viernes, 19 de agosto de 2022
¡Ay, mamá! . Pasodoble de la comparsa "Mañana de Carnaval" 1996

martes, 16 de agosto de 2022
LOS INTENTOS FEDERALISTAS DE LAS REPÚBLICAS ESPAÑOLA Y LA POSICIÓN DE ISLA CRISTINA.
Articulo publicado en el periódico La Higuerita 15-8-2022
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Estados que componían la nación española según el proyecto de Constitución Federal de 1873. El mapa no refleja ni la Capitanía General de Filipinas ni los territorios en África. Fuente Wikipedia. |
Durante la Primera República Española, en 1873, se elaboró un proyecto de Constitución1 atribuido principalmente a Emilio Castelar, que nunca llegó a adoptarse. Según los artículos 92 y 93, estos «Estados» tendrían una «completa autonomía económico-administrativa y toda la autonomía política compatible con la existencia de la Nación», así como «la facultad de darse una Constitución política» definiendo a España, como una República Federal, integrada por diecisiete Estados con poder legislativo, ejecutivo y judicial. El artículo primero de dicho proyecto decía: “Componen la Nación Española los Estados de Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Cuba, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia y Regiones Vascongadas.
El número de éstos había sido fijado inicialmente en catorce; por lo cual fueron designados en su representación catorce ciudadanos constituyentes para formar parte de la comisión de Constitución. Después, se fueron añadiendo, ya que al parecer había miembros de la comisión que aceptarían 29 estados y otros, proponían 49 estados compuestos por las 49 provincias, con un nuevo plan de división territorial basado en combinaciones puramente especulativas, por más que aparentaran tener cierto punto de vista práctico.
Como ejemplos2: existía
el proyecto de dar al Estado aragonés una lengua de tierra por la orilla izquierda
del Ebro, de modo que el estado tuviese salida propia al mar por los Alfaques
(Taragona). La intención era que Aragón tuviera salida con un puerto de mar
propio. Al igual que en Aragón, otro de
los proyectos era añadir al estado extremeño,
parte de la provincia de Huelva: “por una
línea3 divisoria trazada que llegando a Encinasola, corriendo a lo largo de la
frontera de Portugal, en su orilla izquierda del Guadiana en Sanlúcar de
Guadiana y bajase hasta el mar, apropiándose de la provincia de Huelva de unos
120 Kilómetros de largo y unos 10 de ancho a fin de que el estado extremeño tuviese salida
propia a la mar por Ayamonte y la Isla Cristina”.
¿Por qué debía tener el estado aragonés un privilegio y no Extremadura? esa podría ser la pregunta. La prensa de la época4 calificaba de ridículo estos planteamientos y sin ningún problema, lo calificaban de aberración si se llegara a prescindir de la actual división para constituir los futuros estados, sin contar que esas provincias afectadas se quedaran resignadas pacientemente mientras se les robaba aquella franja de terreno solo porque a tres o cuatro constituyentes se le había ocurrido el sistema de las colas territoriales, como sí se le hubiera ocurrido tomar el mapa de España convirtiéndolo en un tablero de ajedrez. Así por ejemplo, Plasencia, no se conformaba con pertenecer al estado extremeño, sino que quería ser un cantón o estado autonómico y si se constituyera el estado catalán, Tarragona no estaría dispuesta a entrar sino que también constituiría su cantón aparte así como las poblaciones de Reus, Falset y Tortosa constituirían cada uno el suyo.
La I República duró tan solo 22 meses, y lo sueños federalistas y divisorios se desvanecieron.
Finalizada la I Republica e instaurada la Monarquía (reinado de Alfonso XII, en 1884 Segismundo Moret) y en 1891 (reinado de Alfonso XIII, Francisco Silvela) también tuvieron el intento de una regionalización en España, que tampoco pudo consumarse.
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Regiones Autónomas y No Autónomas con derecho a nombrar vocal en el Tribunal de Garantías de la II República. Fuente Wikipedia |
Con la llegada de la Segunda República Española, se introdujo en la Constitución la posibilidad de que las regiones que componían España se convirtiesen en autonomías. Así, en 1932 Cataluña aprobaba su Estatuto de Autonomía. En 1933 las Juntas Liberalitas de Andalucía aprueban el himno y la bandera andaluza, se forma en Sevilla la Pro-Junta Regional Andaluza y se proyecta un Estatuto, pero la Guerra Civil rompe el camino de la autonomía al imposibilitar la tramitación parlamentaria de un Estatuto ya en ciernes. Mientras que las provincias Vascongadas lo hicieron efectivo en 1936, en Galicia, también se recogió el Proyecto de Estatuto de Autonomía en 1936, que fue aprobado en referéndum por el pueblo gallego pero que también, al estallar la Guerra Civil, no pudo entrar en vigor, pese a que su texto llegó a ser entregado al presidente de las Cortes Españolas y admitido a trámite.
En junio de 1936 se debatía el Anteproyecto de Estatuto de Andalucía que perjudicaba notalmente los intereses de la provincia de Huelva «en el que consideraban en el área de nuestro estilo (Andalucía) a las provincias de Badajoz y Murcia» acordándose constituir grupos de carácter interpartidistas en cada localidad para que enviasen los resultados al Consejo Superior de la Junta antes del 15 de julio de 1936. El 17 de junio, los concejales del Ayuntamiento de Huelva: Vidosa, Carrillo, Mora, Olivares y Sánchez Díaz, planearon una moción de alarma, advirtiendo, que este anteproyecto perjudicaba los intereses del puerto del Huelva con respecto al de Sevilla y urgían a un acuerdo de las diputaciones y ayuntamientos con Extremadura. Los socialistas del ayuntamiento de Huelva mostraron su acuerdo a través de su concejal Pousa Camba encomendando algunas propuestas al grupo federal. Al mismo tiempo, en la Diputación de Sevilla el día 5 de julio se celebró una reunión de Diputados a Cortes, Diputados Provinciales y Alcaldes, asistiendo a la misma por Isla Cristina su alcalde el socialista Rafael Zambrano Romero, (conocido por todos era el posicionamiento favorable socialista a la propuesta), sin embargo, fue éste quien instó a los alcaldes a firmar un escrito de oposición al proyecto federal. El documento que presentaba y debían firmar dedica así:
“De5
la hermosa, de la andalucísima Onuba, del seno de esa Excma. Corporación, ha
surgido una idea que hace estremecer de sentimiento doloroso el alma de
Andalucía. Se proyecta que Huelva, su provincia entera deje de ser andaluza,
que se una a Extremadura para obtener una autonomía regional, aduciendo como
base, como argumento irrebatible, los intereses de su puerto, y el peligro de
verse envuelta en las mallas político-administrativas del centralismo de la
Ciudad del Betis. Con el proyectado Estatuto de Federaciones de Comarcas
Andaluzas ni se perjudican los intereses de Huelva, ni así mismo ninguna Ciudad
ni región absorbería ni económica ni espiritualmente a otra; léase reflexiva y
conscientemente el Anteproyecto de Bases del Estatuto Andaluz y se verá que en
él no existe egoísmo, ni otra bastarda pasión por determinar ciudad o comarca.
Y, también deduciremos, que los solos intereses de una ciudad, no son bastantes
para que dejen de ser andaluces las que
por su Geografía, por su Historia, por las costumbres y por el grito imperativo
de la sangre lo son de siglos. ¿Qué hijo negaría serlo de su madre? Por amor a
Andalucía, por amor a España, pues buscamos la grandeza de Andalucía no solo
para ella, sino para España y la Humanidad, a esa Corporación suplicamos dejen
sin efecto la confección del proyecto de Estatuto Extremadura-Huelva y encamine
sus elevadas miras a conseguir dentro del Estatuto General de Andalucía su más
amplia autonomía Comarcal, tal como ya se prevé en el Anteproyecto de Bases,
incluso la unión con la provincia de Badajoz después de gestionada la anexión
de esta provincia a la Federación Andaluza, y puesto que por sus características
es afín a Andalucía”,
Junto aquel documento de anteproyecto, se adjuntaban cinco preguntas que desde Isla Cristina fueron respondidas favorablemente: si deberían existir autonomías dentro de la General Andaluza, si los municipios deberían tener competencias dentro de la Reforma Agraria, si el Estado español debería delegar en Andalucía las relaciones con África y Oriente y si el Ayuntamiento enviaría algún representante a la asamblea proyectada a celebrar, eligiendo a Granada como sede «por ser el último baluarte de la cultura arábigo-andaluza»
La Junta Liberalista de Andalucía
de Isla Cristina, muy influenciada por
el ideario de Blas Infante, que había residido en la localidad, dirigió
también al Partido Republicano Federal de Huelva, promotor del pro estatuto con
Extremadura una carta que fue publicada en la prensa6 y en la que solicitaban defender los intereses generales
de Huelva y no anteponer los
partidistas. “Nada tendríamos que objetar
a ello si la campaña que se propugna tuviera como finalidad la de conseguir que
Extremadura se uniera a Andalucía para formar una sola Región autónoma, pero
ello no es así, hiriéndonos doblemente en lo que tiene dicha campaña de
perturbadora para la más rápida consecución de nuestro Estatuto y por su
contenido de renunciamiento a nuestro sentido histórico, natural y espiritual
de Andaluces… ( )…. De esta forma, ni Extremadura tendría que renunciar a su
historia, que se fundiría con la de Andalucía ni Huelva partiría la historia de
Andalucía”.
Algunos días después se producía el Levantamiento Nacional que propició la Guerra Civil Española, quedando el Estatuto de Autonomía paralizado por la guerra, y por el nuevo régimen del General Franco.
Nunca sabremos si se hubiera llevado a cabo aquella idea de facilitar la salida al mar a la provincia de Badajoz ampliando su territorio o la propuesta isleña de unir Badajoz a Andalucía convirtiéndola en una provincia más, lo que sí sabemos, es que tanto el alcalde isleño Rafael Zambrano Romero, como tres de los cuatro andalucistas firmantes de aquel documento, Manuel Rodríguez Gómez, Antonio Salcedo Vergara y Rafael Alfaya Sánchez, perecieron un mes después, fusilados en la pared del cementerio.
1.- Artículo 1º de la Constitución Federal de la Primera
República Española, de 1873
2, 3, 4.- El Imparcial, 26-6-1873
5.- A.M de Trigueros. Leg.85
6.- La provincia 14-7-1936

viernes, 5 de agosto de 2022
SALVE VIRGEN DEL MAR. Acompañamiento a piano .

lunes, 1 de agosto de 2022
Serafín Romeu Portas, el industrial isleño almadrabero, que engrandeció la industria pesquera de Isla Cristina.
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Uno de los rótulos de la calle Serafín Romeu Portas |
La rotulación de las vías públicas tiene un carácter de servicio público. Ordenan la identificación unívoca de los viales y edificios, permitiéndonos la localización de viviendas y locales en los desplazamientos de los ciudadanos, en el servicio de correos, en las emergencias, etc. Los nombres de las calles y plazas nos pueden contar mucho sobre la historia y cultura de los municipios. Una gran parte de ellos tienen un carácter conmemorativo y de reconocimiento, es decir, perpetúan y conmemoran a personalidades destacadas, eventos y valores que se consideran importantes para la colectividad de un municipio.
En algunas ocasiones, al pasear por las calles de Isla Cristina, se nos vienen a la mente alguna que otra pregunta, ¿qué hicieron en pro de nuestra ciudad, qué influencia tuvieron en el desarrollo económico, social y cultural, qué aportaron, quiénes fueron o son estas personas, para perpetuar sus nombres con letras mayúsculas en nuestro callejero?
El 12 de marzo de 1908, víctima
de una inesperada enfermedad, a la de edad de 61 o 67 años fallecía en Sevilla,
uno de los hombres que más hicieron por fomentar la pesca del atún en España,
el opulento almadrabero1, así se hacía eco la prensa nacional, Don
Serafín Romeu Portas, padre del distinguido abogado Don Serafín Romeu Fages. “Ni los
doctores más eminentes de Andalucía, ni afamados cirujanos alemanes y
franceses, han encontrado medios de arrancar de las garras de la inexorable
muerte, al hombre vigoroso en cuerpo y entendimiento, que hasta en los momentos
de aproximarse al trance fatal, tuvo fuerza de voluntad, después de ponerse
bien con Dios, como católico ferviente, para atender á sus innumerables
negocios”.
El isleño Serafín Romeu Portas, junto a sus hermanos Ramón y Enrique, fueron los empresarios más destacados de aquella generación de hombres, como lo fueron sus ascendientes, que supieron implantar en Isla Cristina, los negocios de almadrabas de pesca para el atún, y las artes denominados de tarrafas para los galeones, para la de sardina.
Las pantanosas marismas estériles y extensas dunas de arena, fueron convertidas en productoras fábricas de conservas y salazón de pescados y otras industrias anexas a la de pesquerías.
Romeu Portas, desarrolló sus negocios en el litoral onubense y gaditano, así como en las posesiones españolas en África, Ceuta, dónde su hermano Ramón también implantó la pesca del atún y otras especies creando la fábrica de conservas de su nombre.
Serafín Romeu, poseía las fábricas de conservas de pescado de Barbate, Torregorda e Isla Cristina, las cuales producían anualmente unas 35.000 cajas de atún en aceite, con peso de 80 a 90 Kg, que a 140 pesetas aproximadamente, que era el precio, producían un ingreso de 4.900.000 de pesetas. Además, era propietario de las almadrabas de Barbate, Umbría, El Terrón y Conil, esta última en sociedad con Ramón de Carranza, y que estaba abonaba al Ministerio de Marina, produciendo un canon anual de 535.000 pesetas de los susodichos pesqueros. También el Sr. Romeu, además de las fábricas y almadrabas tenía dos artes de pesca de sardina denominados tarrafas, uno en Isla Cristina y otro en Portugal, así como multitud de laudes, faluchos y otras embarcaciones de vela y cinco vapores, todos dedicados a industrias pesqueras. En las temporadas desde abril a agosto se nutría de más de 1500 operarios de la mar y 800 para las fábricas, además de un sin fin de tripulaciones en los barcos de vela de sus flotas.
El consumo que anualmente necesitaba
era de 25.000 a 35.000 arrobas de aceites refinados andaluces y de Tortosa para
sus conservas, y de tan buena calidad que
acreditaba su fama, la que gozan
sus marcas, conocidas y solicitadas en los mercados de Europa y de América.
También adquiría todos los años para sus fábricas más de 35.000 cajas vacías de
madera, en Málaga, Sevilla y Huelva, y otras de lata, en número de 282.000, en
Bilbao y Vigo.
Serafín y su hermano Enrique Romeu Portas, durante algunos años también fueron socios del industrial isleño Francisco Zarandieta Roselló2, antes de que éste, se estableciera de forma individual en Alicante para convertirse en uno de los principales comerciantes en el ramo de salazones y conserva, dedicándose con especialidad a la venta de sardinas prensadas y en escabeche, de las marcas más acreditadas de las fábricas de Isla Cristina y Ayamonte, además de toda clase de salazones y conservas, mojama y huevas que distribuía en toda la región levantina, especialmente a Valencia, Murcia y Cartagena.
Días antes de morir Serafín, guardaba en sus bolsillos más de 300 cartas de distintos negocios que él personalmente contestaba. Serafín Romeu tenía cálculos de verdadero comerciante y era el alma de todos sus negocios, habiendo adquirido tal preponderancia en las grandes empresas de pesca, que a ejemplo de los reyes del acero, del petróleo y del hierro en el Norte América, era él en España y en el extranjero, el que imponía los precios de los atunes y otros pescados en conserva y salazón. Su fabricación tenía sus principales mercados en Francia, Italia y América, en lo referente a conservas en aceite, ya que sus salazones eran bien conocidas y nombradas en todo el litoral español, principalmente en los puertos de Levante.
Como anécdota, cada vez que salía a subasta una almadraba, el resto de empresarios almadraberos al ver llegar a Romeu hacían aumentos considerables en sus pujas, resultando ser siempre el mejor postor, así se explica que pesqueros de ensayo que valían 500 pesetas, pagaban al Ministerio de Marina 165.000 ptas., como llegó a pagar de canon anual por la de Umbría.
“A su fallecimiento, España e Isla Cristina, perdía a su más valioso industrial de la
época, pródigo en mercedes y padre cariñoso de los pobres pescadores (…), los
capitanes o arráeces de la provincia de Alicante, celebraron solemnes exequias
a su memoria (…) La Industriosa isla Cristina, cuna española de la industria
pesquera de atún y sardina, que debe su emporio a los primeros fundadores de
las referidas pesquerías, ascendientes del Sr. Romeu, que también vio la
primera luz en el rico rincón de la provincia de Huelva, debe perpetuar, con una
lápida u otro signo imborrable, la memoria de su ilustre hijo, que no en vano
llevaba en su sangre los timbres de aquel célebre Romeu apodado "el
guerrillero", que supo derramar su sangre por !a patria con heroísmo propio de saguntino”.
Serafín Romeu Portas3, nació en Isla Cristina en 1841 o 1842 aunque otra fuente nos dice que fue en 1847, y falleció en Sevilla el 12-3-1908. Hijo de Cristóbal Romeu Casañas4, natural de Sitges y residente en Isla Cristina, quién fue alcalde de Isla Cristina en diferentes periodos y que casó5 en La Higuerita en 1829 con María de la Bella Portas Font6, natural de Lepe y de padres Sitgetanos. Tercer hijo de 9 hermanos y primer varón, Serafín, casó con su sobrina María Bella Fages Romeu del que nació su único hijo en Valencia el 10 de agosto de 1877 Serafín Romeu Fages (Conde de Barbate) quién crea el 20 de marzo de 1928 el Consorcio Nacional Almadrabero, primero con sede en Tarifa y posteriormente en Isla Cristina estableciéndose el 31 de diciembre de 19297 en la fábrica de Ribera de su propiedad.
El Ayuntamiento de Isla
Cristina, rotuló la antigua calle San
Juan, con el nombre de uno de los hombres que más hicieron por fomentar la pesca
del atún en España y el mundo, el empresario Don Serafín Romeu Portas.
1.- El día. 28-3-1908
2.- La acción.
29-7-1922
3, 4, 5, 6.- Bogarin
Díaz, Jesús. 180 linajes isleños
7.- Sosa Rodríguez.
José. Historia de Isla Cristina (Biografía sentimental)
