultades mentales no así sus extremidades qué atacadas de parálisis parcial le dificultaban el andar y la escritura, siendo su  perdida muy sentida en el mundo de la prensa ya que su pluma fue de las más destacadas de la región.  Juan Bautista Rubio Zamorano escribió de él: “Luchó, luchó sin tregua por la cultura isleña”. Así como Claudio Columé afirmó: “Isla Cristina fue su amor, su acendrado amor durante más de siete lustros. Isla Cristina le debe gratitud imperecedera”  
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1.- Periódico La Higuerita 8 Abril 1935.
2.- Semanario espiritista barcelonés “Los albores de la verdad” 1905,  artículo titulado “Una fotografía espirita” firmado por Daniel Grang.
3.- Colón Carlos,  reconocido artista  profesional de la fotografía de Castellón.
4-5.- Revista Luz y Unión. Diciembre de 1908