miércoles, 11 de diciembre de 2019

VIDEO HOMENAJE- CONMEMORATIVO CON MOTIVO DE LA CONCESIÓN DE LA MEDALLA DE LA CIUDAD DE ISLA CRISTINA AL ESCULTOR ISLEÑO DON CARLOS SILVA ESCOBAR.

Con motivo de la Concesión de la Medalla de la Ciudad, recopilé algunas fotografías de la vida de Carlos Silva y encargué la realización de este video para anunciar su exposición. 

La entrega de la Medalla de la Ciudad al escultor isleño Carlos Silva,  en reconocimiento a su aportación al ámbito de la Cultura y al mundo del arte isleño a lo largo de toda su vida profesional,  tuvo lugar el lunes 25 de abril de 2016. 

Como hombre humilde y sencillo que fue, Carlos Silva firmaba en el Libro de Honor del Ayuntamiento agradeciendo enormemente “este reconocimiento” porque como decía “no soy hombre de palabra porque, como siempre digo que doy bocados en la gramática, mi habilidad está en mis manos, pero quiero dar las gracias a la Alcaldesa, a toda la Corporación y al pueblo de Isla Cristina por esta Medalla.”

Tras la imposición de tan distinguido galardón se inauguró la exposición-homenaje al escultor instalada en el Hall del Centro Cultural Polivalente "Juan Bautista Rubio Zamorano" en la que se expusieron cincuenta obras cedidas por el autor de los trabajos que duró hasta el 15 de mayo.


Biografía. Carlos Silva Escobar nació en Isla Cristina el 15 de octubre de 1925 y falleció en la Residencia Ntra. Sara. del Carmen de Isla Cristina el 29 de julio de 2019. Su familia vivía en la casa de sus abuelos maternos, en el número 50 de la calle San Juan. Esta vivienda, que aún hoy se conserva, se encuentra situada a levante de lo que fue el Central Cinema. Sus orígenes fueron José Augusto Silva Ferreira, natural de Lisboa y Carmen Escobar Nieves, de familia isleña. Su padre llegó con 16 años a Isla Cristina, junto con su abuelo, que vino contratado como soldador de latas de conserva de la fábrica de Juan Zamorano. Corría el año 1910.

Sus primeras letras las aprendió en el colegio Roque Barcia, ‘la escuelita privada’que dirigía don Serafín Soler Zarandieta, ilustre isleño. Su padre se había convertido por esas fechas en maestro salazonero del Consorcio por lo que su economía se lo podía permitir. En 1937, Carlos Silva ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de la Santísima Trinidad, de Sevilla (Los Salesianos) según recogería La Higuerita años más tardes en una gacetilla. No obstante, casi dos años después, el mismo semanario anunciaba que Carlos Silva ingresaba como aprendiz en el estudio del prestigioso escultor Mariano Benlliure, de Madrid. Contaba nuestro paisano con 19 años en aquel entonces. “Con Benlliure estuve cinco meses, ya Benlliure estaba muy mayor” me relataba con añoranza en aquella entrevista que no se realizó.

En 1947 Carlos Silva se trasladó con su familia a Lisboa, donde vivía un tío suyo, estableciendo allí su residencia. Precisamente, por mediación de su tío, que se pelaba en la misma barbería que el celebre escultor Leopoldo Neves de Almeida, el joven Carlos fue admitido en el atelier del señor de Almeida, convirtiéndose en su discípulo. Tras cinco años trabajando en este prestigioso taller, lo dejó para marchar a Madrid. En la capital española permaneció seis meses, tras los cuales regresó a Lisboa. Entonces, pasado algún tiempo, se reincorporó al taller de Leopoldo de Almeida. En esta época se proyectó el Monumento a los Descubridores de Lisboa, cuya ejecución se encomendó al taller donde trabajaba Carlos Silva. Cuatro escultores a las órdenes de Almeida se ocuparían de modelar la obra, uno de ellos, era el isleño Carlos Silva. “Yo era el brazo derecho de mi maestro, Leopoldo de Almeida”, afirmaba en la entrevista que no me concedió.

Transcurrían los años entre 1956 y 1960. Carlos Silva no dejaría de visitar nuestra ciudad cuando tenía oportunidad, como lo hizo en enero de 1957. En esta ocasión, según las crónicas de la época, aprovechó para visitar al imaginero José Oliva y poder contemplar la obra que se encontraba tallando. Aunque la Higuerita no lo mencionó, debía tratarse del paso del Santo Entierro, apunto de concluirse para su estreno en la Semana Santa de 1957. Debió ser en 1960 cuando nuestro escultor fue condecorado en Lisboa por el Ministro de Obras Pública Portugués entre otras personalidades que asistieron al acto; se había concluido el Monumento a los Descubridores.

A finales de 1969, veintitrés años después de su primer viaje a Lisboa, Carlos Silva volvió a Isla Cristina con sus padres. “Regresé cuando mi padre cumplió los 75 años”. Se estableció entonces en su casa de campo, junto a sus ancianos padres. Ya entre nosotros realiza un primer boceto para el Monumento al Marinero, obra que se expuso en un escaparate de la calle del Carmen. Finalmente el diseño definitivo y el proyecto serían presentados en la Cofradía de Pescadores en el año 1971. En una entrevista concedida al diario Odiel en 1972 nos dice que su obra se encuentra en Portugal, Angola o Sudamérica, entre otros. Finalmente el conjunto escultórico proyectado para su pueblo natal sería inaugurado en julio de 1979.

En aquellos primeros años de la década, el Ayuntamiento que presidía Emiliano Cabot le encargó una imagen de la Virgen del Rosario, magnífica figura que desde entonces se encuentra en la sala capitular. Asimismo le fue encargado el conjunto del portal de belén que disfrutamos cada año. En la Navidad de 1976, según anuncio de la prensa fue instalado por primera vez, que se sepa, el belén del Ayuntamiento, el que se conserva en la actualidad, obra de Carlos Silva. La metopa con la imagen de Ntra. Señora del Mar que se encuentra en el antiguo local de la iglesia fue también una obra de las muchas que llevó a cabo en aquella época.

Años más tardes, cuando Carlos Silva fue incorporado como monitor del Taller Municipal de Artes Plásticas de Isla Cristina, nuestro periódico diría: “durante el curso que se va a iniciar, el 87/88 se contará además con un curso que promete ser de máximo interés, ya que las clases- es este caso serán de escultura- serán impartidas por el gran escultor Carlos Silva”. Durante cinco años nuestro escultor ejerció como maestro en el taller isleño hasta poco después de la edad de jubilación.

Carlos Silva, falleció en la Residencia de Ntra. Sra. del Carmen de Isla Cristina, el 29 de julio de 2019 a los 93 años.

Algunos de los datos han sido recabados de huelvabuenasnoticias.com

miércoles, 4 de diciembre de 2019

APUNTES SOBRE LA RESEÑA DE ROQUE BARCIA CONTRA LAS TORNA-GUIAS Y EN FAVOR DE ISLA CRISTINA.

Así describe Roque Barcia en 1863 a la Isla Cristina en su misiva pública, dirigida al director de rentas estancadas del estado para solicitar su intervención ante las injustas tornaguias,  y los grandes impuestos al consumo que se pagaban por el estanco de la sal y otros tributos. 

El escrito consta de 60 páginas y es una defensa absoluta a la Isla ( a la que llama colonia) y sus gentes. He destacado esta parte del texto por su hermosura descriptiva. 

Nunca antes había leído nada de Roque Barcia donde se hiciera referencia o mención tan directa hacia Isla Cristina, en esta ocasión, es todo un argumento lleno de párrafos y alusiones a la belleza del lugar, a su configuración, la dureza de la vida y la injusticia que tanto los hombres de la mar como los salazoneros y almadraberos tenían que soportar ante tantos impuestos del estado que no revertían en mejoras para la localidad ni sus gentes.  

Roque Bárcia Martí 1821-1885



"En la parte más meridional de nuestro país, rayando con los Algarbes de Portugal, enfrente de la Isla de San Bruno, casi rodeada por un brazo del Océano Atlántico, como una roca que se deja ver en medio del mar, existe hoy una Colonia que fundaron en el siglo pasado varios comerciantes catalanes. Por un milagro de la industria, de la diligencia y del deseo del hombre, al lodo sucede la tierra, la marisma se torna en piso firme, y sobre aquellos incultos terraplenes, casi al nivel del mar, se levantan algunas casas de negociantes y varias chozas de pescadores. Arriba, cielo; abajo, agua salada; agua salada alrededor; agua salada por todas partes. El agua salada es su campo; las playas son sus bosques; los arenales, sus praderas; las redes, sus arados; la pesca, su mies. Ese mar inmenso y solitario; ese mar grandioso y solemne, ese Océano prodigioso, esa sublime y asombrosa creación de Dios, es toda la herencia de los hombres que habitan esas casas y esas chozas. Al pie de las borrascas nacen; al pie de las borrascas mueren; el huracán que mueve la cuna del niño, azota el sepulcro del anciano, y el querer borrar esto, sería como querer borrar la Colonia".

Finaliza diciendo: "No debo proseguir. En aquellas arenas me he criado, Señor Director. Cuando era niño, oí llorar. Cuando fui hombre, oí llorar. Ahora que soy ya casi viejo, oigo llorar también. V. S., Ilustrísimo Señor, verá que es lo que debe hacer de esas lágrimas. La Isla Cristina espera; espera todo el litoral de nuestro país; esperan todas esas almas que pueblan nuestras costas, y que reciben su vida del mar".


Roque Bárcia 1863

lunes, 2 de diciembre de 2019

AQUELLOS "PESCAEROS AMBULANTES"

Articulo publicado en el periódico La Higuerita 1-12-2019

Arriba de izquierda a derecha: los hermanos Manolo, Diego y José Maria.
Abajo: Cristóbal y José Pérez Pereira

El ser humano siempre ha buscado las mil y una maneras para subsistir y así, poder mantenerse en la vida según sus necesidades, dependiendo de sus recursos y dentro del contexto de su comportamiento social, creando para ello, patrones de subsistencia.

Hoy, quiero dedicar este artículo para rendir un reconocimiento a esas personas anónimas que sin ningún tipo de relevancia por sus hazañas o estatus social, realizaron un trabajo ya perdido, y digno de ser recordado por su peculiaridad. Me refiero a  los “pescaeros ambulantes” que a lo largo de la década de los  años 50 y 60 existieron en Isla Cristina y que con un esfuerzo sobrehumano se las imaginaban para ganar unas pesetas que llevar a casa y de esa manera mantener a sus familias.

Me comentaba el amigo Manuel Hernández Cabot, que nadie había escrito aún sobre este tema concreto, y que estos hombres, eran dignos de mención, ya que se buscaron la vida de una forma honesta y honrada en una Isla Cristina que quedó anclada en el tiempo,  muy diferente a la actual y con muchas carencias. Él mismo, me puso en contacto con Cristóbal Pérez Pereira, ya que dos de sus hermanos,  entre otros isleños, se ganaron la vida durante un largo tiempo de esta forma tan peculiar.

En nuestra localidad, había unas siete u ocho personas que de forma regular,  trasportaban el pescado en bicicletas para venderlos fuera de nuestra localidad. Desconozco la totalidad de sus nombres completos pero no por ello, dejaré de nombrar a algunos  por sus nombres y apellidos, apodos o sobrenombres,  siempre consciente de que otros puedan quedar en el olvido al ser obviados.  Los hermanos José y Joaquín Periáñez López, (este último gran corredor ciclista, por ello, estaba tan bien entrenado), los apedillados Canela y Toscano,  otro apodado el “Parte Piedras”, además de un tal “Pedrillo” que vivía en la Barriada de Román Pérez, en el otro lado del Puente y que solía salir a vender con Manuel Pérez Pereira.

Esta imagen es representativa y no corresponde
a Isla Cristina. Fuente: La Opinión.  A Coruña
Hoy, ante la imposibilidad de dejar constancia fotográfica de ellos con sus peculiares bicicletas, he querido traer una fotografía familiar de los hermanos Pérez Pereira, ya que tres de ellos  Manolo, José María y José,  también se dedicaron a ello, unos más que otros,  durante largas temporadas.

Los “pescaeros” ambulantes, compraban el pescado en la “Lota” y a veces de estraperlo en el muelle. Utilizaban unas bicicletas de alquiler que les facilitaba el bueno de Pepe Cañavate. Estas bicicletas eran normales pero tenían dobles radios ya  que estaban diseñadas para aguantar mucho más peso. Usaban unas canastas de cañas con un tamaño y un fondo especial, confeccionadas exclusivamente para ellos y para sostenerlas, utilizaban un palo cruzado  colocado a modo de serones, como si fueran mulos o burros,  amarradas al portamantas. 

Mayormente vendían sardinas, bien de los sardinales o de los galeones, pero también jureles, y de las parejas, pescadillas, sargos etc., todo lo que hubiera en ese momento que fuera vendible.

Solían salir de Isla Cristina al amanecer cuando el trayecto era corto, pero también se  levantaban de madrugada,  dependiendo de la distancia y a la localidad a la que fueran pedaleando para llegar de día a la venta.

En una ocasión, “Pedrillo” y Manuel Pérez, cargados de pescado, pusieron sus bicicletas en una báscula al llegar a Moguer,  arrojando el primero un peso de 150Kg. y la segunda de 120Kg., una auténtica barbaridad.

En La Redondela, Lepe, Villablanca, San Silvestre, Cartaya, San Juan del Puerto, Moguer  y de vez en cuando en el Andévalo y la Sierra de Huelva se acostumbraron a oír aquellos pregones de los “pescaeros” que anunciaban las “sardinas vivas y el “pescao” fresco de Isla Cristina”.

Con el paso del tiempo,  algunos de ellos pudieron aspirar a comprarse una bicicleta propia, que solo la usaban para el paseo y desplazarse para visitar a sus novias, ya que continuaban alquilando la de dobles radios que les preparaba el taller de Cañavate.

Aunque hoy he querido reseñar concretamente a los vendedores ambulantes en bicicletas, no quisiera dejar en el olvido,  la figura de dos hombres,  entre otros,  y que de diferente forma, hacían también un gran esfuerzo para buscarse el pan diario,  me refiero al portugués  Basilio Pereira Ferreira, residente en la Punta del  Caimán,  un hombre con una fuerza descomunal, con unos pies enormes y quién descalzo,  y andando,  recorría de ida y vuelta el trayecto hasta Lepe con un palo cruzado en la cerviz de su espalda sosteniendo dos canastas colgadas cargadas de pescado. También, a Horacio Piris Mascareña, que andando y empujando su carro,  cargaba las  cajas de madera y las canastas de caña, desplazándose hasta los pueblos más cercanos como La Redondela, Lepe y los campos del Terrón. Con el paso de los años pasó a venderlos en la propia localidad como también lo hizo el popular Antonio De los Santos “El Candé”

Sirvan estas líneas hoy como recuerdo y reconocimiento para todos ellos. 

sábado, 30 de noviembre de 2019

Partitura de la Marcha-Himno al 175 Aniversario de la llegada de la Virgen del Carmen a Isla Cristina.

De la tiniebla a la Aurora. 
Partitura de la Marcha-Himno al 175 Aniversario de la llegada de la Virgen del Carmen a Isla Cristina.
Letra:  Francisco González Salgado
Música: Alberto Barea.
Estreno: Teatro Horacio Noguera de Isla Cristina 13 de julio de 2013 por la Banda de Música Ntra. Sra. de las Mercedes de Bollullos Par del Condado y la Coral Polifónica Isla Cristina. 

¡Virgen del Carmen,  Bendita!

Luz en la oscuridad,

de la tiniebla,  la Aurora,

¡Capitana de la Mar! 

Faro que alumbra mi vida

con tu vientre maternal.

Reina de los marineros

de pureza virginal. 

Ciento Cincuenta años

que La Higuerita es tu Altar.

La que apacienta las olas

y  la bravura de la mar 

Desde el Puente hasta la Gola,

                                   la Punta y el Cuquimán,                                    

Barrio Nuevo y Casco Antiguo

suspiran verte pasar. 

Estribillo 

Envuélvenos Madre mía

con tu Santo Escapulario,

Tesoro, Vida y Sagrario,

Manantial de Luz y Vida. 

Timón de noche y de día,

Flor hermosa y Relicario,

Protégenos a diario

Señora de Isla Cristina.







miércoles, 27 de noviembre de 2019

ESTRENO DE LA MARCHA "DE LA TINIEBLA A LA AURORA" EN EL 175 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DEL CARMEN A ISLA CRISTINA.

“De la tiniebla a la Aurora”. 

 Himno en honor a la Virgen del Carmen de Isla Cristina con motivo de su 150 Aniversario.

Marcha compuesta en 2013 por Alberto Barea con letra de Francisco González Salgado en el 150 Aniversario de la llegada de la imagen de  Ntra. Sra. del Carmen a Isla Cristina.


Estrenada en el Teatro “Horacio Noguera” el 13 de julio de 2013, e interpretada por  la banda Ntra. Sra. de las Mercedes de Bollullos Par del Condado bajo la dirección de José María Jiménez Moreno, y la Coral Polifónica “Isla Cristina”, de Vicente Sanchis y Virginia Peña. 




LETRA:

¡Virgen del Carmen,  Bendita!
Luz en la oscuridad,
de la tiniebla,  la Aurora,
¡Capitana de la Mar!

Faro que alumbra mi vida
con tu vientre maternal.
Reina de los marineros
de pureza virginal.

Ciento Cincuenta años
que La Higuerita es tu Altar.
La que apacienta las olas
y  la bravura de la mar

Desde el Puente hasta la Gola,
la Punta y el Cuquimán,
Barrio Nuevo y Casco Antiguo
suspiran verte pasar.

Estribillo

Envuélvenos Madre mía
con tu Santo Escapulario,
Tesoro, Vida y Sagrario,
Manantial de Luz y Vida.

Timón de noche y de día,
Flor hermosa y Relicario,
Protégenos a diario
Señora de Isla Cristina.






lunes, 25 de noviembre de 2019

EL GENERAL VIVES VISITÓ ISLA CRISTINA EN 1925

Calle Carreras engalanada para recibir al General 
donde aparece el texto Isla Cristina al General Vives. Foto Salcedo


El 25 de julio de 1925 sobre las ocho de la tarde, el Subsecretario de Fomento,  Pedro Vives Vich visitó Isla Cristina.  Las calles Carreras, Plaza, Ayuntamiento, Paseo Cánovas y Palmeras fueron engalanadas, reinando gran animación donde se celebraron varios actos públicos de homenaje.

El 26 de julio, realizó una excursión marítima para conocer el mal estado de la barra.  El vapor en el que iba el subsecretario fue acompañado por noventa barcos de la flota isleña, con el General iban el alcalde Román Pérez Romeu,  las autoridades y varias personalidades. El subsecretario fue aplaudido por el gentío a su visita a las fábricas de salazón y conservas comprobando la importancia que la industria local.  

El día 27, el Gran Salón del Ayuntamiento fue habilitado para celebrar un banquete oficial en honor de Pedro Vives Vich, en la que asistieron casi 100 comensales.


Fotografía de la recepción en el Ayuntamiento 

Pedro Vives Vich.  foto  wikipedia


El General Pedro Vives Vich, nació en Igualada el 20 de enero de 1858 y falleció en Madrid el  9 de marzo de 1938. Ingeniero militar (desde 1878). Principal pionero de la aerostación y la aviación, militar y civil, española. Primer español que voló en avión (1909). Fundador y primer Jefe de la Fuerza Aérea Española (nace en 1913, a instancias y bajo el mando el Vives, como Sección de Aviación del Servicio de Aeronáutica Militar, de Ingenieros Militares, dirigido por él desde 1896). Ministro de Fomento u Obras Públicas (desde 1923). Catalán ejerciente, alimentado culturalmente desde las fuentes de la Renaixença y la tradición industrial textil catalana, y a la vez integrador y conciliador de las y leal servidor del interés general del Estado español; liberal, regeneracionista práctico , culto enciclopédico, integrador de las diferentes nacionalidades de España y ante todo, dejó en el primer tercio del siglo XX una ingente y polifacética obra técnica para el inicio de la aviación española y para la modernización de las Obras Públicas del Estado.    ( Wikipedia.) 

sábado, 23 de noviembre de 2019

PARTITURA DE LA MELODÍA DEL PASODOBLE "ISLA CRISTINA"



Muchas personas me habían preguntado por la partitura del pasodoble “Isla Cristina”. Dicha partitura estaba escrita en su conjunto con melodías para cada instrumento, ya que su composición está concebida para ser interpretada por una Banda de Música. Hoy hago publica esta versión de la melodía, y que mi buen amigo el profesor Francisco Contreras Santos me facilitó ante la petición que le hice, ya que no existía o por lo menos yo no conocía esta versión para poder ser interpretada de forma individual. Hoy la hago pública para que cualquier persona que lo desee, pueda hacer uso de ella.    

Partitura de la melodía del pasodoble "Isla Cristina" del profesor Gerardo Jiménez Vaquero.
Arreglos de Paco Contreras. 

viernes, 22 de noviembre de 2019

MARCHA, MADRE MÍA DE LAS MERCEDES. 2018



          

 LETRA 

Madre de las Mercedes
mírame con amor, 
que tu misericordia
llene de gracia mi corazón. 
Dios en ti se recrea.
¡Bendita seas!.

Madre de las Mercedes,
del Gran Poder de Dios,
San Juan es quien te guia
e Isla Cristina se hace oración.
Y yo, tu costalero,
cuento tus pasos con devoción.

Madre mía de las Mercedes,
mi cerviz será tu timón,
mis pies; la alfombra de tus pasos,
mis suspiros; tu corazón.
Y sálvame, sálvame.
Amen. 


Marcha “Madre Mía de Las Mercedes”
Letra: Francisco González Salgado.
Música: Claudio Columé Pérez.
Banda de Música: Ntra. Sra. de Albricias. (El Cerro del Andévalo)
Estreno durante el 75 aniversario de la imagen de M.ª Santísima de las Mercedes y San Juan Evangelista.

Hdad. Gran Poder de Isla Cristina.

3 de Agosto de 2018


SONETO A LA VIRGEN DE LAS MERCEDES 2018


viernes, 15 de noviembre de 2019

LA CARTA DE LA MARQUESA DE AYAMONTE

Artículo publicado en el periódico La Higuerita de 15/11/2019


La pesquería de la sardina en nuestras  costas  fue explotada con una cierta importancia a lo largo del siglo XVIII por gentes venidas de las costas catalanas y levantinas.

Según estudios realizados,  comenzaban la temporada en la segunda quincena de julio y la finalizaban en diciembre. Los escasos pescadores de la zona y Ayamonte que se dedicaban a la pesca de la sardina solían vender el producto de su pesca a los catalanes que después, las salaban y elaboraban para su venta.
Estos patrones con sus compañías, “tenían sus chancas muy cerca del mar, unos en las Cabezas, otros en Montegordo, costa del Algarve a la otra parte del Guadiana; y otros estaban establecidos en Ayamonte1 " También,  establecieron su campamento de chozas en la zona del Caño de la Mojarra2 (Punta del Moral).

Tras el devastador temblor de tierra del memorable día de Todos los Santos, el 1 de noviembre de  1755, estos patrones buscaron un lugar más seguro entre los esteros e islotes de la zona con fácil acceso a Ayamonte y La Redondela, concretamente junto a la barra de Vacía Talegas y el estero del Tambujal, donde levantaron un nuevo campamento más seguro ante los posibles embistes de la mar. Así nació tímidamente La Higuerita de una forma temporal, que  poco a poco fue creciendo de forma permanente.

El Padre José Mirabent, en sus memorias, ya nos cuenta como “el corregidor del partido, (Ayamonte)  y las Justicias de La Redondela, comenzaron a extender sus varas de hierro sobre estos desvalidos habitantes” 4así como los Abastecedores, y Administradores de Rentas Provinciales se empeñaban en hacerles pagar derechos, contradiciendo dos Reales Ordenes que habían ganado los Catalanes a su favor, y  que los dejaban exentos de estos tributos.

La carta3 que hoy publicamos fue remitida al Cabildo, Justicia y Regimiento de la Ciudad de Ayamonte por  Doña Ana Nicolasa de Guzmán y Córdoba Osorio y Dávila, Marquesa de Astorga y  Marquesa de Ayamonte entre otros títulos.

En ella, nos muestra con claridad los conflictos territoriales a los que el Padre Mirabent nos hace referencia en sus memorias. Es curioso, que tan solo faltaban algunos días para  que se cumpliera un año del terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755, es decir,  meses del primer asentamiento poblacional, y ya la Real Isla de La Higuerita suscitaba el interés político y económico  generando un conflicto entre  los pueblos de Ayamonte y La Redondela pertenecientes a la jurisdicción del Marquesado de Ayamonte.  La Jurisdicción Real de la Marina, se consideraba también con derecho a intervenir en el gobierno de sus habitantes.

Por ello, ante la necesidad de buscar un arreglo,  la marquesa, impuso su voluntad y aconsejó que buscaran un acuerdo amistoso y la mejor unión, enviando para ello a un súbdito para que intercediera en el conflicto para que  tratasen,  y acordaran este asunto amistosamente sin recurrir a ningún abogado “porque sería atrasarlo todo”.

Trascripción de la carta:


“Habiendo entendido las diferencias suscitadas entre esa ciudad y mi Villa de La Redondela sobre la pertenencia del Sitio de la Higuera, donde parece que ejecutan ahora sus pesquerías los Armadores de Jávegas de Levante y los de ese Marquesado. Y deseando yo que entre los pueblos de él haya  y observe la mejor unión y buena correspondencia que asegure la que deben conservar, y evite los graves y considerables perjuicios que se les seguirán de la continuación de esas disputas: Quiero y es de mi voluntad que luego D. José Antonio de Losa, pase a esa Ciudad, se junten a su presencia, los Capitulares de ella y los de dicha mi Villa de La Redondela (como a unos y a otros se lo ordeno) y traten y acuerden este asunto amistosamente, para que por este medio se eviten las inquietudes y perjuicios que se os seguirán de lo contrario. Y a cuyo fin excusareis asesoraros con ningún Abogado porque será atrasarlo todo, y que nada se consiga que pueda ceder en vuestro bien, que es el que deseamos y que os guarde Dios muchos años”.
Madrid a 13 de octubre de 1756. Fdo. Marquesa de Astorga. Duquesa Señora de Atrisco.

Esta situación perduró 32 años, ya que dichos colonos recurrieron al Rey para que intercediera contra el Marqués de Ayamonte.  Así fue,  y el 15 de abril de 1788, por un Real Decreto de Carlos III, se incorporó la Real Isla de La Higuerita a la Corona.  Aun así, tanto La Redondela como Ayamonte hicieron caso omiso, desatendiendo el Decreto. “El corregidor de Ayamonte quería mandar exclusivamente. Los alcaldes de La Redondela llevaban a cabo la misma pretensión: unos y otros pretendían y multaban; y ambos á su antojo vexaban, incomodaban, y disponían de la suerte de estos Ysleños. Así continuaron hasta el año de mil setecientos noventa y nueve, en que La Redondela por un principio de política determinó elegir un Alcalde de este vecindario para que en unión con otro de La Redondela, gobernasen ambos pueblos 5” conducta que duró tres años,  los alcaldes elegidos en esos tres años fueron D. Antonio Roselló, D. Juan Martí Faló y D. Juan Travé.

Por estas fechas, La Redondela tenía 100 vecinos6 establecidos en el pueblo, y 60 en las inmediatas Playas de La Higuerita, Muro Alto y Tuta.
Ante la desobediencia e incumplimiento tanto de la Justicia de Ayamonte como de La Redondela no acatando dicho decreto, fue  el 22 de abril de 1801 cuando el Capitán de Fragata de la Real Armada y Comandante Militar de la Ciudad de Ayamonte y su distrito,  Don Ricardo Darrac, sabedor de la resolución del Rey de 1788, estableció en la Isla una Subdelegación de Marina nombrando a Don Salvador Casanovas para que dirigiese a sus habitantes. “En su consecuencia se expidió por el conducto correspondiente la Real Orden que sigue: “S.M en vista de todo y para que en lo sucesivo no aleguen ignorancia, y dexen en quieta posesión á la Marina de la jurisdicción de dicha Ysla; quiere, que por el ministerio del cargo de V.S. se expidan las ordenes correspondientes al cumplimiento de una expresada resolución de 15 de Abril de 1788. Firmado en Aranjuez á 14 de Febrero de 1802 Cavallero: Sor D. Ricardo Darr7”quedando al mando de la Real Isla de La Higuerita, el Capitán de la Real Armada D. Miguel de Irigoyen,  para que arreglase la jurisdicción, le pusiese Ayuntamiento y la gobernase tanto en lo político como en lo militar con exclusión de los pueblos que antes la ejercían.
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1.- Memoria Historial. Memoria sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de La Higuerita. Padre José Mirabent. 
2.- Juan Infante Galán.  ABC de Sevilla 5/10/1971. 
3.- Carta remitida al Cabildo, Justicia y Regimiento de la Ciudad de Ayamonte. Archivo del Marquesado de Ayamonte.
4.- Gobierno Político. Memoria sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de La Higuerita. Padre José Mirabent.
5.- Gobierno Político. Memoria sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de La Higuerita. Padre José Mirabent.
6.- Diccionario Geográfico de España. Tomás López 
7.-La Marina. Memoria sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de La Higuerita. Padre José Mirabent.


sábado, 2 de noviembre de 2019

TRINIDAD PERERA RODRÍGUEZ, EL ÚLTIMO GUARDA FORESTAL DE LA CASITA AZUL.

La Casita Azul, es un edificio que se encuentra enclavado en los Montes y Dunas de Isla Cristina, “Dunas de Punta del Caimán y La Redondela”. La actual Casita Azul, fue una Casa Forestal construida en 1945 por el gobierno de España para la siembra y reforestación del pinar y eucaliptal,  así como para  la fijación de las dunas.  

Para su conservación y mantenimiento se cercó con una alambrada de 1.5 mts.  de alto que evitaban el daño que tanto los animales que pastoreaban como las personas producían sobre lo sembrado. En su origen, el inmenso bosque, abarcaba todo el coto incluyendo la Vereda del Camino Rural de Los Huertos y La Redondela (actual carretera de La Antilla) desde Urbasur hasta Isla Cristina, sorteando los Huertos de la Playa que eran privados, y como era lógico, estos tenían acceso a través de la zona cercada por caminos perfectamente delimitados y conectados al camino rural.

Trinidad Perera Rodríguez. 
El último Guarda Forestal que la habitó durante 42 años se llamó Trinidad Perera Rodríguez, natural de La Redondela y perteneciente a la 5 División Hidrológico Forestal con oficinas centrales en Sevilla. El edificio se repartía en un 60% para  residencia de visitas y oficinas y un 40% para la casa del guarda.  Frente a ella, más al sur, existió también un almacén de apero junto a un pozo de agua potable, dónde vivió durante algún tiempo y nacieron algunos de sus hijos, ese mismo local, también fue utilizado como cantina por los soldados del batallón militar que en el año 1945 estuvieron en Isla Cristina acampados en esa zona casi un año, según decían, “previniendo un ataque militar alemán”.  

Su denominación de “Casa Azul” le sobreviene de una casa anterior que fue construida en 1929 durante la Dictadura del General Primo de Rivera, habitada por el guarda Juan de Vicente, conocido por “el Guardia” y una temporada por José Santana Donoso,  su color era azul, de ahí su denominación. Dicha casa tenía dos plantas, a la planta alta se accedía por una artística escalera de caracol. La mala cimentación en suelo arenoso, el paso del tiempo y la erosión, propició que se derribara en 1944 y en 1945 se construyera la actual.

Además de Trinidad Perera Rodríguez, existieron otros puestos   con casas para peones ayudantes: la de José Santana Donoso que era natural de Lepe en el Caminito de Santana, “que dio nombre a la zona” y donde posteriormente vivió también José Perera Rodríguez,  natural de Isla Cristina,  hermano de Trinidad, y padre de (Pepín el del Bar de la Playa).

Casita Azul construida en 1945
En la zona del Campamento “La Rábida”, en la casa dedicada a la administración e intendencia del mismo, vivió Antonio Grao Santana, natural de La Redondela, que no pertenecía al Cuerpo de Guarda Forestal del Estado sino a la Guardería Rural de la Hermandad de Ganaderos y Labradores de Isla Cristina desarrollando su trabajo en la zona de La Redondela que abarcaba todo el campo comprendido desde Las Palmeritas, Matamoros, La Dehesa hasta el verdigón y los Huertos de la Playa. También en colaboración con un segundo Guarda Rural llamado José “El Guarda”, controlaban y vigilaban todo el término de Isla Cristina en lo que al campo se refiere. Pues bien,  estos dos señores,  pero sobre todo el primero,  participaban en el cuidado del monte forestal en crecimiento colaborando activamente con Trinidad Perera, el Guarda Forestal responsable del mismo, dado la buena sintonía que había ente ellos.

Por la zona de los cementerios en el lugar existente entre el nuevo y el viejo, existió otra pequeña casa entre los pinos que habitaba un trabajador casi fijo de las dunas llamado Gonzalo (ignorándose otros datos del mismo) que también,  además de trabajar como obrero colaboraba en las labores de vigilancia del Coto, sobre todo en la zona más cercana al pueblo.

Actualmente la Casita Azul, es un edificio rehabilitado propiedad de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía,   que está cedido al Ayuntamiento de Isla Cristina,  convirtiéndose en 2014 en un espacio precioso para la dinamización medioambiental y turística,  además de acoger en su interior la Delegación de Medio Ambiente del propio Ayuntamiento.


Nota: Algunos de los datos, así como la fotografía de Trinidad Perera Rodríguez, han sido facilitados por su hijo Manuel Perera, quién nació, y pasó toda su infancia y juventud en la Casita Azul.  
Artículo publicado en el  Periódico "La Higuerita" 1-11-2019

                                                                 Francisco González Salgado