martes, 2 de noviembre de 2021

EL TÉRMINO MUNICIPAL DE ISLA CRISTINA EN 1837, ANTES DE LA ANEXIÓN CON LA REDONDELA POR RESOLUCIÓN DE LA COMISIÓN DE DIVISIÓN TERRITORIAL.

 Artículo publicado en el periódico La Higuerita 1-11-2021


Mapa Capitanía General de Cádiz, provincia de Ayamonte 1748-1752

El periódico El Español, en su edición de 23 de junio de 1837 publicaba un resumen de la sesión celebrada en las Cortes Generales del día 22, entre otros temas,  el primero de ellos decía textualmente: “Se da cuenta y pasa á la comisión de División Territorial un expediente remitido por el ministerio de la Gobernación que elevó á él la diputación provincial de Huelva, relativo á que los habitantes de la Isla Cristina pedían se les asignase el territorio de la de Canela”.

Este interesante dato, me hizo indagar sobre su contenido.

La Real Isla de La Higuerita, había conseguido1 el 9 de Octubre de 1833, la Jurisdicción Ordinaria,  limitando con ello,  las funciones que la Ayudantía de Marina venía ejerciendo en la población, limitándose a partir de ese momento a las propias,  y nombrándose a dos Alcaldes Ordinarios con arreglo a las Leyes.. El 29 de enero de  18342, se produce el cambio de nombre de Isla de La Higuerita por el de  Isla Cristina..  El 30 de junio de 18873 se produce la anexión del municipio de La Redondela al de Isla Cristina.

He querido resaltar estos tres datos, pues me parecen muy relevantes e interesantes para comprender un poco mejor,  de lo que vamos a tratar.

Isla Cristina, hacía tres años había conseguido la Jurisdicción Ordinaria como municipio, crecía poblacional e  industrialmente y necesitaba un término mayor para desempeñar sus funciones de la pesca, elaboración y exportación de sus productos,  por ello, había solicitado al Reino de España la ampliación de su término municipal.

Pero volvamos al inicio.

Recurriendo al Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes, del día 22 de junio de 1837 encontramos la publicación, con un texto parecido al que se publicaba en prensa: “Se mandó pasar á la comisión de División territorial un oficio del Sr. Ministro de la Gobernación de la Península, con el que remitía a la resolución de las Cortes un expediente  instruido por la Diputación provincial de Huelva á instancia de la población de la isla Cristina, en  solicitud de que se la asignase por término jurisdiccional el territorio de la de Canelas”.

Ante tal noticia, recurrí al inventario del Archivo Municipal de Isla Cristina y la Entidad Local Menor La Redondela, publicado por la Excma. Diputación Provincial en 1986. Allí aparecía, qué desde 1910, existía la copia de una disposición de 1837 sobre la concesión de terrenos públicos  por el Gobierno de Su Majestad al Ayuntamiento constitucional de Isla Cristina. 

Visitado el Archivo Municipal, mi sorpresa fue mayúscula, dicho documento no existía, HABÍA DESAPARECIDO. La guía de la Excma. Diputación fue publicada en 1986, por lo tanto, hasta esa fecha, el documento estuvo custodiado en el Archivo Municipal.

Prosigamos… había que encontrar la resolución para dilucidar que decía y ahora más aún que había desaparecido del Archivo Municipal. ¿En qué sesión de las Cortes Generales pudo reflejarse?  Había que intentarlo, así que,  manos a la obra, y tuvimos suerte. En el diario de sesiones del 16 de agosto de 1837,  Nº 283, hayamos la respuesta:

“Fué aprobado sin discusión el siguiente dictamen:

< La comisión de División territorial ha examinado el expediente que el Gobierno de S. M. remite á las Córtes para su resolución sobre una instancia del  Ayuntamiento de la Isla Cristina, en la provincia de Huelva, que pide se le asigne por término jurisdiccional el resto de territorio perteneciente á La  Redondela, en la isla que le da nombre, y una parte de la de Canela, que hasta ahora ha sido de Ayamonte.

La comisión está conforme con lo que propone el Gobierno, á saber: que deben ser protegidos por las Córtes los nuevos pobladores de Cristina, sin perjuicio de los legítimos derechos de los antiguos, y para conciliar ambos extremos, visto el plano ó croquis de aquel territorio, que obra en el expediente, y atendidas las razones que expone en su informe  la Diputación provincial, es de parecer la comisión que puede señalarse a la Isla Cristina por término jurisdiccional   toda la extensión que comprende la isla de aquel nombre,  desde el punto llamado hoy término de la Isla hasta la barra de Tuta, cuya extensión  parece bastante para la población de que se trata: permitiéndole además, y como es justo, el terreno necesario al Norte de la población hasta la hoyada llamada de los Perales, que media entre Ayamonte y la Redondela, para formar el camino que facilite la exportación de los productos marítimos de la Isla por los demás pueblos del Marquesado, Condado de Niebla, Sierra de Andévalo y Extremadura; pero quedando obligado el Ayuntamiento de Cristina á contribuir á la Hacienda  pública con todas las cargas, pechos y gravámenes que antes tenían los de la Redondela y Ayamonte, a quienes hasta ahora  han pertenecido  aquellos terrenos; respetando los derechos adquiridos de algunos vecinos de la última, que tienen posesiones contiguas á  la expresada hoyada de los Perales, y  sin perjudicar en manera alguna á la posesión inmemorial y propiedad de Ayamonte sobre toda la Isla Ilamada de Canela, que desde luego deberá repartirse según las órdenes vigentes entre los braceros de aquella ciudad que gimen en la miseria por la decadencia de la marinería y por los perjuicios y quebrantos que les ocasionó la invasión  francesa, la revolución de  Portugal y el cólera-morbo que afligió cruelmente á aquella  hermosa ciudad.

Las Córtes, no obstante, resolverán, como siempre, lo más justo. Madrid 9 de Agosto de 1837. =Dionisio de Abad y Lasierra. =Antonio Hompanera de Cos. =Joaquín Abargues. =Carlos Salas. =Ramón Teijeiro. =Pascual Madoz, secretario”. >

Leída la resolución, concluimos, y  nos hacemos esta reflexión.

Queda de manifiesto que el  término Municipal  de Isla Cristina, fue configurado  en 1837, abarcando toda la franja litoral desde el núcleo poblacional hasta la barra de la Tuta y hacia el norte,  hasta la hoyada de los Perales límite con Ayamonte.

En 1887, tras la anexión con La Redondela, se unifican los dos términos en un solo municipio.

La Comisión de División Territorial  no accedió a la petición isleña de  la asignación de la isla de Canela como término municipal de la floreciente Isla Cristina.

Y por último, ¿cuándo, cómo, con qué fin, y quién o quiénes  hicieron desaparecer del Archivo Municipal de Isla Cristina, después de 1986, la copia de la resolución solicitada por el Ayuntamiento de Isla Cristina y que se custodiaba en el Archivo Municipal desde  1910?

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1,2.- Mirabent Soler, José “Memoria sobre la fundación y progresos de la Real Isla de La Higuerita” CARTA.

3.- Sosa Rodríguez, José. Historia de Isla Cristina (Biografía sentimental) Capítulo V


viernes, 15 de octubre de 2021

EL VALOR DE LA HISTORIA, AL SERVICIO DE UN TURISMO CULTURAL. Sardines Pressées, Marcas ZZZ y Plata y Oro

 Artículo publicado en el periódico La Higuerita 15-10-2021

Arquivo Histórico Municipal de Vila Real de Santo Antonio


Los pueblos cultos presumen y se jactan de preservar su historia, la miman con gran interés e intentan poner en valor todo ese potencial, sacando todo el beneficio posible a lo que turísticamente el presente, pasado y futuro les pueda aportar.  El turismo de sol y playa, no es suficiente para romper la estacionalidad de los meses no estivales.

Pocos pueblos o ciudades,  pueden presumir de una historia tan fecunda y productiva en materia pesquera y conservera como Isla Cristina, quién puso su nombre en la órbita internacional y marcó el devenir de nuestros antepasados hasta nuestros días.

El Arquivo Histórico Municipal de la vecina localidad de  Vila Real de Santo Antonio, (Portugal), acoge una interesante exposición “sobre la Industria Conservera en Vila Real de Santo António”, donde se expone, gráficamente,  todo el proceso de impresión litográfico que se utilizaba para realizar las latas de conservas de las empresas de la localidad lusitana.

Primeramente, el boceto se realizaba grabando sobre una piedra calcárea el diseño de la empresa, a la que se le colocaba un papel vegetal utilizando para ello la prensa,  quedando grabado en una hojalata.

Establecimiento litrográfico  Ramirez,   Perez,  Cumbreras & Cía


Estas prensas sólo podían ser utilizadas para realizar unas 22 reproducciones o estampaciones, ya que el proceso químico es lo que permitía y había que relevar todo el mecanismo, esperando lógicamente, el tiempo de secado en el horno por cada unidad,  para volver a la prensa y sacar nuevas copias. Posteriormente, se le aplicaba una capa de barniz y nuevamente al horno para su secado. Finalmente, la hojalata ya impresa era transferida a la sección de  fabricación de las latas de conserva.

Recientemente, hemos descubierto dos piezas de piedra calcárea, expuestas en dicha exposición, y que se realizaron por la empresa Ramirez Perez & Cía de Vila Real de Santo Antonio para la empresa isleña de Manuel Hernández Rubio (Salazones ZZZ), abuelo de Manuel Columé Hernández, actual gerente de la empresa isleña Ficolumé, en la década de los años 50 del siglo pasado, para un novedoso experimento (del que fue pionero): la fabricación de sardinas saladas y prensadas en lata, y que se utilizó para la exportación, especialmente para Francia.

Esta técnica fue copiada por otros salazoneros, e incluso la firma USISA llegó a utilizarla en sus comienzos.

Esta técnica de utilización, de la realización de latas de conserva para la sardina salada sin aceite añadida, fue desapareciendo con el tiempo, ya que uno de los princípiales problemas que se detectaron fue la corrosión producida por la salmuera que oxidaba el metal y les generaban perforaciones a las latas durando muy poco tiempo, desistiéndose de este sistema para volver al tradicional de los bultos de sardinas prensadas.

Placas de la firma ZZZ y Plata y Oro de Manuel Hernández Rubio,
que se pueden observar en el Archivo.


Una pequeña colonia de pescadores, convertida posteriormente en pueblo,  y que con el paso de los años y gracias a su industria llegó a adquirir el título de ciudad, no puede permitir que de aquí a algunas décadas, los nativos del lugar no sepan que es una pila de sal, un tabal de sardinas, una prensa, un palangre, un rastro, la carpintería de ribera  o  infinidades de vocablos relacionados con nuestra historia.

La involución es todo lo contrario al crecimiento cultural e histórico, el turismo de sol y playas, debe ser un acicate compatible con el turismo cultural, que ponga en valor nuestras costumbres, tradiciones y nuestra historia, para que se vea reflejado y revierta  su beneficio en los sectores primarios, hoteleros y de restauración gastronómica, en definitiva en empleo.  La historia, al servicio de la economía.

Los tiempos han cambiado, y en muchos casos para mejor, Isla Cristina,  no puede ni debe, quedarse dormida por más tiempo, y todo ese potencial documental y etnológico,  debe recuperarse y exponerse cuanto antes,  y venderse junto a nuestras mojamas y conservas, junto al esfuerzo de nuestra flota pesquera, junto a nuestras gambas, sardinas y caballas frescas de la costa, junto nuestras playas, junto a nuestro hermoso entorno y puerto pesquero con sus puestas de sol, nuestras fiestas populares, los Carnavales,  la Semana Santa, y la simiente de nuestra agricultura.  

Isla Cristina es todo eso, mañana puede ser tarde, y los portugueses de Vila Real,  lo han entendido,  que no se nos olvide……

viernes, 1 de octubre de 2021

APUNTES SOBRE ROQUE BARCIA EN EL BICENTENARIO DE SU NACIMIENTO.

 Artículo publicado en el periódico La Higuerita 1-10-2021


El 4 de octubre de 2021, se cumplirá II Centenario del nacimiento del ilustre "isleño",  filósofo, lexicógrafo y político,  Don Roque Barcia Martí, autor del Primer Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana. Una efeméride que no debemos pasar por alto y que debemos poner en valor para el conocimiento y engrandecimiento de la cultura y la historia.

Los movimientos políticos que se sucedieron, contrarios al ideario republicano a lo largo de nuestra historia, propiciaron un punto de inflexión que condenó casi al silencio y al ostracismo  a este personaje del liberalismo católico, más reconocido en Iberoamérica que en su propio país.

La implicación de Roque Barcia en el levantamiento cantonal de Cartagena, le supuso su derrumbe político y le propició el rechazo de parte de sus antiguos compañeros de partido, quiénes lo tacharon de traidor,  al reconocer,  que las ideas federales no estaban preparadas para gobernar, se había convencido de que los federalistas no se podían encargar de la nación ni del gobierno; que teniendo los apoyos y las ideas, les faltaban hombres capaces de hacer realidad el mundo nuevo que vislumbraban y no estaban preparados para disponer de la gestión de los negocios públicos,  así como el rechazo que ya antes, le había impuesto la curia de la iglesia por sus publicaciones, donde a pesar de ser muy combativo, fue un fervoroso creyente, que plasmaba un amor imperecedero hacia Dios y su Santísima Madre, pero que ponía en entredicho, a la jerarquía eclesiástica, quién le llegó a excomulgar 68 veces.

Roque Barcia, llegó a ser un gran propagandista en la esfera liberal entre el Bienio Progresista y la Restauración, con una gran capacidad para contactar con las masas populares. La gran mayoría de sus obras bibliográficas, se encuentran en la Biblioteca Nacional de España, donde también se haya su obra manuscrita inédita, además obras de teatro y libretos para zarzuela, así como alguna correspondencia suelta procedente de diversos fondos, en la Hemeroteca Municipal de Madrid, la Universidad de Connecticut y en la Biblioteca Nacional de Francia.

Roque Fausto Próspero Francisco de Asís Barcia Martí, como así consta en su partida, recibió el bautismo1 en la parroquia de San Esteban de la capital hispalense el día 15 de octubre.

Barcia Martí, fue el cuarto hijo de cuatro hermanos, segundo varón del matrimonio entre Roque Barcia Ferraces (de origen gallego, establecido2 en la Isla hacía 1800 donde ejercía de escribano público y del cabildo desde enero de 1809 en el Ayuntamiento de La Redondela y La Higuerita) y de Teresa Martí Duboy (natural de La Higuerita, al parecer, su familia había llegado procedente de Reus hacia 1780, para dedicarse a las labores de la pesca). En 1800, su abuelo, Juan Martí Faló2 esposo de Manuela Duboy,  fue nombrado alcalde de La Higuerita por el cabildo de La Redondela.  Su familia residía en la Real Isla de La Higuerita, en la casa nº 2 de la Ribera3, los hijos registrados eran Filomena, Joaquina, Nicolás y Roque,  el más pequeño que contaba con 3 años. 

Curiosamente, su tío, hermano primogénito4 de su padre,  fue partidario del absolutismo y de la  «justa causa del Altar y el Trono contra la falsedad de la democracia», todo lo contrario que su hermano Roque, quién entre sus méritos perteneció a la  Junta de Galicia durante la Guerra de la Independencia y haber dotado la defensa de Tuy con sus propios caudales. Como Comandante de las  armas, se negó «vigorosamente» a jurar la Constitución de 1812. Ambos sufrirían la persecución política, el exilio y la confiscación de bienes, aunque en diferentes momentos y por diferentes causas. Necesariamente, el triunfo de uno implicaba la caída del otro.

Roque Barcia Martí, tuvo una existencia complicada, tocándole vivir momentos difíciles en la vida de España. En su infancia, viviendo en La Redondela, donde su abuelo tenía propiedades y negocios de vino y ganado,  se produjo un accidente5 por la coz de un cuadrúpedo que lo postergó y le desfiguró parte de su rostro, perjudicando a su desarrollo infantil y que plantearon dudas acerca de su capacidad cognoscitiva durante su niñez y juventud. La ayuda inestimable de su amigo de la infancia, el niño cabrero de La Redondela,  Simón, fue fundamental para su recuperación en su tardía capacidad para aprender a leer y escribir (15 años), hasta que un día tomó la decisión de marchar a estudiar a Madrid junto a su padre y hermano mayor, donde ellos mismos le impartieron clases, viéndose truncada su formación por el inesperado fallecimiento de su padre en 1838, a los pocos meses de su llegada a la capital España, teniendo que volverse a Isla Cristina, en 1839 con el trago de haber perdido toda posibilidad de crecimiento y truncando todos los planes que hubiesen podido imaginar.

Ya6 en Isla Cristina, retomó los estudios por su cuenta, entre 1839 y 1842 prosiguió en soledad el estudio de la gramática castellana y latina, pasó a Ayamonte a completar sus estudios de latín con el Padre Sacramento y, más tarde, a La Redondela, donde estudió gramática francesa con José de los Reyes, que había tenido que emigrar por cinco años a Francia por causas políticas. Por ese tiempo, José Mirabent, cura párroco de Isla Cristina y conocido reformista vinculado a las Sociedades Económicas matritense e hispalense, le ofreció el aprendizaje de la filosofía, especialidad que había impartido durante muchos años en la ciudad de Cádiz. Con él aprendió lógica, física, metafísica, ética y geografía universal, «adquiriendo no menos ciencia con su gran Doctrina que con su conducta verdaderamente religiosa, moralidad y ejemplo». Acabada este periodo de formación, partió a Sevilla para intentar hacer carrera literaria e ingresar en la universidad, algo que le fue imposible por no haber cursado los estudios reglados en escuelas del estado, colaboró con publicaciones y lo intentó en el teatro,  de ahí a Madrid, etc……….

Don Roque Barcía Martí, desde una visión personal, fue un hombre que estuvo totalmente influenciado por la figura de su padre, Roque Barcia Ferraces de la Cueva: hombre culto, luchador incansable, enfrentado ideológicamente también  a la curia eclesiástica aunque de profundas convicciones religiosas, defensor de los intereses de la Real Isla de La Higuerita en Madrid, defensor de los armadores y pescadores y a quién según su hijo, le costó la muerte un disgusto por un pleito  judicial en el que había sido denunciado.

Durante los años de la II República, el ayuntamiento de Isla Cristina, cambió el nombre de la antigua C/ Baja por el de Roque Barcia. Tras la llegada de la dictadura, fue eliminado por el de 29 de julio, día en el que las fuerzas nacionales tomaron la localidad. Años después, ante la necesidad de corregir el gran error que se había cometido, en tiempos del alcalde Emiliano Cabot del Castillo, es rotulada una nueva vía,  que nacía en C/ Emiliano Cabot Alfonso hasta la C/ Lirios,  con el nombre de este Ilustre isleño Don Roque Barcia Martí.

En La Redondela, también se le puso nombre a una plaza, detrás del Ayuntamiento, y en la casa donde habitó en la C/ Santa María, siendo alcalde de Isla Cristina Román Pérez Romeu,  se rotuló una placa el 10 de noviembre de 1922 conmemorando aquella circunstancia.

El 21 de julio de 1980, durante unas jornadas culturales, la Asociación de Amigos de Isla Cristina en Madrid, hizo donación de un busto en piedra a su figura, que se ubicó en los jardines de Andalucía del Ayuntamiento, obra del escultor Germán Benzal,  y que desgraciadamente, fue sustraído hace unos años. Todos,  deseamos sea repuesto a la mayor brevedad.

Roque Barcia escribió en 1852: “Mi vida ha sido y es un drama de un solo personaje; yo”.

Casado con Ana de Cantos,  tuvo un hijo Roque y a pesar de su “grandeza y los errores” como los grandes en la historia,  falleció pobre en Madrid, recibiendo sepultura en el cementerio católico de San Lorenzo y San José  de Madrid  en 1885, utilizando el nombre de su padre para poder ser enterrado.

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1.-García Moscardó, Ester. Roque Barcia Martí (1821-1885) Una biografía intelectual de un republicano federal. El dato del nacimiento de Barcia es controvertido. Esta es la fecha que figura tanto en el certificado de bautismo que acompaña al expediente de senador de Roque Barcia [http://www.senado.es (…….) como en el acta de matrimonio civil de Roque Barcia y Ana de Cantos, celebrado en París el 17 de julio de 1875. En el mismo acto de matrimonio reconocen también a su hijo Roque Agustín Nicolás José Leonardo Barcia de Cantos, nacido en Madrid el 6-11-1869 y bautizado como hijo de ambos el día 24 de ese mismo mes.

2.- Bogarin Díaz, Jesús. 180 Linajes Isleños.

3.- López Márquez, Vicente. Isla Cristina por los caminos de la Historia. 

4.- Ester. Roque Barcia Martí (1821-1885) Una biografía intelectual de un republicano federal. Una familia de Escribanos Públicos.

5.- Carmona Antonio/Caballero Pablo. Roque Barcia: Luces recobradas.

6.- García Moscardó, Ester. Roque Barcia Martí (1821-1885) Las desgraciadas circunstancias del hijo de un patriota.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

FELISA, LA LAVANDERA DE LA VERA ABAJO.

 Articulo publicado en el periódico La Higuerita 15-9-2021

Antiguas pilas de lavar en la Barriada de Punta del Caimán, años 50

A lo largo de la civilización, son muchísimos los inventos que nos han proporcionado una vida más fácil y una mejor existencia, beneficiándonos los humanos,  de esas aportaciones que los inventores nos han legado y que han permitido un gran desarrollo a la humanidad, evitándose de esta forma un gran esfuerzo y trabajo. Uno de esos inventos ha sido la lavadora.  

Hoy día, casi todos los hogares desarrollados, han simplificado la tarea del lavado de ropa, puesto que casi todos, disponen de esas máquinas automáticas que realizan por sí mismas el trabajo de lavar y centrifugar, además del secado de la ropa, muy lejos de lo que suponía en antaño la intensa y continua labor del lavado de la ropa a mano en el lavadero o pilas públicas, dónde se acarreaban los cubos de agua a la intemperie y siempre expuestas a merced de las inclemencias del tiempo.

Solo podemos apreciar y valorar ese esfuerzo, sí hacemos una mirada retrospectiva al pasado, para conocer los medios tan rudimentarios que tuvieron que utilizar nuestros antepasados, especialmente nuestras abuelas, para lavar la ropa, muchas de ellas amas de casa, que se desenvolvían en el medio rural  y que pasaban  la ropa  dos o tres veces por el jabón, y casi nunca lograban que las prendas apareciesen limpias y blancas por completo, a pesar de los múltiples aclarados continuos  a fondo y el tendido al Sol. 

Es sabido, que las clases más pudientes siempre contaron con un servicio en el hogar, mozas jóvenes que se dedicaban a servir en todo lo concerniente a la casa, desde la cocina, la limpieza, la atención a los niños etc., y como no, al lavado y planchado de la ropa, recurriendo muchos de ellos, a la experiencia y laboriosidad de una gran mujer, que vivía en el campo de la Vera Abajo, llamada Felisa, y se dedicaba a  realizar “la colada”, un procedimiento nada fácil, duro, penoso y especial, y que consistía en hacer fuego para recoger las cenizas resultantes del carbón y filtrarlas en calderas  con agua hirviendo,  que previamente había sacado de un pozo a pulso y cubo a cubo.  Con el resultado del consiguiente líquido, volvía a frotar la ropa para conseguir la blancura en los tejidos, y eliminar así, las manchas que no salían con el lavado tradicional, pasando posteriormente al enjuagado y vuelta a aclarar en las pilas, tendiendo después  al Sol todo lo limpio, para lo que utilizaba las matas más altas  y los tojos silvestres como tendedero. Posteriormente, y tras todo este rudimentario procedimiento, Felisa, se desplazaba desde el campo de la Vera Abajo,  hasta Isla Cristina con un burro, donde en sus serones transportaba todo el resultante de un duro trabajo ganado con su sudor, y con el producto de su beneficio, junto a su esposo Pedro, mantenían a sus hijos.   

Felisa Álvarez Espinosa, Felisa la Lavandera. 

 
Felisa Álvarez Espinosa, nació y se crió en la Vera Abajo, término municipal de Ayamonte, aunque la cercanía con Isla Cristina,  hizo que su vida se desarrollara en la antigua Higuerita, donde falleció en la C/ Nueva, actualmente Poeta Juan Figuereo,  el 20 de enero de 19791 a la edad de 78 años.

Hija de Gregorio y Josefa, casó con Pedro Martín Guerrilla, con quién tuvo ocho hijos, cinco hembras y tres varones: Pedro, Manuel, Antonio, Felisa, Pepa, Dolores, Paca y María, de los que actualmente, solo disfrutan entre nosotros,  Felisa a sus 95 años  y Paca con 89.

La isleña, Mercedes Navarro Martín, en su libro de poemas “Tiempo de Soledad”  dedicó unos versos, que la retratan,  idealiza e inmortaliza la figura de esta buena señora, que gracias a su esfuerzo y junto a su esposo,  pudieron sacar adelante a sus hijos  y al que tituló: Felisa.

 

Falda larga,

negra, casi hasta los pies.

Pañuelo gris a la cabeza.

Alta. Bien plantada.

 

Todas las semanas

aparecía el mismo día.

La acompañaba

 un pequeño borriquillo.

Se llevaba la ropa

blanca

para lavarla allá lejos,

en el campo,

 donde vivía.

 

Por Navidad

el borriquillo venía cargado,

de romeros, de piteras,

de piedrecillas del rio…..

Nosotros pondríamos el Belén.

 

Esta mujer era Felisa,

la lavandera.

Ella nos traía el otoño, el invierno,

con sus olores, con su bien hacer.

Olor a castañas,

a espliegos a membrillos.

 

Nos traía un trocito

del campo, de la Vera Abajo.

Allí, ella residía.

Felisa, tú también

quedaste en mis

viejos recuerdos.

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1.- Libro de enterramientos. Ayuntamiento de Isla Cristina.

PD. Mi agradecimiento a Felisa Martín Álvarez, y a su hijo Pedro Figuereo Martín, por la cesión de la fotografía de su madre.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

REAL ORDEN DE 1915, PARA AMPLIACIÓN DE LA ADUANA DE ISLA CRISTINA, PARA IMPORTAR DEL EXTRANJERO.

Articulo publicado en el periódico La Higuerita 1-9-2021
 
Detalle industrial de la Fábrica de Cabot hacia los años 20

En los tiempos que corren, con una llamada de teléfono, un correo electrónico o solo, con apretar un botón del móvil u ordenador, es muy fácil adquirir productos o hacer una compra  a miles de kilómetros. La era de las tecnologías, las comunicaciones y la globalización, nos permite estar en contacto directo con clientes y proveedores a una gran velocidad,  superando las vicisitudes que un siglo atrás,  tenían que sortear los gremios pesqueros y salazoneros de la localidad para realizar tanto las ventas de sus productos como la adquisición de materiales para el desarrollo de sus funciones pesqueras.

Isla Cristina, al ser un puerto fluvial contaba con una aduana, una oficina del gobierno que controlaba las mercancías que  entraban y salían, y a las que se gravaban con impuestos, aranceles o tasas correspondientes.

Dicha aduana, también, tenía la misión de controlar los productos que no cumplían  las normas, el tráfico de personas, las  substancias ilegales, así como el tráfico de animales, etc.

En 1915, a instancias del alcalde don José Antonio Zarandieta Roselló, del secretario del Ayuntamiento don José Soler Barcia,  don Matías Cabot Alfonso y don Ángel Pérez Romeu,  estos dos últimos vecinos de Isla Cristina, que ostentaban la representación del gremio de salazoneros y conservas de pescado,  constituido en la localidad. Solicitan, se habilite la Aduana de Isla Cristina para la importación de anclas, cadenas, clavazón de hierros, hilos de fibras vegetales para las redes, cables de alambres de acero,  estaño en barras, hoja de lata sin labrar y gasolina para aparatos de soldar.

Fotografía mucho más reciente, pero que representa a la perfección
el montaje de los aparejos y pertrechos para la pesca del atún. 


Los interesados fundaban su petición en que siendo la habilitación actual de la Aduana de Isla Cristina tan restringida para importar géneros del extranjero, se les obligaba con frecuencia a traer por distintos puertos este tipo de material y otros varios, que exigían el floreciente desarrollo de las industrias pesqueras y salazoneras que constituían y hacían imprescindible la vida de la localidad con el consiguiente recargo de gastos y dilaciones altamente perjudiciales al interés de esta industria.

Las autoridades competentes, visto los informes de las autoridades de Huelva, que todos fueron favorables a la habilitación solicitada,  acordaron: acceder a lo solicitado, con excepción de la gasolina, ya que no se perjudicaban los intereses del Tesoro Público, beneficiando del amparo oficial a esta comarca tan necesitada por la clase de industria a la que se dedicaba.

La Real Orden1 firmada en Madrid,  el 25 de enero de 1915 decía así:

“S.M el Rey (q.D.g.), conformándose con lo propuesto por esa Dirección General, se ha servido acordar se amplíe la habilitación de la Aduana de Isla Cristina (Huelva) para importar del  extranjero anclas, cadenas, clavazón de hierros, hilos de fibras vegetales para redes, cables de alambre de acero, estaño en barras y hoja de lata sin labrar”

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1.- Gaceta de Madrid. 29 Enero de 1915

sábado, 14 de agosto de 2021

DOLORES Y JOSEFA, LAS SIRVIENTAS “ISLEÑAS” DE BLAS INFANTE.

 Articulo publicado en el Periódico La Higuerita 15-8-2021



Muchos son los historiadores que han dedicado estudios y publicaciones que resaltan la vida y figura de Don Blas Infante Pérez de Vargas, Padre de la Patria Andaluza.

Nacido el 5 de julio de 1885 en Casares (Málaga), tuvo la desdicha de ser detenido en su casa de Coria del Rio (Sevilla) por las fuerzas del movimiento el 2 de agosto, junto a otros detenidos, siendo conducido en un camión hacia la carretera de Carmona, donde fue fusilado en la madrugada del 11 de agosto de 1936, en el linde de la antigua Huerta de las Clarisas.

Cuatro años después de su fallecimiento, el 4 de mayo de 1940,  un jurado dictaría sentencia para justificar su injusta muerte, con el argumento de estas razones: “Formó parte de una candidatura de tendencia revolucionaria en las elecciones de 1931; en los años sucesivos hasta el 1936 se significó como propagandista para la constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz, y [...] falleció el 10 de agosto, noche de San Lorenzo de 1936 a consecuencia de la aplicación del Bando de Guerra”.

El notario Blas Infante, fue un hombre de una gran carga idealista y de una visión esencialista. Trató la política del sentimiento de amor a la tierra para transformarlo en conciencia social del pueblo. Algunas de sus ideas, han permanecido hasta nuestros días, en cambio otras, se han ido desvirtuando.

Los andaluces, y la Comunidad Autónoma de Andalucía no solo recibimos de él la herencia de sus símbolos: la bandera, el himno y el escudo,  sino que nos dejó el ideario de una “Andalucía para sí, para España y para la Humanidad”. El verde y el blanco de su bandera1, “Porque sus colores eran los más apropiados para representar la empresa de la restauración de un Pueblo, nunca bélico, y siempre creador de culturas originales directoras de la Humanidad, como lo fue Andalucía.”

La letra del himno,  con música inspirada en el “Santo Dios” cante que se usaba en algunos pueblos andaluces como en Cantillana, por los segadores, a la salida y a la puesta del Sol, y que fue adaptada y  armonizada por el maestro José del Castillo, director de la Banda de Música de Sevilla sobre 1933, el propio Infante escribe2 sobre él: “Mejor dicho, que usaban en este pueblo los segadores, recientemente ha dejado de cantarse porque la letra del himno invoca a Dios y esta es una palabra tabú para el embeleco marxista de los jornaleros andaluces, quienes en mala hora vinieron a denominarse obreros, como en Europa, con detrimento de su rango de andaluces”.

El escudo, inspirado en el de la antigua ciudad de Cádiz, cabecera del pueblo andaluz antes de Tartesos, en los tiempos primitivos,  cerrándolo un arco de medio punto, donde figuran también las palabras latinas “DOMINATOR HERCULES FUNDATOR” y la leyenda: “ANDALUCÍA, POR SÍ PARA ESPAÑA Y LA HUMANIDAD”

El notario Blas Infante Pérez de Vargas, llegó a Isla Cristina por primera vez3, el 9 de octubre de 1921, invitado por el alcalde, Román Pérez Romeu para pronunciar una conferencia en el Teatro Victoria, con quién mantenía una buena relación de amistad, participando a lo largo de su estancia en la vida cultural de la localidad.

Es en 1922 cuando se traslada a Isla Cristina como notario, dedicándose al estudio y a su familia, mientras se producían la clausura de los Centros Andaluces, con el nuevo régimen del General Primo de Rivera.

Casado con Angustias García Parias, durante el periodo de 1922 a 1931,    nacen en Isla Cristina sus dos primeras hijas, María Luisa en 1928 y María de los Ángeles en 1930, de quiénes Blas Infante transmitió -en una carta al periódico La Higuerita, del que era suscriptor- que consideraba a Isla Cristina "su patria, por ser aquella la de mis hijas, y por haber vivido momentos felicísimos en nuestra ciudad en su vida personal". Ya en Coria del Rio, nacieron su único varón Luis Blas en 1931 y Alegría de las Mercedes en 1936.

Las hermanas Dolores y Josefa Borrero Oliva, cocinera y niñera de Blas Infante.

En los años que la familia Infante García, vivió en la Calle Real, nº 9 de Isla Cristina, fueron años florecientes en la pesca y la industria, donde mucha gente se desplazaba buscando un mejor porvenir. Dolores y Josefa Borrero Oliva, dos jovenzuelas y hermanas que emigraron desde la localidad de Aroche hacia Isla Cristina, fueron contratadas para servir, elegantemente uniformadas con sus cofias y delantales en las labores del hogar, la  cocina y cuidado de las niñas.

La mayor de las hermanas  fue la encargada de cocinar para los Infante. Dolores Borrero Oliva, quién nació en Aroche en 1906 y falleció en Isla Cristina en 1979, casó con Manuel Franco Palacios, empleado albañil en el ayuntamiento y natural de Villablanca 1906, falleciendo en Isla Cristina en 1969. Tuvieron cinco hijos, José, Rosa, Dolores, Manuela, Carmen y Juani Franco Borrero, quién actualmente es la única que vive, esposa de nuestro buen y apreciado amigo Pedro Lima Valero, Policía Local jubilado.

Josefa Borrero Oliva, natural también de Aroche, nació el 5 de octubre de 1909 era la encargada de cuidar y pasear a las niñas,  falleció en Isla Cristina y casó con Manuel López Rodríguez, natural de Moguer, 1908,  quién regentó la bodega “El Rincón” junto a la Plaza de San Francisco.  Fueron padres de Manuel y José López Borrero. Fallecido Manuel “El cartero”, Pepe Borrero, como así lo conocemos, disfruta actualmente de su familia y de su jubilación bien merecida como maestro de escuela.

De Don José, pude disfrutar algunos cursos de su docencia como maestro de sociales, y curiosamente, también fue concejal en el Ayuntamiento de Isla Cristina durante algunos años por las siglas del extinguido Partido Andalucista, el mismo que promovió y defendía la doctrina de Blas Infante.

Tanto Juani, como Pepe, destacan de sus  recuerdos, que era Josefa quién atendía y alimentaba al zorro “Don Dimas”, la mascota de Don Blas, y que este,  no dejaba que las niñas se acercaran a él  por precaución. También, que colgaban del cuello de las niñas un cartel que decía “si me quieres, no me beses”, algo que muchos no entendían y que hoy,  recobra bastante sentido, al revivirse una pandemia parecida a la Gripe Española de 1918 que padecían por aquellos años.

Cuando tuvieron conocimiento del fatídico desenlace, lloraron amargamente, y sintieron su muerte como la de alguien de la familia, afirmando, que siempre fue un hombre atento con ellas, cariñoso y buena persona”·

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1.- Los símbolos de Andalucía. Fundación Blas Infante

2.- Blas Infante Pérez, Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo, 1929-1933, reproducción facsímil de la edición de la Junta de Andalucía de 1980, Sevilla, Junta de Andalucía, 2010, pp 104-105.

3.- Isla Cristina, Por los caminos de la historia. López Márquez Vicente.

Nota: Mi agradecimiento a Juani Franco Borrero y a José López Borrero, por las fotografías y los datos facilitados.

lunes, 2 de agosto de 2021

LA MANSIÓN DE DIOS, EN EL ORIGEN DEL GRUPO ESCOLAR NTRA. SRA. DE LOS ÁNGELES “LA ERMITA”

Articulo publicado en el Periódico La Higuerita de 1-8-2021

Fachada de la capilla del Grupo Escolar Ntra. Sra. de los Ángeles.


El empresario y doctor en medicina José Caballero Romeu,  en 1914 gestó la idea de la construcción en el solar del primitivo cementerio “del Santo Cristo de la Resurrección y la Vida” en desuso desde 1884, de  un edificio que comprendiese iglesia, hospital y escuelas,  con el fin de dotar de cultura y conocimientos a los muchos trabajadores de la época, faltos de los más elementales conocimientos primarios.

Para ello, instó a la creación de un Patronato Benéfico, del cual,  fue nombrado presidente, solicitando aquel mismo año al Ayuntamiento de Isla Cristina dicho solar para construir su ansiado proyecto que comprendía una iglesia, dos naves para la enseñanza de párvulos y adultos en clases nocturnas, y otras dos para la asistencia de enfermos de ambos sexos, así como un nave para residencia de las Hermanas Mercedarias de la Caridad, las cuales se pretendía destinar al cuidado de tales servicios. 

El ayuntamiento, nunca respondió a aquella primera solicitud, en la que además del solar, se solicitaba una subvención para que se hiciera cargo de las asignaciones en el sostenimiento de seis Hermanas de la Caridad, de la indicada Orden Mercedaria, mientras tanto el patronato, no contara con la economía suficiente para este menester.

José Caballero Romeu, inició una campaña de captación de colaboradores económicos  en la prensa local.

El 15 de marzo de 19151, en un acto, presentó la memoria,  los planos y las bases correspondientes, acompañado del modelo de edificio que habría de construirse, representándolo en proporción del 2 % en una superficie de 1 m² con una precisión y un lujo de detalles admirables.  A dicha reunión asistieron como presidente el autor del proyecto don José Caballero Romeu,  el alcalde Presidente del Ayuntamiento Don Diego Zarandieta Roselló,  el ayudante militar de Marina Don Juan de Flores y Cavieces, el cura párroco de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores Don Salvador Sánchez Palomas, los  concejales Don Serafín Zarandieta Romeu,  Don Toribio Lázaro Tuset y Don José caballero Cuchi, el secretario accidental del Ayuntamiento Don Juan Martín Quintana, los industriales y comerciantes don Bartolomé Rodríguez por los señores Rodríguez Hnos. y compañía,  y Don Miguel Cordero Toscano.  Los maestros de las escuelas nacionales de esta isla,  Don Sebastián Urbano Vázquez y Don Emilio Pérez Molina,  el médico titular Don José Roselló Ferrera,  Don Juan Bautista Rubio Zamorano, Don Antonio Ortiz Frigolet,  Don Francisco Cervantes de la Vega y don Tomás Vesaluce Barrena,  director y redactores del recién fundando semanario La Higuerita y Don Ángel Grinda Quínter,  director del Semanario Ecos.

El 17 de noviembre de 19152, volvió a enviar un nuevo escrito al ayuntamiento en el que hacía saber,  el historial de beneficios que por la construcción de dicho edificio recibirían los habitantes de la barriada del “Mundo Nuevo o Barrio Nuevo” distante casi un kilómetro del centro de la población y que carecían de iglesia y escuela,  y donde los habitantes de Isla Cristina encontrarían la formación cultural adecuada.

Los puntos fundamentales de aquel ambicioso proyecto eran:

1.- Dotar al barrio llamado “Mundo Nuevo”, de un centro de cultura tanto civil como religiosa, que satisficiera las exigencias de saber del pueblo. 2.- Disponer de asilo para atender a los que fueran víctimas de accidentes del trabajo o cualquier otra enfermedad, evitándose, ver morir en las calles a muchas personas por falta de medios económicos o no disfrutar de una adecuada prestación médico sanitaria y de alimentación. 3.- Dotar a los vecinos de una iglesia, que aunque fuera pequeña, contribuyese a combatir la ignorancia absoluta en que se hallaban la mayor parte de los vecinos de todo principio religioso, enseñándoles el camino de la fe, fortaleciendo su formación moral y sus deberes cristianos. 4.- Hacer partícipe a Isla Cristina de los incalculables beneficios que se desprenden de la asistencia domiciliaria nocturna, prestada por las caritativas Hermanas Mercedarias.

Una de las primeras ayudas que se recibieron fueron 5.000 ptas., en altruista gesto por el industrial alosnero José Toronjo Limón, consiguiéndose que el Arzobispado de Sevilla cediera el terreno, ya que pertenecía a la iglesia, comenzándose los estudios para su inmediata construcción con un presupuesto de gastos de unas cuarenta y cinco mil pesetas.

El nombre elegido para el proyectado edificio era el de “La Mansión de Dios”, un proyecto que nunca pudo ver la luz, ya que el doctor José Caballero Romeu, fallecería en Isla Cristina el 1 de abril de 1918.

Aquel mismo año, la familia Pérez Romeu o sobrinos de Tomás López, en el mes julio, retomaron el sueño de engendrar en realidad el pensamiento de su primer impulsor, aunque con importantes cambios y matices, obligados por la ausencia del doctor Caballero.

La epidemia de gripe que también asoló a la familia, llevándose consigo al filántropo Ángel Pérez, hizo que las obras no continuasen con el ritmo proyectado, siendo reanudadas por su sobrino-yerno y gran benefactor Román Pérez Romeu, finalizándose en 1920 y siendo inaugurado oficialmente el 8 de marzo de 1921.

En la víspera de la Semana Santa de 1921, y coincidiendo con la inauguración del edificio, se funda la Hermandad de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder, gracias a la donación  de la imagen que presidía la Capilla de Ntro. Padre Jesús Nazareno del Grupo Escolar “Nuestra Sra. de los Ángeles”, nombre este, que adquirió en memoria de Ángel Pérez, fallecido por la pandemia de Gripe en 1918.  En 1929, la hermandad adquiere la primitiva imagen de la Virgen de las Mercedes, a quién bendicen con el nombre de Mercedes, en honor de las Hermanas Mercedarias de la Caridad que nunca pudieron venir a servir al asilo. 

Siete años después de que el industrial y doctor José Caballero Romeu idealizara en su mente el proyecto de “La Mansión de Dios”, Román Pérez Romeu, hizo posible para Isla Cristina, la Capilla de Jesús Nazareno, y el Grupo Escolar Ntra. Sra. de los Ángeles.

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1.- La Provincia 16-3-1915

2.- Sosa Rodríguez, José Historia de Isla Cristina, (biografía sentimental)


jueves, 15 de julio de 2021

DEVOCIÓN MARIANA EN PUNTA DEL CAIMÁN: DE LA VIRGEN DEL CARMEN A LA VIRGEN DEL MAR.

Artículo publicado en el periódico La Higuerita 15-7-2021

Procesión de la Virgen del Carmen de la Punta del Caimán,
en la que se observa, entre el gentío, un pendón o estandarte, al fondo la Virgen y, 
en la otra orilla, el puerto de Isla Cristina ( fotografía facilitada por Javier Castro)

 

La oración y la pobreza, fue la cuna de la Orden de los Carmelitas en el monte Carmelo, donde numerosos profetas rindieron culto a Dios, y esa devoción a la Virgen, permitió que naciera una nueva advocación a María. Ahora que estamos inmersos en la festividad de la Patrona de los Marineros, vamos a recordar a la Virgen del Carmen de la Punta del Caimán.

En la antigua Higuerita, tanto la Virgen del Carmelo patrona de los marineros, como la Virgen del Rosario, patrona del Gremio de Mareantes y la Virgen de los Dolores,  han sido los pilares de arraigo devocionales a los que han recurrido los hombres y mujeres de la mar para manifestarles sus gracias,  ruegos y sus suplicas.

La configuración geográfica de Isla Cristina a principios del siglo XX, distaba bastante de la Isla Cristina que actualmente conocemos,  quién separaba por un brazo de ría a la barriada de Punta del Caimán del núcleo urbano de la localidad, teniéndose que cruzar en botes,  y más tarde,  a través de un pequeño puente de madera.

La necesidad de alfabetización y de ofrecer cobertura cristiana en dicha barriada, hizo que Doña Dolores Pérez Alvedrú  y de Areces, maestra y muy religiosa, en la humilde y pequeña habitación de su vivienda, junto al antiguo colegio San José que dirigía, (en la antigua C/ San Juan, hoy Profesor Ramón Noya González) habilitara una pequeña capilla para dar culto a la Stma. Virgen del Carmen.

Esta distinguida señora, profesora de instrucción primaria y de grandes dotes cristianos, fue la organizadora y quién fomentó el culto y la procesión de la Virgen del Carmen en la barriada de Punta del Caimán en 1917, cuando gracias a una donación le hicieron entrega de una imagen de bulto de Ntra. Sra. del Carmen.

En una misiva publicada en la prensa local y dirigida a Juan Bautista Rubio, decía así1: “Por fin llegó a esta su casa la Santísima Virgen del Carmen. Es preciosísima sobre toda ponderación y sólo viéndola puede apreciarse su belleza. ¡Cuánto sentí no verlo a usted aquí cuando desembarcó!........la tengo colocada en un altarcillo modesto, pero muy visitado de todos estos mis queridos vecinos”.

Aquella imagen, fue colocada en una humilde cámara y bajo un cielo raso, donado por la señora doña Dolores Romeu, viuda de Pérez, siendo  bendecida el 29 de julio de aquel mismo año, en una solemne misa ante la imagen, y presidida por el canónigo de la S.I.C  de Badajoz, Don Hipólito Virella López.

Los donantes de la imagen fueron los Sres. de Aponte,  que habían venido a España para asistir al acto, pero ineludibles quehaceres les hicieron regresar a La Habana (Cuba) donde habitaban.

En julio de 1936, los trágicos sucesos que se produjeron en los primeros días de la Guerra Civil Española, hicieron que tanto el colegio de La Punta, como la capilla de doña Dolores fueran asaltados por las turbas anticlericales, destrozando todas las imágenes que allí recibían culto.

En el mes de agosto, Juan Bautista Rubio Zamorano, editor de La Higuerita y conocedor de lo acontecido escribía en su periodico2 Hemos oído decir que se proyecta la celebración - como todos los años – de la Procesión, que ya es leyenda por la venerada dama doña Dolores Pérez Alverú y de Areces, anciana de dotes ejemplares de cristiandad. Recogemos la noticia a título de rumor y la publicamos con tintes informativos”

En el siguiente número de La Higuerita3, Dolores Alverú escribía:

Carta desde la Punta.  Sor. D. Juan Bautista Rubio, Director de “La HIGUERITA”. Mí distinguido amigo: Acabo de recibir el periódico de su digna dirección que agradezco en la que vale, y como siempre su bondad de V, se extrema en darme noticias que puede interesarme. Muchísimas gracias.

Supongo se haya V. enterado de la desgracia que ocurrió en esta su casa, con el atropello que ocasionó la pérdida de mis imágenes, única compañía y consuelo en mi soledad, Dios los perdone á los culpables como yo los perdono.

Respecto a la procesión no hay nada, ni puede haberlo; primero porque no tengo salud, estoy más muerta que viva, y segundo porque no es esta ocasión de fiesta y procesiones, cuando nuestros hermanos, los españoles están derramando sangre á torrentes por la patria

Más quisiera, amigo mío hablarle que escribirle; bien sabe V. lo mucho que le aprecio de antiguo, pero apenas puedo andar á causa de la debilidad que me produjeron los disgustos de estos acontecimientos; ya que querrá Dios que esto cambie y tendré el gusto de ir á saludarle.

 A su señora,  mis caros afectos como á sus hijos y V. sabe de verdad soy su firme afma. y agradecida.  S.S. – Dolores Pérez Alverú.

Tras estos hechos, la procesión de la Stma. Virgen del Carmen de La Punta, nunca volvió a celebrarse, dejando un gran vacío espiritual y devocional en la barriada.

No es hasta 1981, cuanto tras la intercesión del párroco de La Punta, Don Manuel Gómez Orta, se adquiere en Madrid, una preciosa imagen de la Virgen María con la advocación de Ntra. Sra. del Mar,  para presidir como titular, la Parroquia que llevaba su nombre desde el 10 de octubre de 1972, convirtiéndose desde entonces, en un referente de la devoción marinera de la barriada puntera y de toda Isla Cristina.

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1.- Semanario La Higuerita 26-8-1917

2.- Semanario La Higuerita 24-8-1936

3.- Semanario La Higuerita 31-8-1936

 

jueves, 1 de julio de 2021

ROMÁN PÉREZ Y EL BANQUETE REAL DE GALA, AL QUE ASISTIÓ EL ALCALDE DE ISLA CRISTINA.

 Publicado en el Periódico La Higuerita 1-7-2021

Entusiasta recibimiento tributado al gobernador
y al alcalde popular repuesto D. Román Pérez Romeu
Fuente: ABC 6-1-1924

El estatus social, y las influencias en las relaciones políticas,  siempre fueron importantes y a tener en cuenta, en la consecución de logros y mejoras a corto y largo plazo, revirtiendo por su atribución, en mejoras para la comunidad donde vivimos.

El alcalde Román Pérez Romeu, reunió un número importante de esas cualidades, dada su situación personal y empresarial, llegándose a codear  con la alta aristocracia de la época y la Casa Real.

El Estatuto Municipal promulgado por la Dictadura del General Primo de Rivera el 8 de marzo de 1924, fue la norma que reguló a los Ayuntamientos en España, (el mismo pretendía «regenerar» la vida municipal para «descuajar el caciquismo»), para ello, fueron destituidos todos los alcaldes de España. Dicho Estatuto,  no se llegó a aplicar, ya que las prometidas elecciones nunca llegaron a celebrarse y los concejales y los alcaldes, finalmente fueron nombrados por los Gobernadores Civiles, a su vez,  designados por el Directorio Militar.

El único regidor de España que fue repuesto es su cargo,  fue el alcalde de Isla Cristina, ante la petición popular de los isleños. “Una comisión1, en representación de las fuerzas vivas de la Isla Cristina, ha visitado al gobernador, rogándole se reintegre en su cargo al exalcalde don Román Pérez Romeu, que durante muchos años desempeño con gran altruismo la Alcaldía”.

El  Sol2, lo calificaba  como caso único,  donde se pedía la reposición del alcalde con permiso gubernativo, y que se había celebrado una importantísima manifestación presidida por las autoridades para pedir la restitución del alcalde saliente don Román Pérez Romeu cuya obra de filantropía y patriotismo había beneficiado grandemente al pueblo, además, después del acto se dirigieron muchos telegramas al directorio pidiendo la reposición de dicho alcalde por ser un legítimo deseo del pueblo, ya que el Sr. Pérez Romeu,  había gastado en obras para el pueblo más de 80.000 duros.  La prensa provincial se jactaba diciendo: “con alcaldes así se salvaría España”, y apoyó esta petición de Isla Cristina por ser de justicia,  pues en los cinco años de actuación, el señor Pérez Romeu había dejado una obra grande y meritísima.   La Libertad3 publicaba: “Un alcalde destituido es reelegido con todos los honores…. El gobernador militar asistirá al acto de la toma de posesión del alcalde de la Isla Cristina, Don Román Pérez Romeu.  El Sr. Pérez Romeu fue destituido al disolverse los Ayuntamientos,  y por unánime petición del pueblo ha sido designado concejal por el Directorio y elegido alcalde nuevamente, para lo cual ha dimitido el recientemente nombrado”. La Vanguardia4 afirmaba, que como caso único había sido restituido a la alcaldía Isleña el alcalde destituido, y que el hecho constituyó un acontecimiento brillantísimo, dándole posesión el gobernador Don Andrés Chincilla,  donde se pronunciaron grandes  discursos que  ensalzaban la labor del alcalde,  los señores Tejero, Biuro, Azpiazu y el gobernador. “El pueblo en masa aplaude la decisión del directorio, que prueba con esto saber extirpar la política rastrera y reponer a los hombres honrados que miran por los intereses del pueblo. Isla Cristina está en fiesta,  viendo a su alcalde rigiendo de nuevo su destino”.

El 23 de enero de 19255, con motivo del santoral de S.A.R D. Alfonso XIII, se organizaron diferentes actos de homenaje, así como un desfile ante el Palacio con las representaciones de todos los Ayuntamientos de grandes ciudades y pequeñas aldeas, Diputaciones de todas las Provincias de España con sus pendones y banderas, un acto de solemne afirmación monárquica en virtud de la Constitución de 1876,  al que asistió el alcalde isleño. 

Desfile ante el regio Real Alcázar. Fuente: El Imparcial 24-1-1925 


Tras los actos del desfile que duró unas tres horas, tuvo lugar en el regio alcázar la recepción de alcaldes, quienes se agruparon por provincias  en el patio grande del Palacio para subir al salón del Trono y desfilar ante los Reyes. Posteriormente, en el comedor rojo del Palacio Real, tuvo lugar un banquete de gala con la más rica mantelería y vajilla para solo 120 cubiertos.

Presidía su Majestad el Rey, y a la derecha de la Reina Victoria Eugenia, entre otras muchas autoridades diplomáticas, civiles y militares, se encontraba como invitado el alcalde de Isla Cristina D. Román Pérez Romeu. Cuentan las crónicas6 que se sirvió un escogido menú en el que figuraba el exquisito champagne Veuve Cliequot que dio paso al salón de Gasparini donde se sirvió el café,  y donde se celebró un concierto con los artistas del Teatro Real: Ofelia Nieto, señor Bany, Belazouisti y Letouty, acompañados al piano por el maestro Sarco del Valle.

Dos años después de este Banquete Real, el Rey Alfonso XIII, recibía en audiencia7 a una comisión formada por el alcalde de Isla Cristina, Don Román Pérez Romeu, y Don José Tejero, expresidente del Congreso Nacional de Pesca, quienes  informaron al monarca de la aguda crisis que atravesaba Isla Cristina y Ayamonte, que, con escasez de pesca, después de haber dado un extraordinario impulso a las industrias pesqueras y conserveras se veían arruinadas por la falta de capturas.

Solicitaron a Su Majestad,  que influyera cerca del Gobierno,  para que se destinara alguna cantidad para las obras que se iban a realizar en el  puerto de Isla Cristina. El Rey se ofreció e intercedió para que se concediera crédito para esas obras, y, en cuanto a la crisis industrial, aconsejó que acudieran al Banco de Crédito Industrial para que esa entidad,  concediera préstamos con garantías,  a fin de que se pudieran hacer efectivos los pagos de las ampliaciones industriales realizadas y no satisfechas. 

Tanto Román Pérez como José Tejero, volvieron complacidos por la buena  acogida que le dispensó su majestad.

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1.- La Acción, 12-10-1923

2.- El Sol, 22-10-1923

3.- La Libertad 30-11-1923

4.- La Vanguardia, 26-12-1923

­5.- El Imparcial, 26-1-1925

6.- La Vanguardia 24-1-1925

7.- ABC. 4-2-1927