sábado, 3 de febrero de 2024

MUELLE DE LA MARINA

Este muelle está situado en la parte norte del Casco Antiguo, conocido también popularmente como “Muelle de Agadir” ya que en esa zona es donde atracaban y descargaban los sardineros que pescaban en la zona sahariana y la franja marroquí, así como en las aguas  de las Islas Canarias en las décadas de los años 50, 60 y 70 del siglo pasado, llegando a tener su propia Lonja para la descarga denominada como “Lonja de Agadir”.

Se inicia en el Puente Infanta Cristina y finaliza en la parte más occidenteal, en la misma curva, conectando con el Muelle Martínez Catena y con acceso a las calles Nueva del Molino, Astilleros, Matías Cabot, Carreras, Agadir y Padre José Mirabent.

Bordea y linda con la Ría del Carreras en su parte sur.  Es una zona netamente industrial con almacenes y fábricas, la mayoría de ellas en desuso como la suntuosa Fábrica de San Antonio de los Sobrinos de Tomás López en casi un abandono absoluto, la Fábrica de Hielo, en las mismas condiciones y fuera de servicio desde hace años, el solar de los antiguos depósitos de combustible, el emblemático edificio GARUM, antigua fábrica de Conservas Mirabent así como talleres y ferreterías especializadas para la pesca y  bares con un sello tradicional.

Es una zona hermosa y de gran actividad, ya que en ese muelle atracan la mayoría de las embarcaciones isleñas, y es un puerto de refugio donde se  resguardan muy bien de los embates del viento y la mar.

Toda esta zona fue ensanchada en la década de los años 50 del siglo pasado, ganándole terrenos a la ría y ampliando la carretera, ya que anteriormente, el agua llegaba casi a las fachadas de las fábricas.

Su nombre se dedica a la Marina de Guerra Española. La Real Isla de La Higuerita, hoy Isla Cristina, estuvo regida en lo militar y en lo político por el gobierno de la Armada Española desde 1802 hasta 1833.




























viernes, 2 de febrero de 2024

El Carnaval de Isla Cristina. La asignatura pendiente.


Articulo publicado en la Revista Oficial del Carnaval de Isla Cristina 2024


 

Isla Cristina, además de ser una localidad pesquera y conservera, está dotada de unas condiciones privilegiadas que la hacen diferente; sus playas hermosas y paradisiacas, sus impresionantes puertas de sol, su entorno natural y privilegiado, su rica gastronomía, su gran musicalidad, pero también,  la alegría innata y la forma de sentir y vivir la vida.

El Carnaval de Isla Cristina es una celebración emblemática que fusiona la alegría desbordante con los desvelos de un pueblo que se ha enfrentado desde sus orígenes a los embates de la mar, y de dónde ha sacado el sustento, de ahí, de ese sufrimiento, de la sal y la luz, nace su rico esplendor alegre y artístico. Esta festividad arraigada en la idiosincrasia de la localidad desde sus orígenes, se erige como un acontecimiento que va más allá de la diversión momentánea, más allá de lo chabacano y banal que también tiene su impronta e importancia,  para convertirse en un crisol de experiencias que culminan de una forma efímera tras muchos meses de trabajo y ensayos entre las cenizas de una sardina el “Miércoles de Viudas”, dando paso a otro carnaval.

El Carnaval de Isla Cristina tiene profundas raíces históricas que se remontan a siglos pasados y que dan a la fiesta una personalidad e identidad única, con una forma muy especial de vivir las carnestolendas donde la mayor parte de la población de una manera u otra participa de la misma. Esa es una de las características que distingue al Carnaval de Isla Cristina, la participación activa de los isleños en la calle, niños y mayores que se involucran de manera entusiasta en la organización de eventos, en la creación de disfraces individuales y colectivos, y en la creación de las diferentes agrupaciones que compiten cada año por un premio de coplas, de disfraces o de carrozas. Este alto nivel de participación crea un ambiente festivo que trasciende las barreras generacionales, conectando a jóvenes y mayores en la celebración compartida de esta identidad cultural.

La música, la poesía y el ingenio son los pilares fundamentales del Carnaval de Isla Cristina, y su mayor exponente son los Coros, Comparsas, Murgas y Cuartetos que nos narran los sentimientos del pueblo hecho  coplas, que se adueñan de las calles con ritmos contagiosos que invitan a soñar, escuchar, al baile y a la diversión, donde el arte y el ingenio, encuentra su expresión máxima en los espectaculares e ingeniosos tipos, decorados y atrezzos.  

Los grupos de disfraces son una parte esencial del carnaval. Amigos, familias y vecinos que se unen para crear conjuntos temáticos, desde homenajes a la historia local y nacional hasta representaciones humorísticas de eventos contemporáneos. La competencia y la rivalidad amistosa entre grupos agregan emoción al evento y fomentan la creatividad, transformando las calles de Isla Cristina en una pasarela de ingenio, colores, alegría y originalidad.

La cabalgata del Carnaval de Isla Cristina es el punto álgido de la celebración. Carrozas humorísticas y magníficamente decoradas recorren las calles, acompañadas de música, bailes y la participación entusiasta de la multitud. Este desfile, que representa la diversidad cultural, tolerante y artística de la localidad, ofrece una experiencia visualmente impresionante que atrae a muchísimas personas de las localidades vecinas para presenciar la autenticidad de esta tradición local, las ingeniosas carrozas y los interminables grupos que desfilan. Estos elementos artísticos son testimonios visuales de la creatividad y el ingenio de  los isleños.

Es cierto, que esta fiesta tan nuestra, tiene un gran componente de localismo,  y es lógico, el fin no es otro que divertir y divertirnos, huir de lo cotidiano, del día a día y embullarnos durante dos semanas de la dura realidad de lo cotidiano,  para adentrarnos en un mundo de desenfreno, lleno de ilusión y fantasía. Pero va siendo hora de que los isleños pongamos nuestras miras también en rentabilizar tanto esfuerzo y trabajo, y el Carnaval, además de un potencial festivo, sea también un medio más para rentabilizar turísticamente la potencialidad de nuestro pueblo, una fiesta “Declarada de Interés Turístico de Andalucía” debe reivindicarse y exigirse así misma algo más. El Carnaval de Isla Cristina, tiene todos los componentes para que así sea, cuenta con un gran potencial artístico y humano, y una red de medios de comunicación no profesionales, que casi sin medios,  hacen lo que pueden,  así como una juventud pujante con muchísimas virtudes, pero en mi opinión, deberíamos rentabilizar tanto esfuerzo y trabajo,  es la asignatura pendiente  y una  responsabilidad de todos. Permítanme la licencia y algunos apuntes que debiéramos cuidar:

·     Cuidar más aún las emisiones en directo de las agrupaciones y  la calidad del sonido e imagen que se emite desde el teatro y se exporta a través de todas las plataformas.

·      Mimar y concienciar a todos los isleños, de que la Gran Cabalga, es el mayor exponente y la mejor carta de presentación  de nuestra fiesta hacia el exterior.

·    Centralizar todas las actividades callejeras en un recinto abierto, Centro neurálgico e histórico del carnaval, Paseo del Chocolate, Paseo de Los Reyes, Calle del Carmen, Plaza de las Flores, Plaza de San Francisco y Gran Vía,  con una Ruta Carnavalesca programada y definida, siempre abierta a la espontaneidad en los días de calle,  lunes y martes de disfraces,  así como el miércoles día del  “Entierro de la Sardina”, haciendo coincidir los días festivos que pudieran surgir, exclusivamente con estos días,  para aumentar la participación. 

·     Dotar a la Escuela del Carnaval con cursos de diseño y modelado para que surjan nuevos carrocitas y convertir el Museo del Carnaval de Isla Cristina en un verdadero exponente turístico y de la realidad de nuestra fiesta y que abarque todas las modalidades,  dotándolo de los instrumentos y la documentación necesaria, haciendo partícipe al pueblo,  para que no solo sea una muestra de disfraces y maniquíes, sino el exponente de esta realidad social y cultural.

·    La creación de paquetes turísticos a lo largo de todo el año o por temporadas concretas, que incluyan experiencias exclusivas en colaboración con las diferentes Peñas y Asociaciones, asistiendo a los eventos privados que se organicen, y que podrían atraer a visitantes interesados en sumergirse completamente en la cultura carnavalesca local.

·   Creación de un Canal Oficial del Carnaval de Isla Cristina, promoción en las redes  sociales y la creaciónde alianzas con empresas locales que podrían crear estrategias efectivas para aumentar la visibilidad de los  eventos.  etc., etc., 

En conclusión, el Carnaval de Isla Cristina lo hace el pueblo, y no puede quedar simplemente en una fiesta insustancial, porque es un tesoro cultural que nos ofrece una ventana para mostrar la rica historia y la tradición. Explotar y poner en valor un potencial turístico no solo nos beneficiaría económicamente, que es muy importante, sino que también contribuiría a mejorar,  engrandecer, preservar, difundir y a fomentar la identidad única del Carnaval de Isla Cristina. 

CALLE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

Es un pequeño tramo peatonal en pleno centro y que comunica la Calle Serafín Romeu Portas con la Calle del Carmen.

En esta bonita calle, solo existen  dos edificios que ocupan todo su tramo,  en la parte Este,  la Farmacia y vivienda  Ldo. García de Vinuesa y al Oeste, se ubica el centenario y precioso edifico, construido en dos plantas por  Ramón Noya Frigolet en 1921 y conocido popularmente como "Lulú”.

El nombre Santo Domingo de Guzmán se dedica al presbítero castellano y santo católico, fundador de la Orden de Predicadores, cuyos miembros son conocidos como "dominicos".











jueves, 1 de febrero de 2024

Manuel Siurot, Román Pérez e Ignacio de Cepeda, y la Virgen del Rocío.

 Artículo publicado en el periódico La Higuerita  1-2-2024

La Virgen del Rocío en procesión con las banbalinas donadas por Manuel Martín Rodríguez 

Cuando se cumple el Cincuentenario Fundacional de la Real e Ilustre Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Isla Cristina, llegan a mí, estas interesantes fotografías que por su relevancia histórica, creo que deben ser conocidas por todos,  y que  vienen a contrastar una vez más,  que la devoción y las visitas a la Stma. Virgen del Rocío,  son mucho anteriores a la creación de la corporación rociera, y se remontan a los finales del siglo XIX

Es más que conocida la influencia y el mecenazgo del isleño don Manuel Martín Rodríguez, (hijo del armador e industrial don Juan Martín Cabet)  gran colaborador de la Hermandad de Huelva, y gran devoto de la Virgen del Rocío, quién donó unas bambalinas para el paso de la Virgen en 1908, así como algunas piezas en plata y orfebrería, y otras donaciones de otras personas que a lo largo de los años ofrendaron a la Stma. Virgen.

Hacía tiempo, que me preguntaba, que dado los vínculos de amistad y familiaridad que don Román Pérez Romeu  tenía con el abogado, juez, pedagogo y gran rociero don Manuel Siurot, así como con el Vizconde de La Palma del Condado, don Ignacio de Cepeda y Soldán, que eran sus compadres, que no hubiera encontrado ninguna conexión de don Román, con la devoción y la Romería del Rocío.

Don Manuel Siurot Rodríguez, “el maestro de los niños pobres”,  autor de diferentes publicaciones,  en uno de sus primeros libros  “La Romería del Rocío”,  editado en 1918 y que la Hermandad Matriz de Almonte ha reeditado en 2021 con una “miscelánea de otros textos rocieros”, recoge una completísima crónica rociera del año en que terminó la I Guerra Mundial y nos apunta algunos datos. Por aquel tiempo, eran trece las hermandades cuyas carrozas blancas se presentaban. Este libro es una defensa a ultranza contra los críticos de aquella época, que tampoco faltaban.  

En la página 122, encontramos este hermoso texto: “Los pintores como Santiago Martínez y Grosso se desesperan ante la belleza inaprensible del momento; rocieros como Ignacio Cepeda, Román Pérez Romeu, Ricardo Serra y Blázquez Bores, tienen en sus caras escritas la más grande satisfacción; los literatos como los hermanos Quintero, José María Rey y Tassara sueñan las cosas del mundo de la belleza, y, después de estirar sus sueños y creaciones, se encuentran con que esta realidad que tienen ante su ojos es más grande y más fuerte que el producto de la imaginación; los sacerdotes como el padre Villacampa y D. Alberto, el palmerino, creen mirando el rosario que se les ha adelantado la Gloria. Yo, pobre de mí, al ver estas cuarenta mil personas emocionadas, siento sobre mi frente la caricia de la eternidad irrompible del cristianismo. Dios te salve María, llena eres de gracia….”

También, en la página 149, recogemos este texto: Tengo los nervios cansados. El espectáculo es aplastante de emoción popular, y cuando la luna en cuarto creciente enciende delante de la ermita, sobre el azul del cielo, su cuernecillo de plata bruñida, nos vamos a descansar al Hotel Palace del Rocío, que así es la casa de Ignacio Cepeda, donde éste nos obsequia como corresponde a su tradición de generosidad; y donde mi compadre Román Pérez, Manolo Flores, Eugenio Martín, el padre Elías, el padre Benito, de La Rábida, el padre Osornito, el Rvdo. Carnevali, Juan Vides, Pepe Monge Bernal, Ricardo Serra y muchos más brindaron por la Santísima Virgen y por la sin igual romería.

En estos dos preciosos textos publicados en las crónicas de Siurot, podemos comprobar, como el autor, compadre de don Román Pérez Romeu, padrino junto a su hija  Antonia Siurot de Mora, de la hija de Román Pérez y Adelaida Caballero, María Antonia Pérez Caballero, asistía a la Romería del Rocío junto a sus amigos,  y  especialmente con su compadre Román, que a su vez este,  lo era también de don Ignacio Cepeda.

Ha sido de vital importancia para la realización de este texto, la predisposición de las hermanas Loreto y Covadonga Noriega Pérez, nietas de Román Pérez, que me han facilitado estos documentos gráficos tan interesantes.

Dibujo

El primero es un dibujo caricaturesco, donde se aprecia que caminan hacia El Rocío. Al parecer, se desplazaban en coche hasta El Rocío, el vehículo se averió y tuvieron que hacer el recorrido a pie. Los personajes son: Román Pérez Romeu, Ignacio Cepeda, el chófer del coche y el último, el autor del dibujo. Debió ser una vivencia interesante para que el autor de la obra, quisiera inmortalizarlo, la pena es que no conocemos su nombre, ya que no está firmado. 

Fotografía nº2  

En la fotografía nº 2, no fechada, arriba a la izquierda, aparece  Román Pérez Romeu, seguido de un señor que no hemos podido averiguar quién es,  e Ignacio Cepeda Soldán, (padrino este último, del hijo de Román Pérez y Adelaida Caballero, Román Pérez Caballero). Sentadas, a la izquierda, aparece una niña que desconocemos quién es y a continuación Adelaida Caballero Cuchí, esposa de Román Pérez.  De las dos señoras que aparecen, no hemos podido poner nombre a la que está en el centro, quizás esposa del Sr. justamente arriba y padres de la niña. La otra Sra. pudiera ser la hermana de Ignacio Cepeda, María del Rosario Cepeda Soldán.

Fotografía nº 3

En la fotografía nº3, observamos a la izquierda a Carmen Rojo del Castillo, esposa de Luis Arévalo y a su izquierda, en la imagen a la derecha,  a la isleña María Adelaida Caballero Cuchí, esposa de Román Pérez, posiblemente en 1919, año de la Coronación Canónica de la Virgen y que hacía muy poco, acababa de dar a luz  a su primera hija María de los Ángeles, “Tialé”,  apodo que dio nombre también a uno de los barcos de la familia Pérez Caballero y quién adquirió el nombre de su tío Ángel, fallecido el 7 de octubre de 1918 en la epidemia de gripe.

Fotografía nº 4

Fotografía nº4, de izquierda a derecha, Angelita Pérez Caballero “Tialé” hija mayor de Román Pérez y Adelaida Caballero. Adelaida Caballero Cuchí,  esposa de Román Pérez y María Antonia Pérez Caballero junto a su esposo Ildefonso de Noriega, en 1955.

El matrimonio formado por Ildefonso de Noriega y María Antonia Pérez Caballero, 
hija de Román Pérez Romeu y Adelaida Caballero Cuchí en el Rocío 1955


Como anécdota, destacar la devoción de la familia Noriega Pérez, quiénes se llevaron cinco años de casados y sin tener hijos, ese mismo año, se lo pidieron a la Virgen. Nueve meses más tarde, nació la primera de sus hijas a quién pusieron el nombre de Rocío, siempre pensaron que este nacimiento había sido obra e intercesión de la Stma. Virgen. Aquel parto, debió resolver el problema de la infertilidad y 11 meses más tarde, nacieron Loreto y Covadonga, en este parto,  se provocó una hemorragia que produjo que María Antonia se fuera desangrando poco a poco. El médico había desahuciado a la madre y su esposo Ildefonso, desesperado colocó un saquito de arena de El Rocío en su vientre, al parecer,  la hemorragia desapareció. Para la familia Noriega Pérez se había producido el segundo milagro y siempre vincularon este hecho, a la Virgen del Rocío.

Detalle de la portada del libro Mi relicario de Italia escrito por Manuel Siurot 
y de dicado a Ignacio de Cepeda Soldán y Román Pérez Romeu

La amistad establecida entre el trío Siurot, Cepeda y Pérez, era tan fuerte, que el pedagogo palmerino, dedicó su libro  “Mi Relicario de Italia” a sus buenos amigos Ignacio Cepeda y Román Pérez, una amistad a pesar de la diferencia de edad que tenían.

Mi profundo agradecimiento a las nietas de don Román Pérez, Covadonga y Loreto,  por todas las facilidades para la realización de este artículo, y al mismo tiempo, felicitar a Loreto, esposa del doctor don Francisco Jiménez Delgado, actual Presidente de la Hermandad  Hermana de Ntra. Sra. del Rocío de Villarrasa, quienes también están inmersos en la celebración de los actos preparatorios de la Romería de Pentecostés de 2024, por su Cincuenta Aniversario Fundacional junto con Isla Cristina.   

CALLE DEL CARMEN

Es una calle peatonal y eminentemente comercial, que discurre en el centro de la localidad desde la Plaza de las Flores hasta el Paseo de los Reyes en dirección Este, confluyendo con las calles Padre Emilio Aguilar y Santo Domingo de Guzmán.

En las primeras décadas del siglo XIX, fue una lucha constante contra las aguas del mar que se adentraban en la población por la zona sur,  por aquella zona lindaba el estero del Cuquimán por la calle Baja,  que al unírsele los vendavales y las lluvias inundaban toda esa zona.

En 1820, según José Biedma Viso, siendo alcalde D. Pedro Feu, la Calle San Fernando, hoy del Carmen,  como así se llamaba, fue beneficiada con un nuevo pavimento. Vicente López Márquez, asegura que en 1802, ya se denomina como Calle del Carmen.

En el padrón más antiguo que se conserva en el ayuntamiento de Isla Cristina de 1824,  aparece la Calle del Carmen en honor de la Stma. Virgen,   Patrona de los Marineros.

En 1917, cambió de nombre rotulándose como Calle Serafín Zarandieta Romeu (ex alcalde isleño). Es en 1930, cuando siendo alcalde Braulio Flores, una petición firmada por 128 vecinos, hizo que se le devolviera y se rotulara nuevamente como Calle del Carmen.

En esta calle, se ubica un precioso edifico centenario, construido en dos plantas en 1921 por su propietario Ramón Noya Frigolet, y conodido popularmente como "Lulú" .