lunes, 28 de febrero de 2022
Estribillos de comparsas. Carnaval de Isla Cristina, Antología de Francisco González Salgado

viernes, 25 de febrero de 2022
EL CARNAVAL DE ISLA CRISTINA "LAS HUELLAS DEL PASADO" Canal Costa TV por Francisco González Salgado

martes, 15 de febrero de 2022
LOS AGUADORES EN ISLA CRISTINA
El aguador Luciano Rodríguez. Foto coloreada, década de los años 60 |
En tiempos pretéritos, el emprendimiento, casi siempre vino
de la necesidad, las circunstancias y el ingenio. A lo largo de los siglos,
finales del XIX y XX, pero sobre todo tras la Guerra Civil española, muchos ciudadanos
tuvieron que ingeniárselas para poder sobrevivir, convirtiéndose muchos de
ellos en verdaderos profesionales en muchas materias imprescindibles y que hoy,
han pasado a ser historia.
Con el paso de los tiempos muchas de aquellas profesiones fueron
desapareciendo de nuestro entorno social, la evolución y los adelantos técnicos
así como las normas sanitarias, hicieron
que muchos de aquellos empleos artesanos, vinculados al sector industrial o
pesquero, y otros, dedicados al servicio
de la sociedad, hoy no existan, y sean
un vago recuerdo que añoramos con cariño como fueron los llamadores, los tenderos
de carburo, zapateros, lancheros, lateros, caleros, carboneros, diteros, y un
largo etc.
Una de las profesiones que han desaparecido entre otras, es
la figura del aguador, cuya misión era la de distribuir el tan preciado líquido,
por falta de una red que llevara el agua
a las viviendas. Podríamos aseverar, a modo jocoso, que el primer aguador de La
Higuerita, fue José Faneca Zaragoza, quién por la necesidad, al quedarse de
guardián, solo en su choza, encontró un pozo junto a una pequeña higuera de la
cual se benefició tanto él como la colonia durante algunos años, hasta que la salinidad de la tierra corrompió el manantial y se abrieron nuevos
pozos.
El aguador, podríamos aseverar que es una de las profesiones más antiguas de la humanidad, aún
en los territorios del tercer mundo, observamos como las mujeres acarrean el
agua haciendo kilómetros diarios con cantaros sobre sus cabezas y cinturas,
como en antaño lo hicieron también las mujeres isleñas que llenaban sus vasijas
en los grifos habilitados por el ayuntamiento para tal menester en la Plaza de
Abastos, el colegio de La Ermita, la calle Sevilla, calle Extremadura, calle
General Mola (Del Prado), el Hospital, etc., todo mucho antes de que el agua corriente
llegara por las tuberías a nuestras casas.
En Isla Cristina, fueron
varios los emprendedores que ofrecieron ese servicio a la población para
aquellas personas que no podían o no querían desplazarse hasta aquellos grifos,
así como a las pilas y fuentes que se fueron instalando en la localidad. La
gran mayoría de las viviendas carecían de agua corriente y eran muy pocas, las
que contemplaban aljibes subterráneos que recogían y almacenaban el agua de la
lluvia para el propio suministro, por ello, la figura del aguador, fue además
de necesaria, imprescindible, y se
convirtió en una forma interesante de ganarse vida y generar puestos de
trabajo.
Entre otros aguadores, podríamos destacar a varios empresarios
que durante el siglo XX prestaron estos
servicios, y que se servían para ello de un grupo de trabajadores qué, con
carros de tracción animal trasportaban
la cuba o los cantaros de barro y hacían el reparto casa por casa.
Dos de aquellos emprendedores fueron Rafael Munell Fragoso y
Francisco Ramos Bueno.
Rafael Munell Fragoso, tenía su base en Pozo del Camino,
donde posteriormente, también instaló una fábrica de gaseosas junto al “paso
nivel” que denominó, de marca “Miloja”. Allí encontró un manantial de agua potable de
donde se surtía y que según cuentan, a su descubrimiento al golpear la tierra,
brotó el agua con una gran presión hacia arriba, dando las analíticas que se
hicieron en Madrid, una calidad
exquisita, superando a otras aguas minerales. También regentó un taxi, así como uno de los
puestos más grandes del antiguo mercado de abastos.
El aguador Luis "Bienvenida", en la década de los años 60 |
Para este empresario trabajaron entre otros: Bonifacio
Carrasco, un señor que era de la Punta del Caimán, y antes de él un tal Juan.
También Luis Contioso Lanza “Luis Bienvenida” quién apodó el nombre de su
esposa Bienvenida Elías Jabares1
a quién les sucedieron sus hijos Luis y Paco.
Francisco Ramos Bueno, tuvo su negocio y las cuadras para el
ganado donde guardaba los barriles en un huerto que existió con entrada por la
C/ Cervantes, lugar que ocupó
posteriormente el Cine Victoria y que abarcaba también hasta el Paseo de las
Palmeras y la C/ Norte (Jesús del Gran
Poder).
Este emprendedor, que posteriormente fue encargado de los camiones
del servicio de limpieza en el Ayuntamiento de Isla Cristina, llegó a tener más de un carro en los que trabajaron entre otros Manuel Martín Guerrilla,
que vivía pasando la Bardilla junto a la bodega de Realito y Nena. Antonio Anastasio Mora, hermano del Guardia
Municipal José Anastasio Mora, más conocido como “El Cabo Mora”, ambos de Pozo del Camino. También Luciano
Rodríguez Torres, que vivía en la Barriada de Román Pérez, hermano de Trinidad,
conocido por “Trini el albañil”.
Así mismo, tenemos conocimiento de dos hermanos, llegados de algún que otro pueblo del
interior de la provincia que se llamaban Manuel y Francisco, y que durante algún tiempo, también se
dedicaron a esta noble labor.
En la fotografía restaurada a color, observamos a Luciano
Rodríguez conduciendo uno de esos carros tirado por un mulo en la calle Serafín
Romeu Portas. El niño que aparece detrás, subido en el carro es Domingo Acosta
Beltrán. Curiosamente, justo detrás, observamos también un vehículo estacionado
de la marca NASH, cuyo propietario era el sargento de las Fuerzas Áreas de los
Estados Unidos Víctor Ivan Clement, quien
falleció en Isla Cristina en 19702, esposo de Purificación Sánchez Rodríguez,
y hermana de Jaime y José, “El Sánchez”,
quien fuera cantinero de la Sociedad “La Unión”.
En la fotografía en blanco y negro de los años 60, realizada
en la Barriada de Román Pérez en el otro lado del puente, podemos observar al
aguador Luis “Bienvenida”, a su derecha a Josefa de los Santos Rodríguez,
esposa de José Vélez Mascareña “El Merengue” y a su izquierda, su hermana Manuela de los Santos Rodríguez
esposa de Cristóbal Pérez Pereira.
A principio de los años 2000, en la zona nueva de Ronda Norte, a instancias de la empresa Islanorte, el
Ayuntamiento de Isla Cristina, reconoció la importancia que tuvieron los
aguadores, otorgando y rotulando una de sus calles con este nombre en
reconocimiento a una gran labor, concretamente, en una zona muy cercana a donde
estuvo uno de los grifos que mejor agua proveían, y que se ubicaba cerca del
matadero y junto al hospital y la
fábrica de luz (Ntra. Sra. de las Mercedes)
1.- Bogarín Díaz, Jesús. 180 linajes
isleños
2.- La Higuerita 21-9-1970

martes, 1 de febrero de 2022
CIEN AÑOS DEL EDIFICIO DEL CASINO “LA UNIÓN”, Y OTROS.
Artículo publicado en el periódico La Higuerita, 1-2-2022
Casino "La Unión" en la actualidad. |
Los Casinos Culturales,
surgieron en el siglo XIX, como una muestra de que el mundo cambiaba
conformando espacios decisivos para el avance de la sociedad y la cultura de
los pueblos. Aunque el primer
pensamiento nos pudiera llevar hacia un lugar con imágenes de juego y apuestas,
lo más habitual es que se tratara de un lugar donde además de jugarse al mus o
al billar, se convirtieron en epicentros de la cultura y de debates, tertulias,
asociaciones y ateneos.
Isla Cristina, a lo largo de su historia contó con varios
centros de recreo y sociedades culturales1, como el llamado Casino
de Isla Cristina, que fue inaugurado el 16 de mayo de 1879, y que se ubicaba en
la Plaza de la Iglesia ( Paseo de las Flores) y que más tarde se denominó de la
Juventud, o posteriormente, el Casino
Isleño, del que fue presidente y fundador don Román Pérez Romeu, para terminar
de rebautizarse como Círculo Industrial y Mercantil en el señorial edificio
propiedad de doña Hermenegilda Zamorano que se ubicaba en la Plaza del Caudillo
(de Las Flores), y tras haber ocupado
otro soberbio edificio anteriormente, propiedad de los Sobrinos de Tomás López
(Pérez Romeu) en la calle Real (Diego Pérez Pascual) y donde posteriormente se
ubicó la Cofradía de Pescadores y Pósito Marítimo. Esta sociedad industrial, fue punto de
reunión de los fomentadores isleños que impusieron sus prejuicios clasistas a
la propia asociación, llegándose a conocer con el sobrenombre de <Casino de
los ricos> y que con el paso del tiempo dejó de ser una exigencia la
posición social para ingresar en el mismo.
También, reseñamos el Casino
de Artesanos y Marineros que estuvo situado en la Calle del Carmen, nº 35 y que
fue inaugurado el 22 de mayo de 1897, siendo su presidente Don Juan José Flores Amo2,
constructor del antiguo Ayuntamiento y del Patio de la Calle San Francisco del
que era propietario, así como de las mayoría de los patios y casas de la Calle
Flores, que por él lleva su nombre.
Desaparecido este, dejó paso a una nueva sociedad a la que se le
puso el nombre de Círculo <La Unión>, que aglutinaba a hombres de todas
las clases sociales con un mayor porcentaje de pescadores, empleados y pequeños
comerciantes, su sede se ubicó en la Plaza de la Constitución (Paseo de Las
Flores) dando también a la calleja Hernández (Recuerdo) este edificio, se
enclavó en el mismo lugar del anterior, por ello, mientras se construía el
edificio actual, se reunían en la calle Catalanes, siendo su primer presidente
el industrial tarrafero de la época Don Eduardo Mantell, y de donde pasó a la
Plaza de la Iglesia (Paseo de Las Flores) a la casa de Rafael Flores, hasta su definitiva ubicación.
El edifico del Casino <La Unión> de arquitectura regionalista, atribuida al arquitecto sevillano José Espiau y Muñoz, fue inagurado3 la tarde del 13 agosto de 1922 con una nómina de 500 asociados, en su mayoría artesanos y marineros.
Casino "La Unión" en los años 30 |
Propiedad de los sobrinos de
Tomás López, fue cedido en arrendamiento al círculo recreativo, ocupando el
sitio más céntrico de la población y asistiendo el alcalde Don Román Pérez como
padrino y copropietario, siendo bendecidas las
instalaciones por un sacerdote.
Presidía en aquel momento la entidad, Don Francisco Barbosa Vázquez y
durante el acto religioso, el maestro Francisco Cervantes de la Vega, quien interpretó
a piano la Marcha Triunfal de Tannhäuser para posteriormente servirse un ligero
aperitivo: pastas, dulces y fiambres selectos, donde se descorcharon infinidad
de botellas del dorado néctar.
El conserje se llamaba Ramón,
y el camarero arrendatario del ambigú, Don Rodrigo Cárdenas.
La construcción4 de
dicho edificio estuvo dirigida por el maestro de obras Don José Flores
González. El salón bajo del Casino La Unión, tiene aproximadamente doce metros
por diez y ocho, con tres columnas equidistantes que sostienen el piso alto de
iguales dimensiones, con otras tres columnas y azotea con terraza a la calle,
desde donde se observaba el mar y las dos Puntas (del Caimán y del Moral), fue en
su momento uno de los lugares más altos de la localidad. A los altos del
edificio, da acceso una escalera con un largo tramo en que está montada. Sus
anchas puertas y profusas ventanas a ambos lados entre huecos artísticamente
construidas permiten una ventilación abundante por la que penetra mucha luz aún
en las últimas horas del atardecer. Ya en su inauguración, estuvo provisto de
instalaciones de agua corriente a las dependencias e inodoros modernos.
Sus paredes, aún conservan sus
alicatados originales a más de un metro de altura con azulejos de la
prestigiosa fábrica de mosaicos de Carlos González Álvarez-Ossorio y Hermano,
hermanos del reputado arquitecto Aníbal González, y que forman dibujos artísticos de un gusto y
ejecución impecable. Un balcón con forma interior de medio punto en la fachada
posibilita la visión en toda la plaza y sus calles adyacentes, el zócalo
exterior es de piedra artificial labrada con gran calidad en su ejecución.
Aunque no fue un casino a la
usanza, también tenemos que destacar, que en la década de los años 305,
la situación política propició la creación de dos bandos ideológicamente
definidos, mientras que la derecha <La Comparsa> se reunía en el Círculo
Industrial de la Calle Diego Pérez Pascual, la izquierda, representada por <El Bloque> tomó como sociedad en
traspaso un local que regentaba Don
Pedro Cano, como establecimiento de
bebidas en la calle Emiliano Cabot Alfonso, después Pablo Iglesias y José
Antonio Primo de Rivera (Paseo de los Reyes) para montar su sede política.
Durante los años que duró la II República, se convirtió en un círculo de
reunión dónde se realizaron famosos
bailes de carnaval. En 1935, el calañés Bartolo Pérez Alfonso tomó el traspaso
de esta sociedad para convertirlo en un moderno Bar-Café, al que puso el nombre
de Bar Europa.
En 2022, se cumplirá el
centenario del Casino La Unión, este magnífico edificio construido en el primer
tercio del siglo XX, en años de prosperidad industrial, que embellece nuestro
pueblo, y que aglutinó parte de la vida y de los mejores momentos del
crecimiento económico de Isla Cristina.
___________________________________________________________
1.- Sosa Rodríguez,
José. Historia de Isla Cristina,
Biografía sentimental. Capitulo XXXIII.
2.- Bogarin Díaz, Jesús. 180 Linajes Isleños
3.- La Higuerita. 13-8-1922
4.- La Higuerita. 7-5-1922
5.- La Higuerita. 1-4-1990
Biedma Viso, José
