miércoles, 1 de septiembre de 2021

REAL ORDEN DE 1915, PARA AMPLIACIÓN DE LA ADUANA DE ISLA CRISTINA, PARA IMPORTAR DEL EXTRANJERO.

Articulo publicado en el periódico La Higuerita 1-9-2021
 
Detalle industrial de la Fábrica de Cabot hacia los años 20

En los tiempos que corren, con una llamada de teléfono, un correo electrónico o solo, con apretar un botón del móvil u ordenador, es muy fácil adquirir productos o hacer una compra  a miles de kilómetros. La era de las tecnologías, las comunicaciones y la globalización, nos permite estar en contacto directo con clientes y proveedores a una gran velocidad,  superando las vicisitudes que un siglo atrás,  tenían que sortear los gremios pesqueros y salazoneros de la localidad para realizar tanto las ventas de sus productos como la adquisición de materiales para el desarrollo de sus funciones pesqueras.

Isla Cristina, al ser un puerto fluvial contaba con una aduana, una oficina del gobierno que controlaba las mercancías que  entraban y salían, y a las que se gravaban con impuestos, aranceles o tasas correspondientes.

Dicha aduana, también, tenía la misión de controlar los productos que no cumplían  las normas, el tráfico de personas, las  substancias ilegales, así como el tráfico de animales, etc.

En 1915, a instancias del alcalde don José Antonio Zarandieta Roselló, del secretario del Ayuntamiento don José Soler Barcia,  don Matías Cabot Alfonso y don Ángel Pérez Romeu,  estos dos últimos vecinos de Isla Cristina, que ostentaban la representación del gremio de salazoneros y conservas de pescado,  constituido en la localidad. Solicitan, se habilite la Aduana de Isla Cristina para la importación de anclas, cadenas, clavazón de hierros, hilos de fibras vegetales para las redes, cables de alambres de acero,  estaño en barras, hoja de lata sin labrar y gasolina para aparatos de soldar.

Fotografía mucho más reciente, pero que representa a la perfección
el montaje de los aparejos y pertrechos para la pesca del atún. 


Los interesados fundaban su petición en que siendo la habilitación actual de la Aduana de Isla Cristina tan restringida para importar géneros del extranjero, se les obligaba con frecuencia a traer por distintos puertos este tipo de material y otros varios, que exigían el floreciente desarrollo de las industrias pesqueras y salazoneras que constituían y hacían imprescindible la vida de la localidad con el consiguiente recargo de gastos y dilaciones altamente perjudiciales al interés de esta industria.

Las autoridades competentes, visto los informes de las autoridades de Huelva, que todos fueron favorables a la habilitación solicitada,  acordaron: acceder a lo solicitado, con excepción de la gasolina, ya que no se perjudicaban los intereses del Tesoro Público, beneficiando del amparo oficial a esta comarca tan necesitada por la clase de industria a la que se dedicaba.

La Real Orden1 firmada en Madrid,  el 25 de enero de 1915 decía así:

“S.M el Rey (q.D.g.), conformándose con lo propuesto por esa Dirección General, se ha servido acordar se amplíe la habilitación de la Aduana de Isla Cristina (Huelva) para importar del  extranjero anclas, cadenas, clavazón de hierros, hilos de fibras vegetales para redes, cables de alambre de acero, estaño en barras y hoja de lata sin labrar”

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1.- Gaceta de Madrid. 29 Enero de 1915

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