miércoles, 27 de noviembre de 2024

HASTA SIEMPRE, SEBASTIÁN

El 23 de noviembre de 2004, fallecía D. Sebastián Carrillo Escámez.  Con la colaboración de su hijo José Antonio Carrillo Martín, escribí este artículo para una revista especializada de pesca en diciembre de 2004. 

Ahora que se cumplen 20 años de su fallecimiento, lo recuperamos en su memoria. 

Sebastián Carrillo Escámez

 

En la tarde noche del 23 de noviembre de 2004, en la marinera ciudad de Isla Cristina y a la edad de 68 años, nos dejaba para siempre, Don Sebastián Carrillo Escámez, presidente que fuera, de la Asociación de Armadores de Isla Cristina. Hombre sencillo donde los haya, quién creció, vivió en torno y para el mundo de la mar. 

Nació en el Real de la Almadraba en la Punta de Afuera, (Punta del Moral),  sexto hijo de una familia de pescadores, que conformaban ocho hermanos, llegados de la hermana provincia de Almería. Sus padres José “el Moro” y María, arribaron un día en esta desértica playa, donde se instalaron muchas familias de pescadores procedente  del levante andaluz, llegados como mano de obra para  los galeones y las almadrabas y, como pequeños armadores, con sus barquillas de velas para la pesca de la sardina, ubicándose en un almacén donde se guardaban  los enseres y  las  redes. 

Creció Sebastián, desde muy niño, impregnándose de agua, viento y sal, correteando por aquellos arenales entre retamas, sin una infancia, ya que como es sabido, en el mundo de la mar, no había tiempo para jugar y, sus brazos eran importantísimos para colaborar en el sustento de la familia. Los varones, embarcaron con su padre José  “el Moro”, a muy temprana edad.  Antonio, su hermano mayor, mucho antes que él, cuando contaba con solo 10 añitos y Sebastián, en su primera vez lo haría con 8 años, mientras que las hembras quedaban en tierra en las labores de aparejar, limpiar, preparar los botes  y en el hogar. Al poco tiempo, se trasladaron a esta orilla de la antigua Higuerita, concretamente a la barriada marinera de  Punta del Caimán, donde pasó la mayor parte de su vida. En este periodo, su padre José, fue nombrado por el Alcalde de Isla Cristina, representante o Alcalde pedáneo de los vecinos de esta barriada, que durante muchos años, estuvo separada de la población isleña por un caño de mar llamado del Cepo y que se unía por un puentecillo de madera en el Miramar. 

 Durante estos años, Sebastián, trabajó  codo con codo con sus hermanos e  hicieron un poquito de capital, con muchísimo esfuerzo y sudor, para poder construir una humilde vivienda para vivir. En este lugar conoció a la guapa y joven María “La de Valentín”, hija también de pescadores emigrados del vecino Algarve portugués, de quién se enamoraría y con quién creó un hogar, obteniendo como fruto de su matrimonio seis vástagos, conviviendo con ella,  hasta el ultimo minuto de su vida. La forma de vida y empresarial que trajeron estos “levantinos o levantiscos” como por aquí le llamamos, era el patriarcado jerárquico, es decir: que todo se movía en torno al cabeza de familia; el padre, quién además de respetado, controlaba la economía de todos e invertía los esfuerzos de cada uno de sus hijos sin diferenciar el sexo, en mejorar sus pequeñas embarcaciones, un circulo cerrado, con el único fin de mejorar día a día las técnicas que iban saliendo en el mercado, con lo que conllevaba a hipotecar sus vidas y la de sus hijos en una misma empresa común con el afán  de superación y mirando por el bienestar social de todos. Los años fueron pasando, falleciendo José “el Moro”, de quienes heredaron todos y cada uno de sus hijos su apodo. La familia de   “los Moros”, se convertiría con el tiempo, en una gran y populosa familia de Isla Cristina, ya que todos sus hijos e hijas, habían contraído matrimonio y  se habían multiplicado, llegando el momento de que cada hijo se independizara de este clan familiar, creado por José y María y que ellos mismos creaban  junto a sus hijos, volviéndose a imitar ese mismo estilo de vida y sistema empresarial tan tradicional en la zona. 

De esta manera, Sebastián se convierte en un nuevo patriarca familiar y todos sus hijos se van uniendo a él poco a poco  en las difíciles tatareas de la pesca. En un afán de superación e impropio de una persona que nunca tuvo posibilidades de instruirse culturalmente ya que pisaría la escuela muy poco tiempo, Sebastián, se integra en el Cabildo de la Cofradía de pescadores “Nuestra Señora del Carmen” de Isla Cristina, luchando incansablemente, por el bienestar de los pescadores, pasando en él muchos años. No satisfecho con los logros que desde la Cofradía se hacían y con una mentalidad de abarcar proyectos más ambiciosos y de futuro, junto con un grupo de armadores, deciden fundar la Asociación de Armadores de Isla Cristina, quienes deciden nombrarlo Presidente, intercalando su cargo en dicha asociación, con el propio de empresario armador hasta el último día de su vida. 

Durante se mandato, demostró que era un gran negociador, con una inteligencia innata digna de todos los elogios y difícil de ver en  un simple pescador sin estudios, codeándose con las altas esferas de la política y el mundo empresarial pesquero.  Muchos han sido  los logros que se consiguieron en beneficio del sector pesquero durante su etapa, entre otros y dada su importancia: La explotación de la Lonja de Isla Cristina junto con la Cofradía de Pescadores, uno de los pilares fundamentales en la economía de la localidad. Se acabó con el monopolio establecido con los carburantes, consiguiendo el abaratamiento de los costes del  combustible. Se sanearon las deudas contraídas años atrás por el sector. Se compró un local en propiedad, para ubicar la sede de dicha asociación que no llegó a inaugurar y que muy pronto se llevará a cabo. Fomentó y relanzó los productos más genuinos de nuestra costa;  el último de ellos fue en la ciudad de Alicante una semana antes de su fallecimiento, donde tuvieron una gran acogida. Peleó incansablemente en las diferentes negociaciones allí donde existía  un problema para el sector pesquero,  incluso, jugándose su integridad física y económica. Y además, tuvo el alto honor junto al Patrón Mayor de a Cofradía, Mariano García, de imponer la “Gamba de Oro”, galardón creado por “Lonja Isleña” a  S.A.R. Don Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias, en su visita a la Lonja Isleña.

 

S.A.R Don Felipe de Borbón, Principe de Asturias y actual Rey de España, en su visita a Isla Cristina,  acompañado por Maríano García de Lonja de Isla, se dirigen a saludar a Sebatían Carrillo. 

Su talante, su espontaneidad, su capacidad de entrega y sacrificio, siempre dispuesto a mejorar el mundo de la mar será difícil de igualar. Por eso, marineros, armadores, pueblo en general y los medios de comunicación con el que siempre colaboró, autoridades de todos los escalafones sin excepción, despedimos a Sebastián, en el ultimo adiós, con el convencimiento, de una gran labor cumplida y el honor de haber despedido para siempre a un sencillo y gran hombre que vivió por y para el desarrollo de las gentes de la mar.

Sebastián Carrillo hace entrega al Prince de Asturias de la Gamba de Oro
 en su visita a "Lonja de Isla". 



NOTA:   El 15 de diciembre de 2005, Su Majesta el Rey Juan Carlos I, y en su nombre la Ministra de Agricutura, Pesca y Alimentación,  en atención a las cualidades y circunstancias que concurrían en Don Sebastián Carrillo Escámez, le otorgó el Titulo de la ENCOMIENDA DE NÚMERO de la Orden del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentício, Sección del Mérito Pesquero con los honores en insignias que le correspondían. 

También, en sesión ordinaria de fecha 30 de enero de 2007, en su punto quinto, el Ayuntamiento de Isla Cristina, aprobó por unanimidad "Nominar con el nombre de D. Sebastián Carrillo Escámez y en su memoria, una calle en nuestra localidad".  

Hace un par de años, sin aviso a los familiares, sin `publicidad y sin inauguración previa, se rotuló la antigua calle San Francisco en Punta del Caimán, calle donde Sebastián residió y tuvo su vivienda, con el nombre de Sebastián Carrillo Escámez.  





sábado, 16 de noviembre de 2024

HIMNO DEL REAL GREMIO DE HALCONEROS DE ESPAÑA.

Finalizado el Carnaval de 2005, recibí la visita de nuestro recordado amigo, Jesús Martín Biedma, venía a ofrecerme, la participación en la grabación de un tema musical, que Manuel Diego Pareja Obregón de los Reyes, había compuesto y que le gustaría que lo dirigiera con las voces de nuestra comparsa "Mojiganga".
Tras contactar con Manuel Diego, me explicó bien el proyecto, nada más y nada menos, que se trataba de ponerle voz al Himno del Real Gremio de Halconeros de España que acababa de componer. Tras consultar con mi gente, no dudamos en aceptar colaborar en este bonito e interesante proyecto.
Hace unos días, me he topado con algunas fotografías de aquel momento, y que realizamos durante la grabación, me he dispuesto a recuperar este trabajo que he guardado durante 19 años, y al que no dimos mucha difusión. Hoy con las redes sociales, he montado un pequeño video, me gustaría compartirlo con vosotros, ya que merece la pena.
Fue todo un honor para nosotros, quedar inmortalizados en esta obra de Manuel Diego Pareja Obregón y sobre todo, dejar nuestras voces en tan magno proyecto.
Dicho himno fue presentado ante S.A. R el Rey Juan Carlos I en 2006, acto al que teníamos previsto asistir para interpretarlo, pero al final, surgieron algunos problemas que no lo hicieron posible.


miércoles, 6 de noviembre de 2024

EL HIMNO DEL CARNAVAL


Articulo recuperado y publicado en dos números,  en el periódico La Higuerita de 1-4-2004 y 15-4-2004


Sorprende a veces, oír, leer y escuchar declaraciones e informaciones que se vierten gratuitamente en algunos de los medios de comunicación tanto locales como de ámbito provincial  así, como en tertulias improvisadas que con o sin intención, nos deforman las noticias y hacen un daño a la veracidad de los hechos. Sin ánimo de crear polémica, creo verme obligado, como isleño y aficionado a la fiesta a defender lo defendible. Bien es sabido, que el abanico de los gustos es de mil colores,  ya lo dijo Serrat: “cada cuál, baja las escaleras como quiere”. 

En el número anterior de nuestra Higuerita, ha sido la última vez que leo un comentario de ese tipo, en el apartado Carnavaleando,  y aunque solo sea una opinión de quién la escribe, me gustaría puntualizarla y dar también la mía sobre este tema. 

No es verdad, que la Banda de Música Isleña interpretara “Isla Cristina Preciosa” y los carnavaleros presentes en la comida del carnaval, al mismo tiempo interpretaran “La Higuerita Marinera”, en una muestra de fuerza o mensaje, sino que fue propiciado por un cruce motivado por la espontaneidad del momento, sin ningún tipo de intención, ya que la música, provenía del final del local y se comenzó a entonar las coplas en la mesa presidencial.  Cuando se acabó de cantar “La Higuerita Marinera”, comenzó la banda a interpretarla, mientras que los asistentes, en ese momento ya interpretaban “Isla Cristina Preciosa”, Himno de nuestro Carnaval desde el 13 de febrero de 1981,  quien   interpretara el Coro “Los Cosacos” por primera vez, en los carnavales de 1935, con letra de Juan Figuereo. 

Bien es verdad que en los últimos años el pasodoble “La Higuerita Marinera”, se ha destacado e interpretado en casi todos los acontecimientos,  allí donde había un isleño festejado algo que festejar, y  que nos pone la carne de gallina cada vez que lo oímos, más aún,  si es escuchado lejos de nuestra querida Isla Cristina, por ello, muchos lo han llegado a confundir con el propio himno carnavalesco.  

Pero lo que no cabe la menor duda, es que si el maestro Vicente Sanchís, no la hubiera versionado, arreglado e instrumentado para banda y coral, y no la hubiese presentado en una de las galas de carnaval, grabado, divulgado a través de los medios de comunicación, incluso allende los mares por las corales Polifónicas Isla Cristina y Padre José Mirabent y por la Banda de Música Isleña, poniendo el punto y final a sus conciertos e inmortalizándolo; estoy plenamente convencido de que esta magistral y sentimental obra, hubiese pasado como tantos otros magníficos pasodobles que se han escrito a lo largo de nuestra historia. Pongamos por ejemplo: “Bajando por las palmeras”, “La mujer estibadora”, “Si al trasnochar”, “Con la misma gracia que brota de tus esteros”, “Un viejo me hablaba”  y, un largo etc.    

Esa hermosa obra que mi admirado y apreciado amigo Paco Bueno, escribiera, para nuestro regocijo y disfrute, merece un lugar de honor en nuestro corazón y en nuestra historia, y así lo proclamé el 15 de julio   de 2001, cuando tuve la suerte de pregonar en la I Exaltación a la Virgen del Carmen, donde solicité  públicamente a nuestras autoridades locales, lo nombraran “Himno Oficial del Marinero de Isla Cristina”,  pues,  recoge el autentico sentir de un pueblo eminentemente marinero, no exento de religiosidad popular y en el cual, nos identificamos casi todos. Aunque,  todavía existan algunas personas que se empeñan y  pongan  en duda la veracidad y capacidad de Paco Bueno para escribir esta letra. Seguro que no saben, que ese no fue el único pasodoble que escribiera para esa comparsa, pues también dedicó otro gran pasodoble al pesquero “Purita Pérez” y, que ese mismo año de 1982, escribió  otras composiciones que se interpretarían, en el Teatro Falla de Cádiz, por la comparsa del portuense José Luis Arníz, “Cuba”, concretamente los pasodobles dedicados a Antonio Machin y a la madre de Arníz, ya que este gran director,  no escribía y el autor de sus comparsas era Diego Caraballo y en aquellos momentos existían  desavenencias entre los dos. 

Explico todo esto, porque somos muy dados a tirar por tierra todo lo nuestro y a engrandecer sistemáticamente  lo que viene de fuera, sea como sea, -como ocurrió en la última resaca de carnaval-. No me cabe la menor duda de que Paco Bueno, es el  autor de la obra y José Luis Arníz de la música y, que además, se escribió antes la letra que la música, colaborando también, con algunas canciones  que Arníz, después grabó en sus discos, como por ejemplo: “Un pueblo blanco de cal”. ¡Sí, sí!  ese poeta de carnaval, que tantas veces nos ha hecho reír con sus payasadas y que anónimamente nos ha emocionado con grandes pasodobles, de quién  he tenido la suerte de beber cuando a los 14 años, salí por primera vez en una de sus murgas, humilde y sencillo,  retirándose,  sin ni siquiera haber conseguido el premio al mejor murgista. 

Después de todo, y  aun así, creo, que en mi humilde opinión, el  Himno de nuestro Carnaval es y debe seguir siendo, “Isla Cristina Preciosa”, quién ha  sobrevivido al tiempo, legada por nuestros antepasados, y cantada en bodas, comuniones, y todo tipo de celebraciones. Sobreviviendo a una época difícil y de represión, donde no había tanta difusión en los medios para hacerla popular y, a la que Juan Figuereo, plasmó todo su amor patrio, en una época de precariedad económica y falta de sardinas, la que el tiempo también a deformado y cambiado en sus contextos y  que merece por mi  parte, por su belleza, por historia y su mensaje y,  porque también soy pueblo, seguir siendo el Himno de nuestro Carnaval:  “Isla Cristina preciosa/ tierra de nuestros amores/ te OFRENDAMOS por hermosa/ nuestras más bellas canciones./ Nunca te despreciaremos PORQUE te falte la vida, / salvarte procuraremos para verte florecida./ Un fandango es tu agonía/ es tu llanto de guitarra/ TU SUFRIR la rebeldía/ de un corazón de gitana/. Eres JOVEN y laboriosa/ tu no mereces sufrir los tormentos/ de una crisis que destroza/ y convierte tu sonrisa en lamentos./ Que procuren los que puedan/ solución para tanta agonía/ y brindemos porque vuelva/ (muy pronto a esta población) a este pueblo pronto alegría/.”