Muchos son los historiadores que han dedicado estudios y
publicaciones que resaltan la vida y figura de Don Blas Infante Pérez de Vargas,
Padre de la Patria Andaluza.
Nacido el 5 de julio de 1885 en Casares (Málaga), tuvo la
desdicha de ser detenido en su casa de Coria del Rio (Sevilla) por las fuerzas
del movimiento el 2 de agosto, junto a otros detenidos, siendo conducido en un
camión hacia la carretera de Carmona, donde fue fusilado en la madrugada del 11
de agosto de 1936, en el linde de la antigua Huerta de las Clarisas.
Cuatro años después de su fallecimiento, el 4 de mayo de
1940, un jurado dictaría sentencia para
justificar su injusta muerte, con el argumento de estas razones: “Formó parte
de una candidatura de tendencia revolucionaria en las elecciones de 1931; en
los años sucesivos hasta el 1936 se significó como propagandista para la
constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz, y [...] falleció
el 10 de agosto, noche de San Lorenzo de 1936 a consecuencia de la aplicación
del Bando de Guerra”.
El notario Blas Infante, fue un hombre de una gran carga
idealista y de una visión esencialista. Trató la política del sentimiento de
amor a la tierra para transformarlo en conciencia social del pueblo. Algunas de
sus ideas, han permanecido hasta nuestros días, en cambio otras, se han ido
desvirtuando.
Los andaluces, y la Comunidad Autónoma de Andalucía no solo
recibimos de él la herencia de sus símbolos: la bandera, el himno y el
escudo, sino que nos dejó el ideario de
una “Andalucía para sí, para España y para la Humanidad”. El verde y el blanco
de su bandera1, “Porque sus colores eran los más apropiados para
representar la empresa de la restauración de un Pueblo, nunca bélico, y siempre
creador de culturas originales directoras de la Humanidad, como lo fue
Andalucía.”
La letra del himno, con
música inspirada en el “Santo Dios” cante que se usaba en algunos pueblos
andaluces como en Cantillana, por los segadores, a la salida y a la puesta del
Sol, y que fue adaptada y armonizada por
el maestro José del Castillo, director de la Banda de Música de Sevilla sobre
1933, el propio Infante escribe2 sobre él: “Mejor dicho, que usaban
en este pueblo los segadores, recientemente ha dejado de cantarse porque la
letra del himno invoca a Dios y esta es una palabra tabú para el embeleco
marxista de los jornaleros andaluces, quienes en mala hora vinieron a
denominarse obreros, como en Europa, con detrimento de su rango de andaluces”.
El escudo, inspirado en el de la antigua ciudad de Cádiz,
cabecera del pueblo andaluz antes de Tartesos, en los tiempos primitivos, cerrándolo un arco de medio punto, donde
figuran también las palabras latinas “DOMINATOR HERCULES FUNDATOR” y la
leyenda: “ANDALUCÍA, POR SÍ PARA ESPAÑA Y LA HUMANIDAD”
El notario Blas Infante Pérez de Vargas, llegó a Isla
Cristina por primera vez3, el 9 de octubre de 1921, invitado por el
alcalde, Román Pérez Romeu para pronunciar una conferencia en el Teatro
Victoria, con quién mantenía una buena relación de amistad, participando a lo
largo de su estancia en la vida cultural de la localidad.
Es en 1922 cuando se traslada a Isla Cristina como notario,
dedicándose al estudio y a su familia, mientras se producían la clausura de los
Centros Andaluces, con el nuevo régimen del General Primo de Rivera.
Casado con Angustias García Parias, durante el periodo de
1922 a 1931, nacen
en Isla Cristina sus dos primeras hijas, María Luisa en 1928 y María de los Ángeles
en 1930, de quiénes Blas Infante transmitió -en una carta al periódico La
Higuerita, del que era suscriptor- que consideraba a Isla Cristina "su
patria, por ser aquella la de mis hijas, y por haber vivido momentos
felicísimos en nuestra ciudad en su vida personal". Ya en Coria del Rio,
nacieron su único varón Luis Blas en 1931 y Alegría de las Mercedes en 1936.
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Las hermanas Dolores y Josefa Borrero Oliva, cocinera y niñera de Blas Infante. |
En los años que la familia Infante García, vivió en la Calle Real, nº 9 de Isla Cristina, fueron años florecientes en la pesca y la industria, donde mucha gente se desplazaba buscando un mejor porvenir. Dolores y Josefa Borrero Oliva, dos jovenzuelas y hermanas que emigraron desde la localidad de Aroche hacia Isla Cristina, fueron contratadas para servir, elegantemente uniformadas con sus cofias y delantales en las labores del hogar, la cocina y cuidado de las niñas.
La mayor de las hermanas
fue la encargada de cocinar para los Infante. Dolores Borrero Oliva, quién
nació en Aroche en 1906 y falleció en Isla Cristina en 1979, casó con Manuel
Franco Palacios, empleado albañil en el ayuntamiento y natural de Villablanca
1906, falleciendo en Isla Cristina en 1969. Tuvieron cinco hijos, José, Rosa,
Dolores, Manuela, Carmen y Juani Franco Borrero, quién actualmente es la única
que vive, esposa de nuestro buen y apreciado amigo Pedro Lima Valero, Policía
Local jubilado.
Josefa Borrero Oliva, natural también de Aroche, nació el 5
de octubre de 1909 era la encargada de cuidar y pasear a las niñas, falleció en Isla Cristina y casó con Manuel
López Rodríguez, natural de Moguer, 1908, quién regentó la bodega “El Rincón” junto a la
Plaza de San Francisco. Fueron padres de
Manuel y José López Borrero. Fallecido Manuel “El cartero”, Pepe Borrero, como
así lo conocemos, disfruta actualmente de su familia y de su jubilación bien
merecida como maestro de escuela.
De Don José, pude disfrutar algunos cursos de su docencia
como maestro de sociales, y
curiosamente, también fue concejal en el Ayuntamiento de Isla Cristina durante
algunos años por las siglas del extinguido Partido Andalucista, el mismo que promovió
y defendía la doctrina de Blas Infante.
Tanto Juani, como Pepe, destacan de sus recuerdos, que era Josefa quién atendía y
alimentaba al zorro “Don Dimas”, la mascota de Don Blas, y que este, no dejaba que las niñas se acercaran a él por precaución. También, que colgaban del
cuello de las niñas un cartel que decía “si me quieres, no me beses”, algo que muchos
no entendían y que hoy, recobra bastante
sentido, al revivirse una pandemia parecida a la Gripe Española de 1918 que
padecían por aquellos años.
Cuando tuvieron conocimiento del fatídico desenlace, lloraron amargamente, y sintieron su muerte como la de alguien de la familia, afirmando, “que siempre fue un hombre atento con ellas, cariñoso y buena persona”·
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1.- Los símbolos de
Andalucía. Fundación Blas Infante
2.- Blas Infante
Pérez, Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo, 1929-1933,
reproducción facsímil de la edición de la Junta de Andalucía de 1980, Sevilla,
Junta de Andalucía, 2010, pp 104-105.
3.- Isla Cristina,
Por los caminos de la historia. López Márquez Vicente.
Nota: Mi
agradecimiento a Juani Franco Borrero y a José López Borrero, por las fotografías
y los datos facilitados.